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El peronismo está herido, pero no muerto. Sin embargo, la única manera de realizar válidamente esta afirmación es ver los números. Para esto recopilé todas las elecciones legislativas a nivel país desde 1983. Los cómputos oficiales arrojaban lo siguiente:
Ya en 1985 el Partido Justicialista ensayaba alguna metamorfosis con el Frejuli (Frente Justicialista de Liberación) y luego el Frejupo (Frente Justicialista de Unidad Popular). Luego quedaría encolumnado dentro del PJ para en las últimas 4 elecciones estar dividido en Frente para la Victoria y PJ Disidente.
El combinado peronista a nivel país ha hecho una elección prácticamente igual de mala que en los años 1985, 1997 y 2001.
Yendo a la provincia de Buenos Aires, es importante destacar que María Eugenia Vidal interrumpió una seguidilla de siete gobernaciones seguidas peronistas. Haciendo algo de memoria, hay que recordar que Herminio Iglesias perdió en 1983 la provincia a manos del radical Alejandro Armendáriz que obtiene el 48.82% de los votos. Claramente prender fuego aquel ataúd fue una mala idea.
Mi interpretación es que desde la irrupción del Frente Renovador en 2013 que impide la re-reelección de CFK, esta fuerza no debe ser computada dentro del PJ. Aquí entonces los números desde 1983 en la provincia de Buenos Aires:
Hay que nota que ya en el 2009 el Frente para la Victoria estaba perdiendo mucho terreno con sus pésimas elecciones que perdiera a manos de De Narvaez. Fue la muerte de Néstor Kirchner en 2010 lo que posibilitó el resurgimiento del movimiento.
Decidí sumar a Unidad Ciudadana y a Randazzo para darle algo más de espacio. Lo que queda claro es que si bien es otra mala elección del “combinado peronista” en la provincia, está lejos de ser el fin del movimiento.
A la luz de esto, y como comenté en mi cuenta de Twitter el día viernes (@miguel_boggiano), es muy probable que el dólar retroceda por una confianza renovada en la gobernabilidad de los dos años que quedan, e incluso con la idea de que podría haber reelección de Mauricio Macri.
