8
de mayo, Día Mundial del Cáncer de Ovario
El
cáncer de ovario se encuentra entre los 10 tumores más frecuentes
en las mujeres, con una incidencia de 1 cada 72 habitantes en nuestro
país.1
De
acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer, el carcinoma epitelial de
ovario es una de las malignidades ginecológicas más comunes, siendo
la quinta causa más frecuente de muerte por cáncer en mujeres.2
Se trata de tumores que pueden originarse en el
ovario, las trompas de Falopio o el peritoneo. Ante la falta de
síntomas específicos, en la mayoría de los casos, la detección de
la patología se da cuando el cáncer de ovario ya se encuentra
avanzado.
Si
bien puede afectar a las mujeres de cualquier edad, a partir de los
55 años aumenta su incidencia. Una de las mayores dificultades que
presenta el cáncer de ovario es la falta de métodos que permiten su
detección en estadios tempranos.
El
Dr. Gonzalo Giornelli, jefe del Departamento de Oncología
Genito-Urinaria del Instituto Alexander Fleming, mencionó: “Ante
una mujer que presenta, dolor pelviano, síntomas digestivos como
distención, constipación, plenitud post ingesta o dificultad para
la eliminación de gases, el médico tratante debe sospechar en el
diagnóstico de cáncer de ovario”. El principal factor de
riesgo es la predisposición genética.
En la actualidad, no existen programas de prevención de la
patología, aunque disponemos de tests diagnósticos que pueden
identificar potenciales portadores de genes que predisponen a la
enfermedad. “Sólo en las pacientes portadoras de mutaciones en
genes que predisponen a cáncer de mama y ovario (BRCA1 & 2),
que tienen un riesgo más aumentado que la población general, se
puede hacer una cirugía preventiva extirpando ovarios y/o mamas
luego de detectada la mutación disminuyendo el riesgo de tumores en
estos órganos”, dijo el Dr. Giornelli. Además, agregó: “para
algunos tipos menos frecuentes de cáncer de ovario, la endometriosis
puede ser un factor de riesgo. Pero el principal factor de riesgo es
el haber heredado los genes BRCA 1&2 mutados que predisponen a
cáncer de mama y ovario. Sin embargo, sólo el 14-20% de los
cánceres de ovario se asocian a mutaciones heredadas de estos
genes”.
La
mayoría de los casos de cáncer de ovario tienen indicación
de asesoramiento genético oncológico. La sospecha sobre
el origen hereditario de la patología se incrementa si en la familia
se dan casos de cáncer de mama, colon, útero y ovario. Actualmente,
la ecografía transvaginal que hoy forma parte de los estudios de
rutina que realiza una mujer, puede arrojar muchos falsos positivos,
lo que la descarta como un método de detección temprana. De allí
reside que el 70% de los casos se detectan en etapas avanzadas de
la enfermedad. “Sin embargo, más allá de la falta de métodos
de detección efectivos, todas las mujeres en edad reproductiva o no
deben realizarse los controles ginecológicos anuales, que incluyen
un PAP, colposcopía, mamografía/ecografía y ecografía
transvaginal”, mencionó el Dr. Giornelli.
Una
vez diagnosticada la enfermedad y de acuerdo al estadio en que se
presente cada paciente, hay alternativas terapéuticas que pueden
mejorar el pronóstico cuando se combinan con el tratamiento
quirúrgico adecuado. Cuanto más precoz sea el diagnóstico, mayor
será la sobrevida de la enfermedad.