Estratégicamente
alineados, organizacionalmente distintos
Es
momento de fusionar la ciberseguridad y la privacidad de la
información como una única función de riesgo digital.
Empresas
de todas las formas y tamaños están intentando hacerse de una
ventaja competitiva aprovechando la información digital. Las
empresas más innovadoras usan información de preferencia de
consumidores para crear servicios personalizados y campañas
especializadas de marketing, examinan la información de desempeño
de los empleados para impulsar la productividad, y analizan la
información de cadena de suministro para impulsar eficiencias. Y esa
es sólo la punta del iceberg.
Esto
ofrece un potencial enorme, pero también crea vulnerabilidades e
interdependencias entre amenazas previamente discretas. Este es el
caso particularmente para los riesgos de ciberseguridad y de
privacidad de la información, los cuales están relacionados debido
al uso creciente de información personal. Por ejemplo, las
filtraciones de información pueden resultar de un ciberataque, pero
repercuten sobre la privacidad de la información.
Pero
los intentos de los líderes de negocio de aceptar la naturaleza
cambiante de estas amenazas se complican, ya que en los últimos tres
años se vio a empresas alrededor del mundo hundidas en compliance de
privacidad de la información. Todavía acostumbrándose al
Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa, se
enfrentan a nuevas regulaciones en Australia, en California, en
Canadá. No existe descanso.
No
es sorpresa que dos tercios de las empresas encuestadas para el
último International Business Report (IBR) de Grant Thornton se
estén enfocando más en privacidad que en ciberseguridad. Y la
mayoría (59%) están preparándose en forma activa para la nueva ola
de regulaciones de privacidad.
Pero
las amenazas de ciberseguridad también se han disparado. El número
de ciberataques causando pérdidas de más de $1M ha incrementado un
63% en los últimos tres años.
El
poder manejar los riesgos tanto de privacidad como de ciberseguridad
en forma efectiva y eficiente es crucial para las empresas.
Entonces,
es crucial el poder manejar ambos riesgos: privacidad de la
información y ciberseguridad. Sin embargo, les está costando,
porque la privacidad y la ciberseguridad suelen ser manejadas por
distintos equipos. El CPO se encarga de la primera; el CISO o CTO de
la segunda.
Sería
mucho mejor que ambas fueran administradas por el mismo equipo.
Después de todo, mucho del trabajo que asegura el compliance de la
privacidad de la información puede utilizarse para dar apoyo a la
ciberseguridad, y viceversa. Además de ayudar a las empresas a
manejar los riesgos digitales, este enfoque agrega valor
permitiéndoles empezar iniciativas de transformación digital más
rápidamente.
Optimizando la clasificación de la información
Un
único equipo de riesgo digital también se asegurará de que la
clasificación de datos que las empresas están realizando en toda la
organización para distintos propósitos esté alineada y coordinada.
Por
ejemplo, no es difícil ver cómo las empresas podrían usar la
clasificación de la información conducida para apoyar al
cumplimiento con regulaciones de privacidad, como el GDPR, para
mejorar la ciberseguridad. Por ejemplo, podrían categorizar la
información según su valor para el negocio. E identificar los datos
más valiosos significa que pueden protegerse mejor con defensas
cibernéticas más sofisticadas.
“La
mayoría de las empresas nunca habían clasificado la información
hasta el GDPR,” explica Hans Bootma, socio de servicios de riesgo
cibernético en Grant Thornton Holanda. “Pero empezaron porque
tuvieron que categorizar información identificable personalmente y
otros tipos de información para poder cumplir. Si conduce un
programa como este, entonces es fácil extenderlo y combinarlo con
otros tipos de información para identificar las “joyas de la
corona” de su información y luego relacionarlo con su programa
cibernético.”
A
menos que la privacidad y la ciberseguridad se alineen, el proceso de
clasificación ocurrirá en silos aislados y los beneficios no se
compartirán.
Donde la privacidad y la ciberseguridad se fusionan
Abordar
la privacidad de la información y la ciberseguridad dentro de una
misma función de riesgo digital es imperativo también porque las
dos están cada vez más interconectadas.
Esto
es más duro que nunca inmediatamente después de una filtración de
información. Las empresas necesitan saber cómo ocurrió la
filtración y qué defensas (si las tenían) fallaron. También
necesitan entender qué información está comprometida y si era
personal o sensible. Si lo era, deberá ser revelado.
Hoy
en día, la mayoría de las empresas no están completamente
equipadas para esto. Sólo un 28% de las empresas encuestadas están
“altamente satisfechas” con su habilidad para proteger contra el
riesgo de una filtración seria, y sólo un 26% con su habilidad para
responder en forma consistente a una filtración mayor en toda la
empresa, sin importar cuándo o dónde suceda.
Integre
la privacidad y la seguridad en una sola función, y las empresas
podrán responder más eficientemente a las filtraciones de
información debido a sus recursos combinados y un entendimiento más
integral de la amenaza.
“La
privacidad y la ciberseguridad son complejas porque chocan en el
mundo real,” dice Harris. “Una filtración de información podría
comenzar como algo muy técnico en un proveedor tercerizado de
servicios en la nube. Pero para responder al incidente necesita
considerar si hay información personal involucrada y qué
revelaciones regulatorias hay que hacer.
“De
repente, las dos se han vuelto interconectadas. En vez de dos
funciones separadas respondiendo a una filtración, tiene sentido
tener una con las habilidades especializadas para manejar el proceso
para que nada pase desapercibido.”
Un único seguro tercerizado
La
interconectividad de la ciberseguridad y la privacidad tiene
implicaciones para el manejo de garantías de terceros.
Por
ejemplo, las regulaciones de privacidad como el GDPR le piden a las
empresas garantías robustas de proveedores que manejan información
en su nombre. Y como las empresas también tienen que verificar si
sus proveedores son vulnerables a los ciberataques, ¿por qué no
evaluar el compliance de la privacidad y la resiliencia de la
ciberseguridad en un solo proceso?
“Tendría
mucho sentido que las empresas fusionen los aspectos de
ciberseguridad de las garantías de terceros con los controles de
privacidad,” dice Mike Harris, socio de servicios de ciberseguridad
de Grant Thornton Irlanda. “Es cuestión de preguntarse sobre las
dos al mismo tiempo. Es relativamente simple, pero no estaría
sucediendo en este momento. Los equipos de ciberseguridad y
privacidad están haciendo esto por separado.”
Por
supuesto, esta garantía tercerizada eliminará la duplicación del
esfuerzo y creará eficiencias. Más importante aún, sin embargo, es
que producirá un entendimiento más integral del riesgo digital.
Una
única función que conduce evaluaciones comprensivas del riesgo
digital de terceros está mejor posicionada para asegurar que ese
riesgo es considerado en toda la organización.
Mitigar riesgo, agregar valor
Este
enfoque también agrega valor. Una única función que conduce
evaluaciones comprensivas del riesgo digital de terceros está mejor
posicionada para asegurar que ese riesgo sea considerado en toda la
organización. Una forma de hacerlo es preaprobando proveedores desde
una perspectiva de riesgo.
“Las
empresas pueden transformarse más rápido digitalmente si hacen el
proceso de aprobación de proveedores desde el principio,” dice
James Arthur, socio y líder de ciber consultoría de Grant Thornton
Reino Unido. “Es mucho más fácil hacer esto si tiene una única
función de riesgo digital que evalúa en forma proactiva el riesgo
de ciberseguridad y de privacidad juntos.”
Dejando
de lado la selección de proveedores, una función de riesgo digital
integrada está mejor ubicada para examinar los peligros de ciertas
tecnologías. “Muchas empresas están empezando a experimentar con
tecnología blockchain,” dice Michel Besner, director general de
Catallaxy, una subsidiaria de blockchain de Raymond Chabot Grant
Thornton (Canadá).
“Es
vital que los equipos de riesgo estén involucrados desde el
comienzo, porque con cualquier base de datos de tecnología siempre
está el riesgo de ataques de parte de terceros que quieren robarse
la información. Para combatir esto, los equipos de riesgo pueden
asegurar que haya estructuras apropiadas de gobernancia sobre cómo
se implementa, administra y apoya el blockchain. Haga esto bien, y
evitará problemas de seguridad más adelante.”
La supervisión de la Junta es clave, el management combinado es esencial
El
caso para una función integrada de riesgo digital es clave. ¿Pero
quién debería dirigirla?
En
este momento, existe confusión sobre dónde yace la responsabilidad,
y esto está dificultando la administración del riesgo digital.
Reveladoramente, las empresas encuestadas dicen que una falta de
entendimiento acerca de qué riesgos son responsables los individuos
y los equipos es su segundo punto débil en el manejo del riesgo
digital.
Como
el riesgo financiero, la severidad del riesgo digital significa que
la junta debe asumir un rol activo en su supervisión. Idealmente, se
debería establecer un comité de riesgo dentro de la junta para
supervisar este riesgo, con representación de expertos.
“La
supervisión del riesgo digital debería estar en el nivel de la
Junta,” explica Christos Makedonas, líder de riesgo tecnológico
en Grant Thornton Chipre. “Debería haber también un comité que
discuta sobre riesgo digital y tome decisiones sobre cómo se
maneja.”
“El
riesgo digital es multifacético, así que mucha gente debe alimentar
este proceso. En este momento, esto sólo sucede en empresas grandes,
altamente reguladas – especialmente aquellas en servicios
financieros.”
La
mayoría de las empresas ponen al director ejecutivo de riesgo o
tecnología a cargo a la administración diaria de estos riegos.
Pero, como se explicó en nuestro artículo “Riesgo digital: la
tecnología no es una fórmula mágica”, la administración
efectiva del riesgo digital se basa en mucho más que sólo
tecnología. Los directores de riesgo normalmente se enfocan en los
riesgos financieros, y por lo tanto pueden no poseer el expertise
necesario para manejar el riesgo digital efectivamente.
Sale
a escena el director ejecutivo de riesgo digital. “Las
organizaciones están empezando a crear funciones de riesgo digital
encabezadas por un director ejecutivo de riesgo digital,” confirma
James Arthur. “Aquí es donde la responsabilidad del riesgo digital
debería estar. Pero por ahora todavía son organizacionalmente
distintos en la mayoría de las empresas.”
Tres pasos para la administración integrada del riesgo digital
-
Decida quién es responsable de manejar el riesgo de ciberseguridad y privacidad de la información, trace sus actividades y flujos de trabajo diarios, y vea si hay alguna superposición. Elimine procesos duplicados.
-
Asegúrese de que los procesos de riesgo digital se estén administrando según el enfoque end-to-end. Por ejemplo, la evaluación de terceros debería tener en cuenta ciberseguridad y privacidad de la información. Ambos factores deberían ser evaluados cuando se clasifica la información.
-
Cree un equipo o función integrado de manejo del riesgo digital que tenga las habilidades para manejar las amenazas de ciberseguridad y privacidad de la información. Encabécela con un director ejecutivo de riesgo digital capaz de luchar por el riesgo y de asegurar de que la función esté integrada a las decisiones estratégicas y operacionales en toda la empresa. Asegúrese de que la Junta supervise el riesgo digital activamente.