La fuerte devaluación del peso destrozó el sueño de muchosinteresados en renovar sus viviendas, o el de aquellos que seentusiasmaban en tener el techo propio.
Con el nacimiento de los créditos hipotecarios UVA, quienesmiraban de lejos la posibilidad de contar con financiamientobancario comenzaron a ilusionarse.
Pero las complicaciones de la economía, reflejadas en un dólar queno encuentra techo, altas tasas de interés e inflación en alza -sumado a una marcada caída de las expectativas- volvieron a alejaresas chances.
El volumen de créditos hipotecarios que se otorga es cada vez másbajo y esto ha llevado al mercado inmobiliario a quedarvirtualmente paralizado.
En las entidades bancarias esta situación también se hace sentir, alpunto que advierten que el freno es casi total.
Tal es así que, según datos del Banco Central:
- En abril se otorgaron unos $700 millones en concepto depréstamos que indexan por UVA (Unidades de Valor Adquisitivo) por día hábil
- A fines de ese mes -con dólar a $20,50- la entrega de créditos tocó su punto más alto desde que irrumpiera este mecanismo, permitiendo apalancar 2.200 transacciones (40% de lo escriturado)
- En junio -ya con un billete arañando los $30- el volumeninvolucrado en hipotecas se precipitó a apenas $276 millones. Sólohubo 760 operaciones a crédito, (65% menos que en abril)
En este marco, iProfesional realizó un relevamiento entreimportantes referentes del mercado, del que se desprende que elrubro del ladrillo –como había ocurrido en épocas de cepocambiario- está reeditando otra de sus peores momentos.
En julio, la devaluación también se hizo sentir. Tanto, que eldesplome del monto involucrado en hipotecas fue de poco más del70 por ciento.
Obviamente, también ha sido alarmante la caída en lasescrituraciones, ya que el financiamiento a largo plazo ha venidosiendo el gran motor de la actividad inmobiliaria.
Pero las complicaciones de la economía, reflejadas en un dólar queno encuentra techo, altas tasas de interés e inflación en alza -sumado a una marcada caída de las expectativas- volvieron a alejaresas chances.
El volumen de créditos hipotecarios que se otorga es cada vez másbajo y esto ha llevado al mercado inmobiliario a quedarvirtualmente paralizado.
En las entidades bancarias esta situación también se hace sentir, alpunto que advierten que el freno es casi total.
Tal es así que, según datos del Banco Central:
- En abril se otorgaron unos $700 millones en concepto depréstamos que indexan por UVA (Unidades de Valor Adquisitivo) por día hábil
- A fines de ese mes -con dólar a $20,50- la entrega de créditos tocó su punto más alto desde que irrumpiera este mecanismo, permitiendo apalancar 2.200 transacciones (40% de lo escriturado)
- En junio -ya con un billete arañando los $30- el volumeninvolucrado en hipotecas se precipitó a apenas $276 millones. Sólohubo 760 operaciones a crédito, (65% menos que en abril)
En este marco, iProfesional realizó un relevamiento entreimportantes referentes del mercado, del que se desprende que elrubro del ladrillo –como había ocurrido en épocas de cepocambiario- está reeditando otra de sus peores momentos.
En julio, la devaluación también se hizo sentir. Tanto, que eldesplome del monto involucrado en hipotecas fue de poco más del70 por ciento.
Obviamente, también ha sido alarmante la caída en lasescrituraciones, ya que el financiamiento a largo plazo ha venidosiendo el gran motor de la actividad inmobiliaria.
Desde el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Airesadvierten que en julio apenas se superaron las 4.400 operaciones. Muy lejos de las casi 6.100 de marzo.
Los agentes inmobiliarios aseguran que este derrumbe pone enalerta al sector por dos cuestiones: la magnitud de la caída y, acasopeor, el hecho de que no se avizore en el corto plazo una reversiónde esta tendencia.
"El dólar está cada vez más alto, la inflación va para arriba, lastasas son prohibitivas y cada vez menos personas se animan aendeudarse a largo plazo. Y encima esto da para largo", afirma unimportante referente del sector que pide reserva de identidad.
"La inestabilidad espanta a los interesados. La situación es muycompleja y lamentablemente en el corto plazo no vemosposibilidades de que esto mejore", comparte Armando Pepe, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de BuenosAires.
Pero, más allá del freno evidente que se observa en el mercado, hay otro dato que aportan los especialistas y que también explica eldesplome de los hipotecarios.
Muchos de quienes habían iniciado los trámites antes de ladevaluación, de golpe se encontraron con que el dinero que iban arecibir en pesos no les alcanzaba para comprar la cantidad dedólares exigida por el propietario.
Los agentes inmobiliarios aseguran que este derrumbe pone enalerta al sector por dos cuestiones: la magnitud de la caída y, acasopeor, el hecho de que no se avizore en el corto plazo una reversiónde esta tendencia.
"El dólar está cada vez más alto, la inflación va para arriba, lastasas son prohibitivas y cada vez menos personas se animan aendeudarse a largo plazo. Y encima esto da para largo", afirma unimportante referente del sector que pide reserva de identidad.
"La inestabilidad espanta a los interesados. La situación es muycompleja y lamentablemente en el corto plazo no vemosposibilidades de que esto mejore", comparte Armando Pepe, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de BuenosAires.
Pero, más allá del freno evidente que se observa en el mercado, hay otro dato que aportan los especialistas y que también explica eldesplome de los hipotecarios.
Muchos de quienes habían iniciado los trámites antes de ladevaluación, de golpe se encontraron con que el dinero que iban arecibir en pesos no les alcanzaba para comprar la cantidad dedólares exigida por el propietario.
"Quedaron fuera de competencia por la devaluación. En pocosmeses el tipo de cambio pasó de $20 a $27 primero, y ahora yaestamos hablando de $31. No hace falta aclarar cuánto y a qué velocidad empeoró la situación", sostiene Pepe.
Pero hay más: un grupo cada vez mayor de personas volvió aquedar directamente afuera del sistema. No sólo los que recibenmenos dinero en términos de dólares, sino aquellos que se hanvisto superados por la relación cuota-ingreso.
Además, señala que las previsiones del sector son muydesfavorables, teniendo en cuenta que la depreciación de lamoneda local continuará.
¿Qué significa? Que más allá de que en algún momento el dólarpueda estabilizarse (al menos un par de meses) muchosinteresados habrán sido expulsados del mercado de hipotecarios.
En las inmobiliarias ya acusan recibo del mal diagnóstico, que seve reflejado en la menor cantidad de llamados que reciben. En estemarco, tratan de mantener a flote el negocio con operaciones dealquiler.
Antes de que el dólar comenzara a subir con fuerza, cerraban unascuatro operaciones con créditos hipotecarios UVA y el panoramapintaba un poco más auspicioso.
Pero si hay algo que caracteriza a la Argentina son los repentinoscambios de ciclo de su economía.
Tanto es así que no sólo el billete verde genera dolores de cabeza: la evolución del parámetro UVA también hace que se le deba másplata al banco:
- En un año, las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) registraron unalza del 31%, mientras que los salarios se ajustaron "apenas" 17,5por ciento
- Al cierre de la primera quincena de agosto de 2017, una UVAequivalía a $19,50. Ahora ese parámetro se elevó a $25,50
- Las tasas reales (por encima de la inflación) pasaron de entre 4% y 5% a ubicarse cerca del 10 por ciento
- Quien tomó un crédito por $1 millón el año pasado (agosto), suscribió el compromiso de cancelar poco más de 51.000 UVA.Ahora, ese monto se elevó a $1,3 millones más intereses (+30%)
Antes de que el dólar comenzara a subir con fuerza, cerraban unascuatro operaciones con créditos hipotecarios UVA y el panoramapintaba un poco más auspicioso.
Pero si hay algo que caracteriza a la Argentina son los repentinoscambios de ciclo de su economía.
Tanto es así que no sólo el billete verde genera dolores de cabeza: la evolución del parámetro UVA también hace que se le deba másplata al banco:
- En un año, las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) registraron unalza del 31%, mientras que los salarios se ajustaron "apenas" 17,5por ciento
- Al cierre de la primera quincena de agosto de 2017, una UVAequivalía a $19,50. Ahora ese parámetro se elevó a $25,50
- Las tasas reales (por encima de la inflación) pasaron de entre 4% y 5% a ubicarse cerca del 10 por ciento
- Quien tomó un crédito por $1 millón el año pasado (agosto), suscribió el compromiso de cancelar poco más de 51.000 UVA.Ahora, ese monto se elevó a $1,3 millones más intereses (+30%)
La caída
La fuerte baja que se registra en los créditos hipotecarios ya seolfateaba en los últimos registros del Colegio de Escribanos deBuenos Aires.
Según la entidad, las ventas apalancadas con créditos seprecipitaron 25% interanual en junio en la Ciudad de Buenos Aires. Por tercer mes consecutivo caía el total de escrituraciones.
Por el alza del billete verde, el monto total en las transacciones seelevó casi 60% en promedio ($18.600 millones) también en un año. Y, en comparación con mayo 2018, la cantidad de actos descendió un 22%.
En el comparativo del primer semestre, 2018 versus 2017, laevolución se mantuvo en terreno positivo: 31.074 escrituras contra25.267.El monto promedio por escrituración pasó a ser de unos $4millones (aproximadamente u$s150.000): creció cerca del 80% enun año medido en pesos, y un 7% en dólares.
En el acumulado semestral de escrituras con hipotecas, elpanorama fue algo similar: 10.143 frente a las 5.300 del medioperíodo previo.
"La crisis cambiaria impactó de lleno en un mercado inmobiliarioque había comenzado a transitar un mejor rumbo gracias alempuje de los préstamos hipotecarios", indican desde ReporteInmobiliario.
En mayo, los números habían acusado el impacto de ladevaluación. Y desde el Colegio de Escribanos advirtieron que elmes siguiente la situación sería peor.
Evidentemente fue así. El repunte del dólar pulverizó el sueño demuchos y habrá que esperar un buen tiempo hasta que vuelvan aacercarse a los mostradores de los bancos.
iprofesional