Se trata del fondo noruego "Norges Bank Investment Management". El actual CEO habría recibido "atenciones" de un filantrópo que lo sucederá en su puesto.
Por Jorge Herrera
Es cierto que en todos lados se cuecen habas. Ningún país está exento de algún acto de corrupción oficial o privada. Y si bien los países nórdicos son, en general, puestos como ejemplo de transparencia y gobernanza, por la integridad de sus funcionarios y empresarios, también han tenido sus historias donde el cine policial negro escandinavo ha sido muy enriquecedor. Pero quizás, dónde menos se esperaba alguna noticia de este tipo, y sobre todo en medio de la pandemia global y la debacle del petróleo, era en el mayor fondo soberano del mundo, el noruego, el “Norges Bank Investment Management”.
Hasta hace poco Yngev Slyngstad, actual CEO del fondo noruego, pensaba con su orgullo vikingo irse por la puerta grande luego de más de una década de una prestigiosa trayectoria, dejando el valor del fondo en más de un billón de dólares, siendo el más grande del mundo.
Pero ahora parece que puede llegar a salir por la puerta de atrás a raíz de lo que la prensa nórdica y especializada internacional (como Bloomberg y Financial Times) califican como un escándalo, que a los ojos latinos, podría considerarse una “desprolijidad” impropia de una sociedad como la nórdica.
La historia puede sonar muy lejana a los ojos argentinos, hoy seriamente castigados por la doble Nelson “pandemia-cuarentena”, pero muchos se sorprenderían de saber qué hacía tiempo que el fondo noruego estudiaba inversiones en Argentina. Había intensificado su interés al promediar el mandato de Macri y existían serias chances de canalizar un interesante flujo de inversiones en activos argentinos. Todo se frenó, obviamente, tras el inicio de la crisis que terminó con el mega auxilio del FMI.
¿Pero qué fue lo que pasó para que Slyngstad quedara inmerso en una tormenta de sospechas, que terminan manchando la transparencia del fondo, que es uno de los mayores inversores internacionales del mundo (invierte en el exterior los ingresos procedentes del gas y del petróleo, Noruega es el principal productor europeo)?
En primer lugar, hay que retrotraerse al año pasado. A fines de octubre, el CEO o Consejero Delegado del fondo noruego, tras haber alcanzado el mayor valor de su historia, más de un billón de dólares, anunció su retiro. Cabe señalar que el fondo es una entidad adscrita al banco central, Norges Bank, creada en 1998. De modo que Slyngstad continuaría en su cargo hasta setiembre luego que se nombrara a su sucesor.
Pero días atrás estalló el escándalo al trascender que el CEO del fondo noruego había aceptado viajar en el avión privado del millonario y filántropo noruego, Nicolai Tangen. Hasta ahí nada parecería sospechoso, quizás un exceso de “ingenuidad” o “abuso de confianza”. Pero ocurre que el señor Tangen fue, precisamente, propuesto por Slyngstad para sucederlo como CEO del fondo.
La historia comenzó en noviembre del año pasado (o sea, luego que Slyngstad anunciara su renuncia) cuando el CEO del fondo acudió a una conferencia en Estados Unidos pagada por Tangen, a la que fueron invitados otras figuras públicas noruegas.
¿Quién es Tangen? Es el fundador del hedge fund AKO Capital (en 2005) que gestiona una cartera de u$s16.000 millones. Cuenta con una extensa trayectoria en los mercados de capitales internacionales (Egerton Capital y Cazenove entre otros). Tiene una licenciatura en finanzas en Wharton School y sendas maestrías en Historia del Arte de Courtauld Institute of Art (Londres) y en psicología social en London School of Economics. Y para terminar de tener una vaga idea de su perfil no se puede soslayar que Tangen sirvió en la Escuela de Inteligencia y Seguridad de las Fuerzas Armadas de Noruega, donde estudió ruso y recibió capacitación en interrogatorios y traducción. O sea, no es ningún “nene de pecho” este filántropo noruego. Al parecer, Tangen contactó en enero a Slyngstad para interesarse por su puesto.
Sin lugar a dudas, la candidatura propuesta de Tangen fue una sorpresa en Noruega, ya que no figuraba entre los candidatos oficiales y su nivel de vida no concuerda con la austeridad de la que hace gala el Norges Bank. Según el fondo noruego, la entidad fue la que pagó el viaje de Slyngstad hasta Nueva York y el tren para llegar hasta la Wharton Business School, sede de la conferencia.
Pero no niega que el CEO realizó el viaje de vuelta en el jet privado de Tangen "debido a consideraciones prácticas". A los ojos latinos y no tan latinos, todo esto podría considerarse un tema menor, pero para los escandinavos, y austeros del Norges Bank, tanto el viaje en jet privado como otros incentivos recibidos por Slyngstad, comidas, espectáculos, etc. (en fin, un trato de cinco estrellas, para los noruegos) pueden ser interpretados como un soborno. Incluso, hasta se habla de una función privada del cantante Sting.
Por ello, el banco central noruego convocó días atrás a una reunión de emergencia y suspendió el proceso de sucesión en la dirección del fondo. El Financial Times fue categórico al señalar que el comportamiento de Slyngstad enfureció a muchos de sus subordinados y colegas en el Norges Bank, quienes afirman que las estrictas reglas del banco central, que prohíben la aceptación de tales obsequios, les han hecho imposible aceptar incluso un café, por lo que cualquiera que no hubiera sido Slyngstad habría sido despedido de inmediato por aceptar un regalo que vale incluso una fracción del valor de un vuelo privado.
Como manotazo de ahogado, en pos de salvar su reputación y buen nombre, Slyngstad publicó una nota pidiendo disculpas a sus colegas y a toda Noruega por aceptar el regalo, diciendo que estaba "avergonzado" y que "lamentaba" haber "herido la reputación del Norges Bank" y la “cultura organizacional". Las revelaciones han sorprendido a los noruegos y han creado la apariencia de escándalo en torno a una de las instituciones más veneradas del país.
El Consejo de Supervisión del banco central de Noruega dijo que intentará averiguar si los eventos "representan una violación de las regulaciones que se aplican a las actividades del Banco Norges". En su defensa, Tangen, un multimillonario que realmente ni siquiera necesita el trabajo, aunque es difícil rechazar la oportunidad de liderar el mayor fondo soberano del mundo, dijo que hacía años, cuando se planeó el seminario, reservó a Slyngstad y que los otros temas eran solicitudes de última hora y quizás reflejaban un mal juicio.
Como si fuera poco, pero quizás aleccionador de cómo se manejan las élites noruegas, según el FT, el gobernador del banco central de Noruega, Oystein Olsen, quien dirigió la búsqueda para suceder a Yngev, le dijo que "concluyó" una investigación sobre si Slyngstad violó las pautas éticas al acordar que el banco central debería pagarle a Tangen los costos del hotel en Filadelfia y el vuelo a casa. O sea, en buen romance, el banco central decidió poner fin a las preguntas sobre las donaciones financieras inadecuadas hechas a un funcionario público, reembolsando al presunto “donante” de dicha donación los costos de la donación.
El banco central publicó una larga descripción del proceso de contratación en su sitio web, que incluye toda la historia de los intercambios de correo electrónico entre Slyngstad y Tangen. Se espera que Tangen asuma oficialmente el cargo de CEO del fondo en septiembre, a menos que su nombramiento sea rescindido de alguna manera, o se niegue a aceptarlo bajo presión.
Allegados al escándalo ahora ponen en tela de juicio la idea de Slyngstad, al anunciar su renuncia en octubre pasado, de tener algún tipo de relación con el fondo soberano a través de una función de asesoramiento con el grupo de energías renovables del fondo. Nadie está exento de traspiés éticos. Tampoco los nórdicos. La historia continúa.
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