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Todas las proyecciones del mundo han quedado rebasadas en materia laboral. Si bien es probable que muchos trabajos se recuperen cuando inicie la apertura económica plena, es un hecho que no serán todos y que las expectativas de inicio de año que ya apuntaban a un aumento del desempleo para este año fueron totalmente hechas pedazos cuando apenas estamos en la fase final de la primera mitad del año.
La devastación laboral ya es muy superior a la registrada en la era de la Gran Depresión iniciada en 1929 debido a que 90 años después la población del mundo es sustancialmente mayor, por eso no son comparables. Pero, el gran reto será salir de la crisis de desempleo en la menor cantidad de tiempo posible ya que justamente por el hecho de que millones de seres humanos, muchos más que en la década de los 30 del siglo pasado, están en riesgo de engrosar las filas de la pobreza y hundir al mundo en una época de oscuridad económica que la humanidad no ha visto nunca.
El desempleo ya era una de las pandemias del mundo
El desempleo, y otras subdivisiones, ya eran la pandemia del planeta entero antes de que apareciera la emergencia sanitaria que se tradujo también en pandemia y golpeó todavía más este indicador, el golpe amenaza con convertirse en devastación.
Para saber la magnitud del problema que enfrentaba el mundo antes del COVID-19 basta revisar las proyecciones y cifras que tenía la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a principios de este año.
En su informe anual de perspectivas sociales y de empleo en el mundo para 2020, la OIT prevé que este año la cifra de desempleados aumente en números absolutos, de 187.7 millones en 2019 a 190.3 millones en el presente año; sin olvidar que debido al crecimiento demográfico la tasa se mantendrían en 5.4 por ciento.
Sin embargo, la OIT también señaló que para 2021 la tasa de desempleados en el mundo crecerá a 5.5 por ciento con un total absoluto de 193.7 millones de desempleados, después de una década de tendencia a la baja.
Pero la problemática del desempleo es solamente uno de los problemas con los que el mundo lidiaría este 2020. La precariedad del empleo es otro de los grandes retos para todos los países; de acuerdo con la OIT, junto a los 187.7 millones de desempleados que se estiman en 2020, existen 165 millones de subempleados (personas que trabajan menos horas remuneradas de lo deseado), y además existen 119 millones de personas que han dejado de buscar empleo.
Es decir, cerca de 480 millones de personas, equivalente a 13 por ciento de la fuerza laboral global, tienen problemas de empleo y por lo tanto están en riesgo de caer cuando menos en la pobreza por los obstáculos y la falta de oportunidades que la gente tiene para lograr un trabajo digno.
Expectativas, hechas trizas
La pandemia acabó con cualquier expectativa; la propia OIT dejó de lado sus expectativas por una serie de informes que han dejado de manifiesto la magnitud del problema que enfrentará la humanidad los próximos meses, y quizás años.
El efecto de la pandemia global de coronavirus sobre el empleo va a ser “devastador”, señaló la OIT y superará con creces lo sucedido durante la crisis financiera mundial de 2008-2009; el COVID-19 hará desaparecer, solo entre abril y junio de este año, el 6.7 por ciento de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo, señaló la OIT, se trata de la crisis más severa desde la Segunda Guerra Mundial, que terminó en 1945.
Es decir, solamente en dos meses de pérdida de empleo en este 2020 se estima que habrá más desempleados de los acumulados al inicio de este año, sumiendo al planeta en una crisis jamás vista.
Según la OIT, los sectores de la economía que concentran mayor riesgo y que más empleos podrían perder serían los siguientes: hotelería y alimentación, sector inmobiliario, actividades administrativas, fábricas, servicios de reparación, comercios y tiendas, negocios y sector artístico. Estos rubros de la economía emplean aproximadamente a mil 250 millones de trabajadores en todo el mundo y dependen en gran medida de los ciclos de la economía, ciclo que por el momento está en negativo y que mucho dependerán de la velocidad de la recuperación.
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