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Alberto saca cuentas contra reloj para hacer a los acreedores una oferta que "empiece con un 5"

El Gobierno se prepara para anunciar la extensión del plazo para que los acreedores ingresen a la oferta oficial. El deadline, que es este martes 2 de junio, será prorrogado con la idea de seguir acercando voluntades a la operación en el marco de las contrapropuestas que se conocieron en los últimos días de la semana pasada.
Pero ahora la pelota vuelve al terreno de Martín Guzmán y los bonistas dicen que no tienen margen para seguir recortando posiciones. Por ende, primará la política: Alberto Fernández definirá con qué nivel de adhesión se siente "cómodo" y en base a eso determinará cuánto más se mejora la oferta. 
Según cálculos del mercado, no obstante, hay un claro avance en términos de lo que ofrecía Guzmán al inicio de las conversaciones. La oferta original de Economía tenía un valor de 39 dólares por cada 100 que se les debía a los bonistas. Éstos, por su parte, propusieron un canje que contemplaba 62 dólares. La diferencia en las primeras ofertas a finales de abril marcaron una distancia de 22 dólares o 57 por ciento entre lo que ofrecía Guzmán y lo que desean los acreedores.
Ahora, con las mejoras que hizo el Gobierno a una propuesta que claramente no iba a funcionar, el país ofrece reconocerle casi 47 dólares por cada 100 que pedían los bonistas. El tema es que los principales bonistas, léase el grupo que lidera el fondo neoyorquino Blackrock, están todavía pidiendo algo en torno a los 60 dólares sumando el cupón atado al PBI.
Recientemente se unieron dos grupos de acreedores para presentar una oferta conjunta. Argentine Exchange Bondholder Group -EBC- donde sobresale el fondo Monarch y Ad Hoc Argentine Bondholder Group que lidera BlackRock.
La propuesta cuenta con el respaldo de los grupos más grandes de acreedores de la Argentina, que poseen colectivamente más del 30% de los Bonos de Canje y Bonos Globales - o sea los emitidos por Mauricio Macri- en circulación.

"Confiamos en que la propuesta conjunta proporciona una base sólida para una solución en colaboración que aborde adecuadamente los intereses legítimos de la República Argentina y de sus titulares de bonos internacionales", dijeron en un comunicado.
Sergio Massa fue contactado por los fondos para advertirle que tiene que haber una mejora en la oferta.
Sergio Massa fue contactado por los fondos para advertirle que tiene que haber una mejora en la oferta.

Pedidos a la línea política de Alberto

Pero según se calcula en el mercado, la nueva propuesta de estos dos grupos que se unieron tiene un valor en torno a los 57 dólares. La diferencia, aún y como dijo el mismo Guzmán, no es menor y el mismo ministro lo dijo en los últimos días. "Nos hemos acercado pero aún hay camino por recorrer", confirmó.
Ahora, la clave pasará por ver la voluntad negociadora de Alberto FernándezLos acreedores que tienen línea con el ala política del gobierno -léase Sergio Massa y Cecilia Todesca, la vice jefa de Gabinete- ya le adelantaron que la oferta de mínima tiene que contemplar que el país le reconoce 55 dólares por cada 100 que pusieron.
Además, y porque no quiere que se dilate tanto el proceso, afirmaron que podrían seguir negociando pero no eternamente y pusieron sobre la mesa la carta de la aceleración de los pagos. O sea, si no se llegará a buen puerto y pronto irán a la justicia para reclamar que el país pague.

Con ese panorama es el que tiene por delante el Gobierno. Algunas voces más alineadas por el discurso de Guzmán dicen que no sería tan malo obtener un nivel de adhesión que ronde el 50 o 60 por ciento. Y señalan que si eso ingresa, se podrá seguir trabajando después a pesar de que el país seguiría claramente en default.
Eso le vende a Alberto no sólo Guzmán sino Sergio Chodos, amigo íntimo del discípulo de Joseph Stiglitz, y representante argentino ante el Fondo Monetario Internacional. El ex Premio Nobel avala obviamente esa idea y de hecho recientemente volvió a criticar al grupo de BlackRock por su posición ante la deuda.
Pero otras voces de la política le dicen al Presidente que el país tiene que mejorar la propuesta hasta que la mayoría de los acreedores acepten. Le dicen que algo por debajo del 75 por ciento que tuvo el canje de Roberto Lavagna Guillermo Nielsen en 2005 sería un fracaso y haría que el país profundice la recesión por el extenso default y litigios en Nueva York.
Por eso ahora el turno le toca al Gobierno para mejorar la oferta o enfrentarse a un default mucho más extendido. La clave pasará por si Guzmán puede presentar una propuesta que comienzo con el "número 5" por delante. 
"Si los acreedores se plantan en cincuenta y siete, al menos el ministro tiene que subir de cuarenta y siete y cincuenta y tantos. Lo que le dé, pero la próxima propuesta tiene que empezar con el número 5 y no el 4, sino no tenés margen para negociar nada", comentaba un banquero de Manhattan.
En Wall Street creen que esto depende de una decisión política para acordar.
En Wall Street creen que esto depende de una decisión política para acordar.


Para Wall Street, a este punto, la resolución del canje es netamente política. "El Gobierno tiene en sus manos sacarse de encima un problema que pesará cuando el país puede volver a crecer. 
Si no lo hace ahora lo hará más adelante, esta u otra administración. Los países no son empresas que quiebran y desaparecen, tarde o temprano tenés que pagar", describió el banquero.Que empiece con el número 5

En esa línea, Delphos Investment dice que la propuesta argentina sigue siendo muy "mezquina" y debe ser mejorada aún más para poder ser traducida al lenguaje de los fondos de bonistas. La primera definición es que el cálculo del Valor Presente Neto "debe comenzar con 5".
Y la segunda es que debe tener la forma de un bono, es decir menos plazo de gracia y mayores cupones de intereses. Luego de las mejoras realizadas por el equipo de Guzmán y por el grupo de bonistas, las puntas podemos simplificar diciendo que parecen encontrarse.
"No luce como una distancia irreconciliable. Pero el detalle es que los bonistas no están dispuestos a ceder mucho más terreno", acotan.
Según la consultora, para seguir mejorando hay que dejar en la mesa algunos principios hasta ahora presentados como inamovibles. ¿Será eso políticamente posible? "Sabemos que para el peronismo el pragmatismo es su principal bandera. La lógica de la racionalidad indica que un acuerdo debería ser posible, con el gobierno poniendo sobre la mesa la mayor parte de la diferencia todavía vigente", razonan.
"No se pudo cerrar durante la última semana, pero se sigue negociando. De esa manera, se lograrían las mayorías necesarias para activar las CACs en todos los bonos y evitar el default. El otro camino, por ahora menos probable, es el de quedarse en una posición intermedia, no mejorar aún más la oferta e ir a un canje parcial que deje sin activar las CACs en varios bonos y por ende transitar el camino del default", remarca Delphos.


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