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Arrancó mal, pesificará y seguiremos peor

La idea de desdolarizar la economía formulada por técnicos cercanos al presidente electo, Alberto Fernández, fue expuesta públicamente por la expresidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, quien sostuvo que "la centralidad del dólar en nuestra economía y en la subjetividad de gran parte de la sociedad viene desde hace tiempo. Sin embargo, no es irreversible ni está en nuestro ADN como muchas veces se intenta instalar". Esta idea ya se probó en más de una oportunidad y no logró funcionar, de ahí que no extraña que no fuera bien recibida por los analistas en la materia. Y si bien la promesa es tentadora, por ejemplo, para quienes "han sido jaqueados por el fuerte aumento de las boletas de luz y gas durante los últimos 4 años", no parece sencilla de implementar en medio del creciente déficit fiscal. Como fuere todo apunta siempre hacia el mismo lugar: espantar las inversiones.



La idea de pesificar las tarifas y desdolarizar la economía, algo que ya se probó en varias oportunidades y nunca funcionó, sumada a la visita del electo presidente Alberto Fernández a México, un país que está más bien cerca de las políticas venezolanas, en su primer viaje internacional, solo anticipan que la inversión seguirá ausente, la economía retrocederá y el mercado interno seguirá en problemas.
Además, con la llegada del kirchnerismo parece haber una clara certeza para las empresas: la doble indemnización o la prohibición de despidos estarán a la orden del día por lo que muchas se apuraron en agilizar despidos antes del 10 de diciembre, y lo hicieron sustentadas en la falta de actividad económica que supo conseguir la saliente administración.
Sin dudas, la Argentina necesita inversión, más exportación, y desde hace unos días solo se escucha probable suba de tributos, desdolarización de la economía, pesificación de tarifas y mayores promesas de gasto público.
De esta manera, toda la emisión que se está realizando en estos días podría ir contra los precios, y si el gobierno no actúa rápidamente las presiones sociales estallarán para diciembre. Mientras que el dólar blue llegará muy alto.
Por otra parte, hasta ahora toda la baja de tasas no implicó más actividad económica, lo cual revela que el problema no es la tasa de interés, sino la falta de incentivos a la inversión. Y sin ahorro no hay inversión. Si en la Argentina los depósitos en pesos y dólares se van del sistema financiero, eso lleva a que haya menos crédito para las empresas, y por ende fuerte caída de la inversión. De ahí, el camino es conocido: menor creación de empleo y consumo en el año 2020.
¿Llegarán dólares? Pues, aún no se sabe qué política de retenciones se aplicará. Tal como publicó Urgente24 ayer, el campo está esperando señales, pero con la falta de crédito tampoco tiene tanta plata para invertir en tecnología para llegar a una buena cosecha. Además, mientras desconozca su rentabilidad, no puede definir el stock de inversión a realizar. Y, no hay mucho margen, ya que las decisiones de producción para exportar se deben toman en estos días.
Para colmo, el documento de Mercedes Marco del Pont en donde vuelve a insistir con la desdolarización resta aún más a la hora de hablar de inversiones.
La promesa es tentadora, por ejemplo, para quienes "han sido jaqueados por el fuerte aumento de las boletas de luz y gas durante los últimos cuatro años, pero no parece sencilla de implementar en medio del creciente déficit fiscal", explica el sitio especializado 'EconoJournal'.
"Voy a desdolarizar las tarifas porque no es posible que haya un sector de la economía, tan importante como la energía, que esté dolarizado en un país que produce y consume en pesos", aseguró el presidente electo Alberto Fernández durante la campaña electoral. Lo dijo aparte de la propuesta elaborada por los equipos técnicos del Partido Justicialista. Allí se propone congelar las tarifas por 100 días y crear una Comisión de Revisión Tarifaria Integral "que deberá establecer el costo real de producción de transporte de gas y electricidad" ya que "el precio que pagarán los consumidores será fijado nacionalmente, en función de los costos reales de producción y de las necesidades de sus ciudadanos y de su desarrollo productivo". 
Pero, la propuesta no parece sencilla de implementar en medio de las restricciones fiscales que deberá enfrentar el próximo gobierno.
Sucedió, recuerda el sitio, a la salida de la convertibilidad, cuando las tarifas fueron congeladas y pesificadas debido a la crisis económica que atravesaba el país. Más allá de algunos ajustes marginales, esa política se sostuvo hasta 2015, lo que llevó a que, en términos reales, el peso de los servicios se redujera a su mínima expresión en el presupuesto familiar. La contracara de esa política fue el enorme crecimiento que experimentaron los subsidios públicos durante el mismo período.
"Según un informe reciente de IERAL, en 2002 un usuario medio pagaba una tarifa equivalente al 97% del precio de la energía eléctrica. Sin embargo, ese porcentaje fue retrocediendo hasta representar apenas un 15% en 2015. La contracara de ese proceso fue el aumento de los subsidios públicos que llegaron a representar el 4,8% del Producto Interno Bruto ese mismo año", publicó.
Macri revirtió aquella tendencia autorizando fuertes aumentos de tarifas, haciendo que el usuario llegara a cubrir durante su gestión el 72% del precio de la energía (ahora se ubica en torno al 55% por el congelamiento preelectoral), mientras que los subsidios se redujeron al 0,5% del PIB en el primer semestre de este año.
De continuar ese congelamiento, inevitablemente habrá costos que impactarán "en los niveles de inversión ya que el Estado Nacional no está hoy en condiciones de suplir con subsidios lo que deje de desembolsar el usuario".
EconoJournal afirma que "la Argentina tiene un déficit fiscal, luego del pago de intereses de la deuda, que en los primeros nueve meses del año se elevó al 2,1% del PIB, según las cifras oficiales distribuidas por Hacienda, y la situación será más complicada aún el año próximo, debido al descalabro de las últimas semanas".
Además, a la restricción fiscal se le suma las condiciones que pueda llegar a poner el FMI para desembolsar los recursos pendientes ya acordados, los cuales son indispensables para cancelar los próximos vencimientos de deuda.
En este contexto, es difícil que lo que deje de pagar el usuario por una eventual "desdolarización" de tarifas pueda ser compensado con subsidios. Y sobrevendrá la mencionada caída en los niveles de inversión. 
Según el sitio mencionado, "el problema central no es el impacto en el segmento de distribución sino fundamentalmente en generación, tanto de crudo, gas como energía eléctrica, aunque está claro que hay un vínculo entre ambos eslabones de la cadena. Si la inversión en generación se derrumba, la restricción externa se profundizará de la mano del déficit de la balanza energética. Por eso es necesario explorar alternativas que sean capaces de garantizar los niveles de inversión acordes con una economía que debe apostar por el crecimiento y el desarrollo".
En este marco, sostiene que es fundamental la revisión del marco regulatorio heredado de la convertibilidad. Entre 2003 y 2015, el kirchnerismo simplemente se limitó a prorrogar la ley de Emergencia Económica sancionada durante el gobierno de Eduardo Duhalde y así no tuvo que cumplir con las reglamentaciones diseñadas al momento de las privatizaciones. Sin embargo, cuando Cristina dejó el poder, a Macri le bastó con dejar sin efecto la ley de Emergencia Económica para que debajo apareciera intacta la regulación de los 90. El problema es que aquel marco regulatorio se diseñó durante la vigencia del régimen de convertibilidad con una economía sin inflación. Ahora la realidad es muy diferente y las consecuencias las sufrió el propio gobierno de Macri que tuvo que enfrentar las tensiones generadas por una regulación que no encaja con una inflación anual que en estos 4 años osciló entre el 25 y el 60% anual.
El nuevo gobierno debe encarar ese tema, teniendo en cuenta que lo ocurrido durante el kirchnerismo no es un ejemplo a seguir, menos ahora que los recursos escasean. 
Sin dudas, habrá dificultades sin tener en cuenta que podrían llegar novedades como por ejemplo, aplicar el IVA 0 al consumo de energía eléctrica, o al menos, un IVA diferencial. 
Pero lo cierto es que con una inflación que destruye la moneda no hay pesificación posible. Menos en un país donde el resultado de la primera jornada del Cibermonday muestra que los argentinos piensan, sueñan y hasta vacacionan en dólares:
"Reservar un vuelo a tarifa conveniente fue la reacción que detectamos en los usuarios en este primer día. La sorpresa es que Estados Unidos, con Miami a la cabeza, se llevó un 60% de los vuelos de ese país, seguido por Nueva York con un 25%, por el momento, le ganan en ventas a los destinos de Brasil como Río de Janeiro y San Salvador de Bahía, clásicos destinos para verano. Aunque todavía hay tiempo para que Brasil repunte y es lo esperado, sorprende el desempeño de EEUU, destino completamente dolarizado", dijo Stefano Mazzei, gerente de Avantip.
O como respondió el economista Javier Milei a la propuesta de Marcó del Pont: "¿Me vendería su casa a un plazo de 30 años a tasa fija y accesible en pesos".
Sin tener en cuenta que en este país hasta el dinero de la corrupción está dolarizado. ¿No sería mejor entonces admitir que nuestra economía es bimonetaria?
"Esta sociedad es bimonetaria, ahorra en dólares y algunos pagos los realiza en pesos, date cuenta que eso no va a cambiar por decisiones administrativas", explicó hace horas el economista Miguel Ángel Broda. 
Pero a esta realidad no aceptada se le suma que Alberto se muestra en su primer viaje internacional con Andrés Manuel López Obrador. Su idea esa acercar posiciones con México teniendo en cuenta que durante el gobierno de Macri casi quedaron congeladas las relaciones por diferencias ideológicas. 
Este lunes, AMLO, como se lo conoce, habló después de reunirse con el electo presidente y negó que juntos vayan a conformar un frente para defender a Nicolás Maduro. Pero la última vez que el argentino se expresó al respecto dijo: "En Venezuela las instituciones están funcionando, no hay una dictadura".
Para finalizar, por ahora el único anticipo de los pocos pasos que dio Alberto tras su victoria parecen ser que la inversión seguirá ausente por mucho más...



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