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El FMI apuntó a la mala comunicación de Macri como uno de los tres desencadenantes de la corrida cambiaria

El Fondo Monetario Internacional se mostró muy crítico respecto de la estrategia de comunicación del gobierno de Mauricio Macri en un documento que hizo público este viernes además del Memorándum de Entendimiento Técnico con la Argentina. El reporte del staff -que visitó el país en los meses de agosto y septiembre encabezado por Roberto Cardarelli- apuntó a la comunicación presidencial como uno de los tres "eventos importantes no anticipados" que generaron la corrida cambiaria e hizo incumplible el primer Acuerdo Stand-By (SBA por sus siglas en inglés).

El FMI identificó como tres desencadenantes a la nueva oleada de volatilidad que golpeó a los economías emergentes en agosto, a la causa de los cuadernos que disuadió el crédito para el país al involucrar a ex funcionarios y a grandes empresas constructoras y a las "dudas de los mercados sobre el compromiso" con el plan económico de estabilización por la "inicialmente tímida comunicación" y la intervención "inconsistente" en el mercado cambiario principalmente de parte del Banco Central.

El "staff report" con la revisión del primer trimestre del SBA destacó que sobre este punto de partida se disparó la desconfianza en Argentina y en su capacidad de pago, lo que se tradujo en una suba del riesgo país a la zona de los 800 puntos básicos a fines de septiembre al tiempo que las reservas internacionales "estaban 6.700 millones de dólares por debajo del piso de Reservas Internacionales Netas del programa".
Fallas de comunicación agravan la crisis de credibilidad de Macri en los mercados

Como parte de los errores de comunicación, el informe del staff del FMI remarcó lo contraproducente o "dramático" del mensaje del presidente Mauricio Macri anunciando que el nuevo acuerdo con el Fondo estaba cerrado cuando no había ningún detalle que en realidad trajera tranquilidad a los inversores. "Ese mismo día el peso se depreció 6%" y al día siguiente un 11% adicional, recordó el reporte.
Como parte de los errores de comunicación, el informe del staff del FMI remarcó lo "dramático" del mensaje de Macri anunciando que el nuevo acuerdo con el Fondo estaba cerrado cuando no había ningún detalle que trajera tranquilidad a los inversores.
"En la última semana de agosto, esta difícil situación tuvo un giro dramático cuando el presidente Macri anunció que había llegado a un acuerdo con el Fondo para adelantar recursos con los que fondear las necesidades fiscales del gobierno en 2018-19. La incertidumbre circundante al anuncio amplificó la volatilidad del peso", se lee en la novena página del informe. Fue de público conocimiento el malestar que esta jugada unilateral generó en la cúpula del organismo multilateral de crédito donde el apoyo a la Argentina no terminaba por consensuarse.
Macri confirmó que el FMI anticipará desembolsos para enfrentar los vencimientos



La corrida originada en ese entonces duró poco más de un mes, pese a los distintos esfuerzos del Banco Central, bajo la presidencia de Luis Caputo, por contener el dólar. Ni los cambios en el Gabinete de Macri ni las promesas de mayor austeridad lograron evitar que el dólar llegara a los $41, y así lo consignó el equipo de Cardarelli. Aunque sí reconoció que para el megavencimiento de Lebacs del 17 de octubre último, las condiciones ya eran de estabilidad una vez que "incluso los argentinos" se pasaron a activos en dólares.



El informe también distingue dos fortalezas de la Argentina frente a la crisis cambiaria: que el Gobierno logró seguir financiándose en pesos en el mercado doméstico y que no hubo corrida de depósitos. Sin embargo, advierte que la inflación se disparó y seguirá muy elevada producto de la devaluación y que el PBI y el empleo se vieron fuertemente afectados en el tercer trimestre sin que esto mejorara el déficit de cuenta corriente cercano al 5,6% del PBI.

Con todo esto, el FMI sostiene que "El actual escenario base es peor que el escenario 'adverso' del Acuerdo Stan-By de junio" y recuerda que ya al momento de su firma, se había previsto que "en tales circunstancias, habría necesidad de medidas fiscales adicionales y que la contrapartida local del financiamiento del Fondo iba ser retirada y puesta a disposición como soporte presupuestario (como se propone en los cambios al SBA)".



Así, lo reconocieron los propios funcionarios de Hacienda que para la renegociación con el FMI, los funcionarios solo les exigieron "definir el programa monetario, porque el anterior había volado por los aires" y poner "reglas transparentes" para la política monetaria para devolverle a la economía un ancla nominal. Es que el "déficit cero" no fue en sí una exigencia del Fondo.



"En lo fiscal nos anticipamos a las negociaciones con el Fondo", aseguraron desde el equipo de Dujovne a la vez que detallaron que a los técnicos de Christine Lagarde "Les preocupaba la composición del compromiso", es decir, que el déficit primario cero se alcanzara distribuyendo el impacto tributario de forma tal que fuera "lo menos recesivo posible".
Los errores de diagnóstico también son un riesgo para el FMI



Aun así, el FMI reconoce que aunque los 56.300 millones de dólares que le terminará prestando a la Argentina -nada menos que el 1.277% de la cuota que el país tiene con el Fondo- son pagables, el monto del préstamo supone un riesgo para el organismo multilateral de crédito. Es que, con este nuevo acuerdo, la carga de la deuda sobre el PBI nacional asciende al 81,2% para finales de 2018.



"Esto refleja la reciente depreciación del tipo de cambio real y la gran proporción de la deuda denominada en moneda extranjera y, en menor medida, el menor crecimiento del PBI. Con la implementación del nuevo régimen monetario y la consolidación fiscal adicional, el escenario base del staff prevé una rebote de la confianza del mercado, incluyendo una parcial y pronta reversión de la depreciación del tipo de cambio real y el regreso al crecimiento, llevando la deuda a caer a cerca del 59% del PBI para 2023", sostiene el equipo de Cardarelli.



Vale recordar que hace poco menos de ocho meses, las estimaciones del gobierno hablaban de un 31,1% de deuda neta sobre PBI.