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Las acciones del grupo de hemoderivados Grifols (MC:GRLS) cedían el miércoles más de un 5 por ciento tras presentar unas cuentas anuales que decepcionaron al mercado por la debilidad de las ventas de su división plasmática en el cuarto trimestre.
La división de Biociencia, que engloba el negocio de derivados plasmáticos y acapara alrededor del 80 por ciento de los ingresos del grupo, registró en el cuarto trimestre del año unas ventas de 831 millones de euros, un 4,2 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior, en parte arrastrado por la debilidad del dólar. A divisa constante, los ingresos crecieron un 1,5 por ciento.
"Los inversores esperaban que el crecimiento en Biociencia se mantuviera robusto en lo que quedaba de año", dijeron analistas de UBS (SIX:UBSG) en una nota a clientes.
Grifols explicó que la comparativa era especialmente dura dado que en el último trimestre del pasado año se obtuvo la segunda mayor cifra de facturación trimestral y reiteró que no suele planificar su negocio en función de trimestres estancos.
"Las ventas en el cuarto trimestre han crecido un poco menos que en trimestres anteriores pero nosotros siempre hacemos mucho énfasis (...) en que en nuestro caso no hay que fijarse demasiado en el crecimiento por trimestre, porque nuestra evolución es una cosa más sostenida", dijo a Reuters Nuria Pascual, directora financiera y de relaciones con inversores de Grifols.
La debilidad del trimestre se compara además con un inicio de año muy fuerte de la división plasmática, que ha permitido a Grifols cerrar 2017 con unas ventas totales de 4.318 millones de euros, un 6,6 por ciento más y un 7,2 por ciento más a moneda constante.
En la parte baja de la tabla, Grifols elevó un 21,5 por ciento su beneficio neto reportado impulsado por la reforma fiscal en Estados Unidos, que compensó la debilidad de la divisa estadounidense.
El beneficio neto reportado alcanzó los 662,7 millones de euros, impulsado por unos ingresos no recurrentes de 171,6 millones de euros en 2017 por los efectos de la reforma fiscal en EEUU, que compensaron el impacto negativo de 80 millones por el rechazo del fármaco Linhaliq de su participada Aradigm (NASDAQ:ARDM) que no ha sido autorizado por la FDA.
El beneficio bruto de explotación (ebitda) ajustado se situó en 1.305,6 millones, un 14,4 por ciento más que un año antes, manteniendo el margen ebitda estable en el 28,2 por ciento.
Los resultados estuvieron en línea con las expectativas de los analistas a nivel ebitda ajustado y beneficio neto (preveían ebitda ajustado de 1.303 euros y beneficio neto de 652 millones) pero estuvo por debajo en ingresos (4.346 millones).
El grupo cerró 2017 con una deuda financiera neta de 5.170,4 millones de euros, 3,96 veces su ebitda, beneficiada por la depreciación del dólar, dado que la mayor parte de su deuda está emitida en esta moneda. Sin tener en cuenta la variación del cambio, la deuda se situó en 4,34 veces ebitda.
reuters
