"No hay que poner a las encuestas como el lugar de la videncia", afirma el analista político Jorge Giacobbe (hijo) a iProfesional, en una charla en la que explica por qué las consultoras de opinión pública le erraron notoriamente a los pronósticos arrojados las PASO.
Además, reflexiona sobre la estrategia del Gobierno para intentar revertir la situación para la primera vuelta de octubre y habla de las internas feroces que se pueden desatar en el seno de Frente de Todos.
A continuación la conversación que tuvo este medio con Jorge Giacobbe (h), director de la consultora fundada por su padre en 1992 y muy escuchada por bancos e inversores locales e internacionales.
-Para que Macri de vuelta la situación y pueda forzar un balotaje tendría que estar por arriba de los 35 puntos, y para eso debería crecer 1,3 millones de votos. También debería suceder que aumente significativamente el caudal de votos afirmativos en 1,9 millones, es decir, una participación similar a la que hubo en el 2015. Asimismo, Alberto debería bajar de 45 puntos. Pero si nadie nuevo lo votara, y mantuviera el apoyo de las PASO, de todas formas quedaría en 45,6% sumando un mayor electorado. Con esos números, Macri debería apostar a que el Frente de Todos baje alrededor de 300.000 votos. Para eso necesitaría un gran cajón de Herminio Iglesias, diría.-¿Piensa que Macri puede dar vuelta la situación?
El otro escenario posible es que Alberto Fernández no pierda ningún voto y vaya a votar más gente que en las elecciones generales del 2001, una participación fuera de lo común que disuelva el número de Alberto y lo ponga debajo de los 45 puntos. O bien, la tercera opción es que la instancia general del 27 de octubre se convierta en una segunda vuelta, y que todas las otras opciones se disuelvan y Macri sume tantos votos que pueda quedar arriba de Alberto. Pero cualquiera de las tres probabilidades necesita tantas carambolas que se ponen absolutamente improbables.
El mensaje de Macri del día siguiente a las PASO fue un horror, un Presidente que dio una conferencia de prensa con un bidón de nafta en la mano. Y los anuncios posteriores fueron un manotazo de ahogado, a destiempo, que veremos cómo evoluciona en la opinión pública, pero lo más probable es que sean inocuos.-El Gobierno salió a hablar seguido y hacer diversos anuncios, ¿cómo puede influir esta estrategia para las elecciones?
-¿Cómo lee el escenario electoral?
-¿Cómo puede funcionar la unión de Alberto y Cristina?
-Alberto y Cristina son dos tipos de estructuras e ideologías diferentes, eso está bastante claro, creo que no hay que confundirlo. Supone que si alcanzan el poder como se sospecha va a haber algún grado de tensión o conflicto, o bien, un conflicto enorme, dependiendo de cómo lo lleven entre ellos. Me parece que va a depender de las condiciones de la Argentina: si son malas, magras, austeras y la soja sigue estando a menos de u$s300, si Vaca Muerta sigue desarrollándose a paso lento y los pocos arándanos que le mandamos a Japón no nos salvan, y los limones de Tucumán tampoco, y no hay una fiesta para hacer, es probable que el kirchnerismo busque todas las cuotas de poder posible pero hacer que la cara la ponga Alberto. Léase: si hay que pedir plata al Fondo Monetario que lo haga él, lo mismo a si hay que recortar al Estado o si hay que subir tarifas.
-¿Por qué fallaron las encuestas?
-Las encuestas publicadas han podido medir hasta 15 días antes de las elecciones, y después, durante ese tiempo, suceden cosas o a veces no. En este caso creo que las encuestas han quedado en el mismo lugar, viendo aproximadamente lo mismo. Por eso, es bastante probable que haya sucedido algo sobre el final que cambió las cosas. Creo que, sobre el final, todos los que querían clavarle el puñal a Macri, en vez de clavárselo en la segunda vuelta, decidieron hacerlo en las PASO.
Por otro lado, las encuestas no son videncia, hay que sacarlas de ese lugar, no hay que asignarles poderes mágicos. Las encuestas son herramientas de medición científica, que tienen sus errores. A veces tienen errores que se pueden mensurar, eso es el margen de error y el nivel de confianza que arrojan. Es decir, cuando las hacemos sabemos que tienen un margen de error, y a veces tienen errores que no se pueden mensurar por esto, porque hay procesos sociales que se disparan y que no se pueden medir. No hay que poner a las encuestas en este lugar de la videncia, hay que sacarlas de ahí y tomarlas como instrumentos científicos.-
Por otro lado, las encuestas no son videncia, hay que sacarlas de ese lugar, no hay que asignarles poderes mágicos. Las encuestas son herramientas de medición científica, que tienen sus errores. A veces tienen errores que se pueden mensurar, eso es el margen de error y el nivel de confianza que arrojan. Es decir, cuando las hacemos sabemos que tienen un margen de error, y a veces tienen errores que no se pueden mensurar por esto, porque hay procesos sociales que se disparan y que no se pueden medir. No hay que poner a las encuestas en este lugar de la videncia, hay que sacarlas de ahí y tomarlas como instrumentos científicos.-
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