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Uno de los temas más discutidos en la historia del pensamiento económico es la cuestión de qué es el valor. Hablamos de la necesidad de generar "valor agregado" porque cuanto más valor agregado, más riqueza se genera. La cuestión es que el valor está mayormente en la mente, pero no en nuestra mente, sino en la mente de los otros.
El valor es subjetivo. Algo tiene valor siempre y cuando los demás perciban que dicho bien o servicio vale algo y están dispuestos a pagar por él. O sea, la generación de riqueza depende de que estemos atentos a las necesidades de los demás para poder brindarles un servicio o un bien que estén dispuestos a pagar. Pero ello requiere tomar riesgos, innovar y aventurarse a proyectos novedosos. Cuando la sociedad premia estas actitudes, se genera valor y con ello la riqueza. Y la generación de riqueza es el principal instrumento para reducir la pobreza. Pero a veces las sociedades hacen lo contrario.
En la segunda mitad del siglo XIX, casi simultáneamente, Williams Stanley Jevons, León Walras y Carl Menger desarrollaron la teoría del valor subjetivo. Antes, los economistas clásicos pensaban que el valor provenía del trabajo que se le aplicaba a la producción de un cierto bien. Marx basó en esta teoría la idea de la "plusvalía".
Sin embargo, la teoría del valor subjetivo cambió completamente esta idea. Porque el valor deja de ser un producto del trabajo, sino que depende de la "utilidad marginal" que ese bien tiene para el consumidor (bienestar que produce consumir más de ese bien). La función del empresario entonces es encontrar la forma de generar "valor agregado". Esto es, encontrar una necesidad o deseo que tengan las personas y satisfacerlo, pero a un costo menor de lo que la gente está dispuesta a pagar.
En otras palabras, la ganancia de un empresario es el resultado de organizar recursos como el trabajo, el capital, la tecnología, los proveedores, la infraestructura, etc. de tal manera de poder brindar un servicio o producir un bien por un costo menor al que la sociedad esta dispuesta a pagar por él. Eso es la generar valor, valor nuevo que antes no estaba. Así, una mezcla de caucho, fierros, cobre, plásticos, gente y maquinas pueden dar lugar a un auto que vale más que los recursos usados para producirlo. Eso genero riqueza, riqueza nueva.
Si el empresario es muy eficiente organizando los recursos ganará más dinero. Lo cual motivará a otros a copiarlo. Eso aumenta la demanda de trabajadores y de capital. Los fabricantes de máquinas verán crecer el interés por sus aparatos y necesitarán también más trabajadores. El aumento de la demanda de trabajadores subirá los salarios. Las personas que tengan ahorros también ganarán, porque la necesidad de capital inicial presionará sobre la tasa de interés y los ahorristas cobrarán más. Al aumentar, la cantidad de nuevos productores, los precios bajarán y el mercado se estabilizará, pero con la sociedad un poco más rica. Luego aparecerá un nuevo mercado, una nueva innovación y todo vuelve a empezar.
También puede ser que la generación de riqueza se dé por una mejora en la forma de producción que reduzca los costos. Todos estos procesos pueden ser grandes, espectaculares y revolucionarios, como la aparición del celular, el desarrollo de aplicaciones móviles, el shale gas o pequeño y más común como poner un kiosco en la esquina adecuada. Sea como sea, este mecanismo es el núcleo del crecimiento económico. Que no es otra cosa que generar el mayor de los valores con la mayor eficiencia posible.
Hay que tener en cuenta que cuando se dan estos procesos, muchos fallan. Probablemente, sean muchos más los que fallan de los que tienen éxito. Esto va para el kiosco mal ubicado, para buscadores de internet que se quedaron o empresarios que no pudieron poner en orden los costos. De ahí es que se dice que las ganancias también reflejen el riesgo.
Cuando el Estado carga con muchos impuestos o muchas regulaciones a una economía no hace otra cosa que trabar la organización de recursos para producir cosas de la forma más eficiente. Por otra parte, si los impuestos son excesivos y no son devueltos de forma eficiente en servicios, lo más probable es que simplemente encarezcan los costos, reduciendo la capacidad de producción. Como consecuencia, sólo los compradores que más estaban dispuestos a pagar por el producto acceden a él y así se reducirá la velocidad a la que se crea nueva riqueza.
La economía argentina tiene un problema estructural en materia de crecimiento. Desde el 2011 la economía está estancada y ello implica que el proceso de generación de riqueza como el que describimos no está funcionando. Estamos fallando en la generación de riqueza, debido a una economía excesivamente regulada, donde los recursos no se pueden organizar libremente y los impuestos son muy elevados. Es por ello que se necesita pensar cómo reducir regulaciones, simplificar y bajar impuestos para recomponer un proceso de generación de riqueza. Porque sin generación de riqueza aparece la pobreza.
Fausto Spotorno
