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ANSeS, Justicia y Cancillería, en una semana de internas cruzadas para el Gobierno

Alberto Fernández atravesó varios conflictos que alteraron los pasillos de Olivos; La Cámpora, protagonista clave

Mientras se dilata el conflicto abierto con los reclusos del penal de Villa Devoto, uno de los más graves de las últimas décadas en cárceles federales, en el Ministerio de Justicia permanece vacante desde el inicio de la gestión un cargo clave: la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios, encargada del manejo del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y de la coordinación de la política carcelaria en todo el país.
La demora en ese nombramiento, lejos de ser un descuido, es un símbolo del exacerbamiento de tensiones internas en distintos rincones del Gobierno, que convirtieron la semana que pasó en una de las más turbulentas de Alberto Fernández en el poder. En los últimos días, el Presidente echó por primera vez a un funcionario de peso y, sin estridencias, puso en juego su faceta de equilibrista para evitar o postergar el estallido de crisis en otras dependencias del Poder Ejecutivo.
El despido de Alejandro Vanoli no tiene una explicación única. Al funcionario, presidente del Banco Central durante el último gobierno de Cristina Kirchner, le cobraron en diferido el caos del " viernes negro " que expuso a miles de jubilados en largas colas frente a los bancos y le reprocharon deficiencias en la gestión y demoras en la designación de directores en empresas privadas en las que el Estado es accionista.
         
Pero su salida estuvo marcada también por el enfrentamiento que mantenía desde diciembre con La Cámpora, a la que relegó del manejo de las UDAI, las oficinas de atención del organismo en todo el país. Al designar a Fernanda Raverta, integrante de la agrupación que lidera Máximo Kirchner, el Presidente laudó a favor de la organización kirchnerista y en contra de los que habían protegido a Vanoli. Ante la seguidilla de errores, nadie reivindicó al funcionario como propio y, sin apoyo político, su suerte quedó echada.
En el Ministerio de Justicia, el conflicto sigue abierto y amenaza crecer. La ministra Marcela Losardo, muy cercana a Fernández, confirmó el jueves que pretende designar en la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios a Emiliano Blanco, director del SPF desde enero de 2014. "Está a la firma del Presidente", dijo la funcionaria cuando la consultaron sobre la demora en la designación, de casi cinco meses. Lo cierto es que el nombramiento es resistido por el kirchnerismo, que le recrimina a Blanco haber permanecido en el cargo durante todo el gobierno de Mauricio Macri.
Las diferencias internas en el ministerio quedaron expuestas el jueves, durante la reanudación de las negociaciones con los reclusos de Villa Devoto, determinantes para pacificar o potenciar los conflictos en el resto de los penales del país. En la mesa de negociación no estuvo el secretario de Justicia, Juan Martín Mena, muy cercano a Cristina Kirchner, que la semana pasada había sido protagonista de la gestión para retomar el control del penal. En las tratativas de esta semana, que entraron en un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo, Blanco asumió un rol protagónico.
Antes de encabezar el SPF, el funcionario se desempeñó como jefe de asesores de Alejandro Marambio, director del SPF entre 2007 y 2011, y entre 2013 y 2014. Había ingresado en el Ministerio de Justicia en 2005, cuando el ministro era Horacio Rosatti, y la secretaria de Justicia, Losardo. Mientras la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios siga vacante, la disputa interna permanecerá abierta y sin ganadores claros.
En un conflicto de otra clase, Fernández usó sus redes sociales el jueves a la noche para difundir un encuentro que mantuvo con Felipe Solá en Olivos. La imagen sirvió para acallar rumores acerca de un distanciamiento entre el Presidente y el ministro de Relaciones Exteriores, uno de los funcionarios de más volumen político propio.
El posteo fue celebrado en la Cancillería. En los días previos, el ministro había recibido un reproche de Fernández por el manejo de la disputa en el Mercosur: el Presidente lo instruyó para que, marcando las diferencias con el resto de los socios del bloque, la Argentina permaneciera en la mesa de negociación externa. Además, Solá había estado ausente de las conversaciones telefónicas que mantuvo el Presidente con cuatro mandatarios en las últimas dos semanas, Emmanuel Macron (Francia), Sebastián Piñera (Chile), Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Angela Merkel (Alemania).
"En ninguno de esos contactos estuvo el canciller del otro país. Alberto lo puso a Felipe como cara visible de la política exterior, pero desde el primer día segmentó la tarea para darle participación a [Gustavo] Beliz y maneja muchas relaciones de manera directa. No hubo un cambio de condiciones que sea motivo de reproche", dijeron en la Cancillería a LA NACION, para negar un enojo entre Fernández y el ministro. "La relación entre ellos es cambiante", admitieron sobre la posibilidad de que la historia sume nuevos capítulos.
Gabriel Sued