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Los bancos presionan a Sturzenegger para que habilite los préstamos en dólares

Los bancos llevan meses haciendo presión para que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, revea el marco normativo de su Política de crédito y amplíe los usos de los depósitos en moneda extranjera. En particular buscan que revise la restricción respecto de los sujetos pasibles de convertirse en deudores de créditos en dólares. Pero la discusión llegó a un punto muerto frente a la postura de la autoridad monetaria, que no quiere avanzar en la dolarización de la economía.
El planteo de los bancos se remonta al Sinceramiento Fiscal: la mayor parte del dinero blanqueado no fue repatriado y sigue en cuentas en el extranjero. Y cuando los bancos son consultados para repatriar esos capitales, la tasa de interés que pagan por los depósitos en moneda extranjera resulta desalentadora: solo 2% anual frente al 3 o 4% mínimo que rinden los bonos del Tesoro argentino comprados desde bancos de inversión extranjeros.
Esta tasa particularmente baja responde, confió un banquero a LPO, a que la capacidad de colocación de estos depósitos está acotada por la normativa del Banco Central. Tras la pesificación asimétrica luego de la devaluación de 2002 generó un nuevo marco normativo que prohibió a los bancos prestarles divisas a deudores sin ingresos en dólares. El objetivo era evitar el riesgo de descalce de monedas que, ante una devaluación, licuaría la capacidad de pago de los deudores cuyos ingresos sean en pesos.
Este punto es crucial en el pensamiento de Federico Sturzenegger: él no quiere que empeore la calidad del sistema crediticio, incluso si coincidía con los banqueros en que la reglamentación era excesiva. Por eso, el 25 de febrero de 2016 el Banco Central amplió mediante la Comunicación "A" 5908 el universo de posibles deudores para préstamos en dólares.
A partir de esta normativa, no solo los exportadores están habilitados a tomar préstamos en moneda estadounidense sino que, además, sus proveedores -cuyos ingresos también están dolarizados-. Así, por ejemplo, no solo industrias con ventas al exterior como las automotrices pueden aprovechar la posibilidad de endeudarse en moneda fuerte a tasas nominales más bajas sino también las autopartistas que les proveen si los contratos entre ellos están en dólares.
Para los bancos hay una oportunidad de negocios en prestarles dólares a la construcción y otros sectores y quieren que el Banco Central los habilite a darles créditos. No dudan en llevar en breve esta pulseada al equipo de Finanzas de Luis Caputo.
"También quedan comprendidas las operaciones que tengan por destino financiar a prestadores de servicios a ser exportados directamente (tales como los programas informáticos, centros de atención telefónica al cliente), siempre que se verifique que el flujo de ingresos futuros en moneda extranjera proveniente de las operaciones de exportación registre una periodicidad y magnitud tal que sea suficiente para la cancelación de la financiación y se constate, en el año previo al otorgamiento de la financiación, una facturación en moneda extranjera a clientes del exterior -ingresada al país- por un importe que guarde razonable relación con esa actividad y con su financiación", fijó la normativa.
Lo mismo sucede por ejemplo con los productores cerealeros que, venden su cosecha a las grandes acopiadoras que son las exportadoras. Y este año, el Banco Central también amplió la posibilidad de usos de los depósitos bancarios en dólares para financiar a compradores de exportaciones argentinas. Pero esto no sucede con otros bienes con precios en dólares en el mercado local que no estén insertos en las cadenas de valor de bienes y servicios exportables, en particular productores pecuarios y construcción.
Y aquí es donde se terminaron las coincidencias entre los banqueros y el presidente del Banco Central. Mientras para los primeros estas ramas de la economía ya están dolarizados por sus estructuras de costos y su valuación consolidada en moneda extranjera en la sociedad; para Sturzenegger, incluir a estos sectores dentro de los deudores potenciales de créditos en moneda fuerte es una forma de avanzar en la bi-monetarización de la economía.
Sturzenegger tiene por objetivo la generación de confianza en el peso y no quiere profundizar la dolarización de la economía. Su norte es Brasil, una economía en la que las propiedades están en reales, no en dólares.
Como entre sus objetivos el presidente del Banco Central tiene la generación de confianza en el peso, no quiere profundizar la dolarización de la economía. En este sentido, su norte es Brasil, una economía en la que las propiedades están en reales y lo que sea que pase con la cotización del dólar no repercute en la dinámica de los precios internos.
Para los banqueros, la realidad de Argentina es otra, la oportunidad de negocios está ante sus ojos, los constructores van a seguir teniendo el precio de las propiedades en dólares y nuestra economía lejos está de ser como la de Brasil. Y en tal sentido quieren que el Banco Central les saque el zapato de encima y los habilite a darles créditos en moneda fuerte, de la que tienen una cantidad récord de depósitos. Y no dudan en llevar en breve esta pulseada al Gobierno para buscar el apoyo del equipo de Finanzas que encabeza Luis Caputo.
Es que, actualmente, el resto de la economía y el Banco Central se disputan la liquidez mediante la tasa de interés. Y los bancos creen que pueden ofrecerle no a todos los agentes de la economía, sino a este puñado de sectores con precios dolarizados, dólares de los que tienen liquidez en exceso. De momento, los bancos creen que una tasa del 8% nominal anual en dólares, podrán abastecer la demanda de crédito de la construcción -actualmente el sector más dinámico de la economía- sin reducir más la liquidez en pesos del sistema bancario, que ya baja a ritmo acelerado de la mano de la expansión de los créditos en UVAs.