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Llegan los aumentos de precios pre electorales a las góndolas de los supermercados

Unilever, Mondelez, Danone, Ledesma, Cañuelas, Arcor, SanCor, Coca Cola y Molinos. Además de ser las principales empresas productoras de alimentos de la Argentina y de también sufrir la crisis económica y la fuerte recesión que afecta al consumo, también tienen en común otra característica: haber enviado nuevas listas de precios con aumentos a las grandes cadenas de supermercados que operan en el país.

Son listas con incrementos que parten del 4% y que, en algunos casos superan el 15%, con oscilaciones que van entre el 8%, el 10% y el 12%.

¿Cómo se explican estas subas en un mercado cada vez más recesivo? En las empresas aseguran que están todavía tratando de recomponerse de la devaluación de agosto que incrementó fuerte los costos en dólares ante el movimiento del tipo de cambio.

De hecho, no se trata del primer aumento luego de esa impactante devaluación sufrida el día después de las PASO del 10 de agosto, cuando el dólar pasó de los $40 a los $60 y llevó a las grandes productoras a enviar listas con subas de hasta el 25% que se concentraron en productos con insumos dolarizados, como los fideos (la harina cotiza en dólares) y los aceites.

Esa suba inicial fue parcialmente absorbida por la decisión del Gobierno de eliminar el IVA a bienes de la canasta básica que rige hasta fin de año y que alcanza a productos esenciales para el consumo como el pan, la leche, los aceites de girasol y mezcla, las pastas secas, el arroz, las harinas de trigo, la polenta, el rebozador y el pan rallado, la yerba mate, el mate cocido y el té, las conservas de frutas, hortalizas, legumbres, yogures y azúcar.

Sin embargo, las empresas insistieron y retocaron nuevamente los valores, con incrementos que se produjeron a mediados del mes pasado y que rondaron el 10% y que también alcanzaron a algunos productos sin IVA como aceites y farináseos, además de lácteos y otros.

Ahora, los gerentes de hipermercados como Coto, Carrefour, Walmart y Cencosud recibieron los nuevos listados durante esta semana que comenzó el lunes 21 de octubre, con el pedido de los ejecutivos de las empresas de que las remarcaciones comiencen a ser aplicadas antes del día de las elecciones del próximo domingo 27 de octubre.

Es decir, son retoques que pueden ser considerados como preventivos y que se vinculan no solamente a los movimientos actuales del tipo de cambio sino también a las consecuencias que tendrá sobre la economía el posible triunfo del Frente de Todos el próximo domingo sobre el dólar y la brecha que ya ofrece entre el oficial y el blue que en algunos sitios ya se compra a $70, por lo que muchos se manejan con la cotización de este último previendo que a ese precio llegará en pocas semanas.


Críticas al "colchón" de precios

Hay mucha incertidumbre en cuanto a lo que sucederá a partir del lunes 28 de octubre y en algunos casos se espera un escenario similar al post PASO, al lo que se suma la expectativa que ha generado el posible acuerdo que frene los precios de los alimentos en un futuro gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Por eso, algunos funcionarios del actual gobierno salieron a acusar a las empresas de querer hacer "un colchón" de precios ante la posibilidad de que la nueva gestión presidencial de Alberto Fernández lleve a la práctica un acuerdo de precios y salarios que congelaría los valores de cientos de alimentos durante, por lo menos seis meses.

El vocero de estas acusaciones es Dante Sica. El todavía ministro de Producción y Trabajo critica el posible pacto social anunciado por el Frente de Todos y asegura que está generando más inflación por entender que las empresas aumentan los precios "por las dudas" y para llegar a ese eventual acuerdo con valores actualizados.

Sin embargo, en las empresas rechazan esa hipótesis y aseguran que la actual crisis y recesión no otorgan margen para "hacer un colchón de precios porque nada alcanza para que podamos salir del rojo y mejorar nuestras cuentas", tal como lo explicó el gerente de una de las mayores alimenticias de la Argentina.

Tanto este ejecutivo como el resto de sus colegas sostienen que las nuevas listas responden a la necesidad de no "perder más" ante la suba de los costos de producción, en especial de los salariales y de los que están atados a insumos importados.

Por eso también reconocen que en casi todos los casos, los retoques de precios incluyen a los productos de la canasta de alimentos beneficiados con la quita del IVA del 21% establecida por el Gobierno luego de las PASO del 11 de agosto.

La medida provocó una disputa con los gobernadores provinciales por el dinero coparticipado de ese impuesto pero en las empresas la calificaron como positiva al igual que en los supermercados ya que aseguran haber generado mayores ventas de estos productos gracias al IVA cero.  

De hecho, el Banco Central informó en uno de sus últimos trabajos, que la eliminación del IVA para ciertos productos de la canasta alimentaria "amortiguó la suba de los precios de los alimentos", que registraron un alza promedio del 4,5% en agosto y 5,7% en septiembre.

Pero este mes ya varios de esos artículos acumulan aumentos importantes como el pan, azúcar o aceite.

En otros casos, como el de Molinos Río de la Plata, la suba del 4% decidida por la empresa propiedad de la familia Perez Companc no afecta a los precios de sus pastas, aceites y harinas, ya que sus ejecutivos entendieron que se trata de alimentos sensibles a cualquier movimiento de valores.


De todos modos, en ninguna de las empresas consultadas por iProfesional se mostraron conformes con esta decisión de aumentar en medio de una de las peores recesiones que sufre la Argentina en los últimos años. En realidad, admiten que las subas buscan recomponer en parte los mayores costos que vienen sufriendo después de la última devaluación del 11 de agosto, cuando la victoria de la dupla del Frente de Todos en las PASO generó un cimbronazo en los mercados que llevó el
 dólar de $40 a $60 en unas pocas horas.Menores plazos de cobro y márgenes en retroceso


Esa devaluación, dicen en las compañías, todavía no se terminó de equilibrar con los subsiguientes retoques de precios. Y, a pesar de entender que el contexto actual de fuerte caída de consumo no deja margen a nuevos incrementos, explican que deben compensar la caída del volumen con algo de rentabilidad.

Por eso también acortaron los plazos de cobro a las grandes cadenas de supemercados de 30 a 15 días en promedio, para poder reducir la cantidad de dinero que tienen en circulación fuera de sus arcas y tratar de mejorar sus márgenes financieros, afectados por la tremenda crisis que sufre el mercado interno.

En otras empresas, admiten que están trabajando a pérdida, que los márgenes de ganancias se evaporaron, que el volumen vendido es cada vez menor y que, por ese combo de malas noticias, deben encarar procesos de achique, reestructuración, suspensión o despido de personal y cierres temporales o definitivos de plantas.

Un caso es el de Arcor, que le adelantó las vacaciones a 2.500 empleados para este mes debido a la acumulación de stock en sus tres plantas de producción: Colonia Caroya, en la provincia de Córdoba; Villa Mercedes, en territorio de San Luis; y Salto, en Buenos Aires.

La alimenticia cordobesa atraviesa una crisis sin precedentes, donde la caída en las ventas impide continuar su producción y, antes de esta medida, ya había cerrado varias de sus líneas de producción y establecimientos en varias provincias.  De hecho, en abril pasado había informado que, ante la baja en la demanda de alcohol y los altos stocks acumulados, "la compañía se vio obligada a suspender momentáneamente la producción de alcohol en la planta de San Pedro".

El de Arcor no es el único caso de una empresa alimenticia en crisis. De hecho, la Copal, la cámara que agrupa a este sector, viene manteniendo reuniones con referentes del Frente de Todos para evaluar futuras medidas ante un eventual gobierno peronista.

De esos encuentros se deduce que existe consenso para alcanzar un gran acuerdo económico y social, con medidas inmediatas que puedan incentivar el consumo mientras se termina de gestar un plan a más largo plazo.

Mientras tanto, en las grandes cadenas de supermercados también intentan sostener sus ventas y sus cuentas hoy en rojo, con las tradicionales ofertas, promociones y propuestas de descuentos que vienen aplicando desde hace ya varios años.

En el caso de Carrefour, hasta el próximo 30 de octubre propone descuentos del 50% y el 70% en la segunda unidad de una gran cantidad de productos y marcas, así como el pago en hasta 12 y 18 cuotas sin interés con varias tarjetas de crédito.

Por su parte, desde Walmart informan que además de las típicas ofertas, están ampliando la cantidad de productos que venden bajo su marca propia con el lanzamiento de los pañales y toallitas para bebés de su línea Parent´s Choice.

Los nuevos productos complementan el surtido actual de más de 900 items activos en más de 92 categorías de primera necesidad, como almacén, perfumería y limpieza, a través de sus marcas Great Value, Equate, Parent´s Choice y Acuenta.

Se trata de una apuesta a captar más consumo con productos que le compiten a las grandes marcas y que han venido creciendo hasta en un 18% en market share no sólo por un cambio de hábito del consumidor sino también por las diferencias de precios que llegan a ser 15% menores en promedio.


iprofesional