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Sergio Berni no deja de sorprender. Cuando todo hacía suponer que se había superado la discusión sobre las fuerzas federales en la provincia, volvió a hablar para tildar de aficionada a la ministra de Seguridad Sabina Frederic. Una comparación con su anterior gestión como Secretario de Seguridad de la Nación pone de manifiesto que no tuvo un perfil conflictivo ni protagonizó choques con otros funcionarios durante la presidencia de Cristina Kirchner. Por otra parte, resulta imposible pensar que durante una semana que va de chispazos con Frederic y Alberto Fernández, Axel Kicillof no haya hablado con Berni para ponerle punto final a la polémica. ¿Aprueba entonces el gobernador las críticas de su subordinado o por lo menos las deja correr? Lo cierto es que Kicillof intentó, por ejemplo, diferenciarse del gobierno nacional en su método para renegociar la deuda bonaerense y llegó al borde del default con su táctica de asegurar falsamente que no tenía fondos para pagar el BP 21, pago que finalmente realizó al filo del vencimiento. Se dice que el gobernador está molesto con el desembarco en territorio bonaerense del proyecto de Santiago Cafiero gobernador.
CFK, una incógnita
También hay que ponderar qué relación existe entre el caso Berni y Cristina Kirchner, cuya base de poder territorial está en la gobernación bonaerense. Berni emergió a los primeros planos como secretario de Alicia Kirchner en Desarrollo Social y después se ligó a CFK. Esta última no participa de discusión alguna pero en la charla de presentación de su libro en Cuba se diferenció de Alberto y Martín Guzmán planteando que se les debe reclamar a los acreedores una quita. Esta disidencia no pasó desapercibida en el exterior.
