Para
prevenir las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETAS), el
Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP)
recomienda extremar los cuidados al manipular el pollo, en especial
durante el verano, en donde con las altas temperaturas y la humedad
ambiente los alimentos son más susceptibles al desarrollo
microbiano.
Es
muy difícil de detectar si un alimento está contaminado ya que
generalmente no se altera el sabor, el color o el aspecto de la
comida. Por esto, las pautas de higiene a la hora de manipular los
alimentos son la clave de la prevención.
Al
comprarlo, el pollo fresco debe tener su piel húmeda, intacta y sin
manchas marrones. Su color puede ser blanco o amarillo y el olor debe
ser agradable y fresco. Las puntas de las alas no deben estar
oscurecidas, ni presentarse pegajosas.
Se
recomienda tomar el pollo al finalizar la compra y refrigerarlo
inmediatamente para evitar romper la cadena de frío. Además, debe
estar siempre embolsado y con etiqueta, con la respectiva fecha de
vencimiento. Si se congela, el pollo entero dura 12 meses, y el
trozado, 9 meses. Se descongela adentro de la heladera, nunca a
temperatura ambiente.
Se
aconseja no dejar el pollo cocido a temperatura ambiente durante más
de 2 horas. Las preparaciones cocidas duran en la heladera hasta 48h
y en el freezer, de 4 a 6 meses.
En
cuanto a los síntomas típicos de las ETAS incluyen vómitos, dolor
abdominal, diarrea y fiebre y en ocasiones más extremas pueden
producir trastornos neurológicos, renales, de la piel, visión
doble, dificultad respiratoria e incluso la muerte. Los niños y los
adultos mayores son los grupos más propensos a desarrollar una ETA,
por lo que las precauciones deben extremarse.
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Acerca del Centro de
Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP)
CINCAP es un centro de
consulta referente sobre carne de pollo y salud que fue creado en el
año 2008. Su misión es informar a los profesionales vinculados con
la salud y la alimentación, así como a la comunidad, sobre los
beneficios del consumo de pollo para la salud humana, basándose en
datos de rigurosidad científica; generar nueva información a partir
de investigaciones y revisiones, y articular acciones con otras
instituciones, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de
la alimentación de las personas, y consecuentemente su calidad de
vida