El gobernador saliente del Banco de Inglaterra, Mark Carney, admitió este martes que el efecto en la economía de la propagación del covid-19 podría ser "grande" pero subrayó que "en última instancia será temporal".
En una declaración ante la comisión parlamentaria del Tesoro, dijo que el banco central británico "tomará todas las medidas necesarias para apoyar la economía del Reino Unido y su sistema financiero" y ayudar a los hogares y empresas a afrontar el posible choque económico.
La institución, que está en proceso de revisar su análisis sobre el efecto de la epidemia, estima que el impacto económico del virus a nivel global puede ser "potencialmente grande" y sentirse durante "al menos un trimestre o incluso dos", afirmó.
El gobernador, que acabó su mandato el 31 de enero y será sustituido por Andrew Bailey en marzo, explicó que el Banco de Inglaterra tiene en pie los "planes de contingencia necesarios" y puede actuar "según sea apropiado" con sus herramientas de política monetaria.
Los bancos británicos son "resilientes" y han pasado pruebas de solvencia equivalentes al posible impacto de la propagación del virus -que, entre otras cosas, puede afectar a las redes de suministro y la demanda global-, señaló.
En este sentido -apuntó-, a diferencia de la crisis crediticia de 2008, que provocó el descalabro del sistema financiero, los bancos "son ahora parte de la solución y no del problema".
Mientras que esa crisis causó "cicatrices duraderas en la economía", en su opinión la situación causada por el coronavirus, que ha ralentizado la actividad económica y sacudido a los mercados financieros, significa que habrá "trastornos, pero no destrucción".
El lunes, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), el español Luis de Guindos, aseguró en Londres que el organismo "está preparado" para "ajustar todos sus instrumentos" y actuar ante los efectos en la economía de la expansión de la enfermedad del covid-19.
(c) Agencia EFE