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Desesperación total: importadores no pueden acceder a los dólares y advierten escalada de precios

"Muchos pequeños empresarios están muy agobiados por la crisis. No saben qué hacer; todo es impotencia", relata la gerente de comercio exterior de un banco

La gerente de comercio exterior de uno de los bancos líderes termina la jornada laboral bajo un estrés límite. Exhausta, dice. Y no porque sobre su escritorio se apilen carpetas que esperan su análisis. El trabajo técnico se acumula, y se combina con las historias angustiantes de empresas que, en medio de la crisis y las últimas restricciones del Banco Central en el mercado cambiario, ven complicado el futuro.
“Hice de psicóloga. Llaman muchos pequeños empresarios muy agobiados por la crisis. Esta semana, dos de ellos rompieron en llanto. Me contaron su historia. No saben qué hacer; todo es impotencia. Y nosotros no podemos hacer nada. No veo algo así desde la crisis de 2002”, relata la especialista, en diálogo con iProfesional.
Las escenas de congoja por la incertidumbre se repiten en distintos bancos. Empresarios, la mayoría de ellos importadores, que en las últimas semanas no pudieron acceder al mercado cambiario para seguir trabajando.
El “súper cepo” -que el Banco Central endureció a finales de mayo- está funcionando a full. Es eficiente. Sacó del mercado cambiario a ocho de cada diez empresas que accedían al mercado de cambio “oficial”.
Fue una medida extrema para evitar que las reservas siguieran en caída libre. El BCRA le puso límites a grandes empresas que, asumiendo una devaluación más o menos inminente, se apuraban para sacarle dólares al Central bajo diversos argumentos: el pago de deudas con casas matrices del exterior y el giro por adelantado de importaciones figuraban entre los más utilizados.
El problema es que, como suele ocurrir, cuando se dispara con una escopeta, los daños suelen ser mayores a los buscados si la acción fuera quirúrgica. La cuestión es que la realidad sobrepasó las chances del Central de cuidar las reservas y Miguel Ángel Pesce se vio obligado a tomar controles extremos.
Importadores, desesperados
De acuerdo a los registros de los bancos líderes, el volumen de acceso de las empresas al mercado único de cambios (MUC) se derrumbó entre 30% y 40% durante las tres primeras semanas del "súper cepo".
Se trata de un dato clave para comprender la efectividad de la medida oficial. Desde su implementación, la mesa de operaciones del Banco Central volvió a comprar dólares para sus reservas. En dos semanas adquirió nada menos que unos u$s1.000 millones.
Esa tendencia sólo se quebró cuando se contrajo la oferta de divisas por parte de las cerealeras exportadoras.
Pero, así como fue eficiente para resguardar las escasas (y limitadas) reservas, la medida del BCRA tiene efectos secundarios contraproducentes. El primero y más relevante refiere a la caída de la actividad ante la baja adicional de las importaciones.
El segundo efecto tiene que ver con los precios: hay empresarios ya determinaron que los productos que no puedan ingresar al dólar "oficial" lo harán por el "contado con liqui" -un 55% más caro- y que trasladarán ese mayor costo a los precios.
Al respecto, iProfesional pudo saber que algunos rubros de la alimentación ya suspendieron las ventas hasta que el panorama se aclare.
Por ejemplo, todos los productos enlatados, que en su mayoría llegan desde el extranjero, ya sean legumbres o pescados. Los principales empresarios del sector decidieron cuidar su stock a la espera de que el Banco Central flexibilice la medida. Y avisaron a sus clientes (cadenas de supermercados y mayoristas) que recién retomarán las ventas cuando se defina la situación del acceso al mercado cambiario.
Los directores del BCRA dedicaron las últimas dos semanas a entrevistarse con cámaras empresariales para darles detalles y perspectivas de la situación.
Algunos de esos ejecutivos consultados por iProfesional comentaron -en off the record- que se llevaron la impresión de que recién podrán aspirar a un retorno a la normalidad cambiaria una vez que el Gobierno arregle con los acreedores por la deuda.
Por ese motivo es tan relevante que Martín Guzmán acelere las negociaciones y concrete una buena solución al tema de la deuda pública. La demora perjudica a la actividad económica y al empleo. Varias de las compañías que se ven perjudicadas por las nuevas normas decidieron suspender a parte (o todo) su personal ante la lógica caída de las ventas.
Mientras tanto, las empresas buscan alguna ventana por donde “colar” los pedidos de dólares “oficiales”.
“No hay posibilidades”, sinceran desde los bancos. Los oficiales de cuentas siguen las reglas del nuevo manual de instrucciones, aunque saben, de antemano, que los reclamos serán rechazados en el corto plazo.
Por ahora cumplen en pedirles a los empresarios que completen los formularios para presentar en la ventanilla del BCRA. En distintos bancos admitieron que, hasta el cierre de este artículo, sólo unos pocos formularios habían sido aprobados.
Para la mayoría, respuesta negativa
En el propio Banco Central tienen un informe técnico en el que se menciona que el 78% de las empresas importadoras no califican para acceder a los dólares de $70.
En concreto, según los registros a los que tuvo acceso iProfesional, sobre un total de 22.500 empresas registradas para importar, nada menos que unas 17.500 no podrán cumplir con las nuevas condiciones. Y quedarán al margen del mercado de cambios oficial.
El acceso a los dólares de las Reservas se distorsionó de la mano de la ampliación de la brecha entre el dólar "oficial" y la cotización de los "alternativos", el "contado con liqui" y el "dólar bolsa".
La ampliación de esa brecha aceleró la dolarización de las empresas. De acuerdo al BCRA, "durante el bimestre abril-mayo se pagaron importaciones por 30% más del volumen importado. Aproximadamente se importó por 5.800 millones de dólares y los importadores accedieron a divisas por 7.500 millones de dólares. Ese comportamiento fue disruptivo respecto del historial de acceso al mercado de cambios".
Esa diferencia de u$s1.700 millones fue lo que las compañías se apuraron para sacar de las reservas, seguros de que están comprando dólares "baratos".
En principio, las últimas restricciones instauradas a finales de mayo, tendrán vigencia hasta el próximo día 30. Sin embargo, en los bancos suponen que la medida se extenderá al menos un mes adicional.
Hay razones que llevan a creer que será así: el ministro Martín Guzmán acaba de prorrogar hasta mediados del próximo mes la negociación con los acreedores por la deuda.
Sin un acuerdo firmado, difícilmente el Gobierno se atreva a flexibilizar el acceso al mercado cambiario. La contracara de extender las restricciones está a la vista: la dureza de las medidas atenta contra la actividad económica y la propia viabilidad de las empresas.
Algunas de esas condiciones para acceder al mercado "oficial" son:
  • Que las empresas no hayan accedido a dolarizarse en el mercado "contado con liqui" en los últimos 90 días. Y comprometerse, bajo declaración jurada, de que tampoco lo harán en los tres meses siguientes.
  • Que no tenga activos en dólares en una cuenta del extranjero.
  • Tampoco divisas atesoradas por fuera del sistema financiero argentino (en una caja de seguridad, por ejemplo).
  • Que cumpla con un cupo de importación: básicamente, no se puede comprar más dólares de los que ya se importó en bienes o servicios.
  • Hay excepciones: las importaciones de medicamentos y los pagos de productos vinculados con el Covid-19, como los kits para realizar testeos. Precisamente, desde los bancos comentaron a iProfesional que las importaciones de medicamentos, vacunas, prótesis y todo lo vinculado a la pandemia tienen realmente un acceso inmediato por parte de las empresas. Por allí no hay ningún problema.
El propio Pesce ya admitió que estas restricciones no podrán aliviarse -más allá de alguna excepción- hasta que no se resuelva el tema de la deuda. Mientras tanto, la economía sufre más de la cuenta en la era pandémica. Y las empresas corren peligro para seguir subsistiendo.
Claudio Zlotnik