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Ahora New York: deuda y acreedores

Cuando se asevera en potencial o se dogmatiza una negociación, convirtiéndola en refractaria, están operando.


Últimas de tres fuentes directas.
Luego de los ultra chequeados “dead line” que nunca sucedieron, recuerde que las negociaciones de una deuda privada con potencial de impago tienen tiempos de elaboración profesional, no periodísticos. Como anticipamos en enero en esta columna desde New York, íbamos y vamos bien. Ya explicamos cómo es una reestructuración financiera en el sector privado. Los tiempos no coinciden con la ansiedad informativa de la prensa ni la de los macroecolobbistas que conferencian sin haber ejecutado nunca, ni una.
Los bonistas y su hinchada local demandaban una propuesta de 55 dólares de NPV. El presidente no quiere el default, pero no está dispuesto a claudicar. Los bonistas ya están en los detalles. La información es que se acerca un acuerdo, pero falta acordar detalles legales. Cláusulas que protegen a los acreedores en caso de un incumplimiento de pago. Argentina negocia “al detalle” y manejando los tiempos.
En estos días el tema no pasa exclusivamente por el análisis del grado de aceptación de los fondos y las mayorías, “el tema clave es jurídico” antes de formalizar todo ante la SEC (Security and Exchange Commission). Recuerde que obtener un acuerdo en medio de una pandemia donde el New York Time dice que las estadísticas de contagios y muertes pueden ser 10 veces más altas que las comunicadas, no es menor. En el mundo el primer default puede gatillar otros más grandes, públicos y privados. La legalidad no es un dato. Es la clave de un eventual futuro estropicio internacional.
Descarte informaciones improcedentes. Hay mucho dinero en juego. Se están anticipando un eventual incumplimiento y quieren asegurarse todo lo que tenga que ver con lo legal para poder litigar, en caso de que sea necesario. Pretenden sentar precedente mediante el caso argentino ante la eventualidad de reestructuraciones de otros países con problemas de deuda.
La nueva iniciativa oficial, probablemente sea la última ya que contemplaría un NPV (Net Present Value) de 50%, con otras prerrogativas que aumentan levemente la equivalencia. Cuando uno mira los 40 dólares de inicio, teniendo en cuenta que fue previo a la pandemia, hemos recorrido un camino inversamente proporcional a la desgracia económica. A más desastre mundial mejor oferta argentina. Enough!
Con 26,4% de caída de la economía en abril (INDEC), no es difícil intuir que hemos llegado a semifinales. Cualquier mejora haría peligrar el posterior cumplimiento y/o demandaría esfuerzos ciudadanos superiores a los actuales, que el Gobierno no va a comprometer.
La información que nos llega desde New York es que los acreedores están entendiendo que este es el máximo esfuerzo posible y, aunque Argentina no ha enseñado los dientes nunca, tienen en claro que se puede activar el modo: “let it be”. Esta vez, sin patear el tablero, podemos seguir dejando el “siga siga”.
Para ampliar, podríamos decir que con un próximo ministro el trato puede ser más duro, no más blando. Sin embargo los acreedores resistirán un poco más. Por ahora la avaricia le ganó al miedo, pero eso cambió.
La mejora de la propuesta argentina es directamente proporcional al esfuerzo de la ciudadanía. Es decir, hacer más concesiones significa sacarle algo más a la gente. Si así fuera, tendríamos que mandar al ministro Guzmán a repasar todos los libros del profesor Stiglitz (la gran apuesta teórica). Stiglitz piensa que “hay vida después del default”, y así lo escribió, poniendo de ejemplo a la Argentina pos-2001. No tenga desconfianza, Guzmán no llegó para dejar en la puerta de Columbia sus convicciones.
Este default que comenzó en agosto de 2019 con el reperfilamiento del ministro Lacunza y el ex presidente Macri, se extendió el 22 de mayo, y ahora solo habría que dejar caer los vencimientos de los títulos Century y Discount por unos 670 millones de dólares. De todos modos el vencimiento “de rigor” se produce 30 días después. Vamos llegando.
Conclusión didáctica para los lectores
No eran 3 meses, ya estamos en 6 meses de negociaciones. Hasta ahora el error de cálculo de la “prensa pirincho” es del doble. Debemos aprender la diferencia que existe entre una operación comunicacional encubierta de los acreedores y la experiencia práctica de los ejecutivos de finanzas (que no responden a los intereses de los mercados). También son días para premiar la honestidad entre tanta zanata de quienes trabajan recortando y pegando lo que les piden, agregándole highlights rimbombantes. Para confirmar lo revelado en Google, póngale fechas y fuentes, entérese lo que decía la misma gente en el mes de enero.
Cuando se asevera en potencial o se dogmatiza una negociación, convirtiéndola en refractaria, están operando. Solo se necesita espacio en un medio, una cara permanente y un público ávido de malas noticias para lucrar con la desgracia de los ciudadanos de un país con una economía en bancarrota.
Profesor de Postgrado la UBA y de Maestrías en universidades privadas. Presidente de www.hacer.com.ar. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política.


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