| Me apasiona el mundo de los negocios y las inversiones. Cuando tenía solo diez años no sólo jugaba a los soldaditos y a los autitos, sino que también leía el diario La Nación (que era mas grande que yo…) y las revistas de negocios. A pesar de esa fuerte pasión, hoy no tengo dudas en decirte que nunca deberías apostar todo tu dinero al lanzamiento de un nuevo negocio. ¿Este consejo parece incoherente? “¿Cómo no vas a apostar todo lo que tenes en algo que te apasiona?”, estarás diciendo. Tengo una respuesta, no te preocupes. Pero antes vamos a las novedades del día. El dólar siguió subiendo, seis centavos para cerrar en $16,37. Cosa que no nos sorprende ni un poco. El Merval se tomó un respiro y bajó un 0,2%, aunque los bonos en dólares siguieron subiendo. Y finalmente la novedad más preocupante es la baja en el precio internacional de la soja, qué desde sus máximos de enero acumula una caída del 16%. Esto significa que dejarán de entrar alrededor de US$ 2.000 millones a la argentina por el menor precio de las exportaciones de la soja. Menor oferta, mayor precio. Mayor presión para el dólar aún. Ahora volvamos al tema del día. La justificación de por qué no tiene sentido que inviertas dinero en tu propio negocio. Por más que estés seguro de que va a funcionar. Las estadísticas muestran en forma muy clara que la tasa de muerte de los nuevos negocios es altísima. Más del 90 % de los negocios desaparecen en un plazo de 10 años. Y el 60% de los negocios no llegan a los 5 años. Innumerables estudios académicos muestran la misma realidad, con diferencias muy pequeñas en los números finales. Queda muy claro que la probabilidad de perder todo tu dinero invirtiendo en un nuevo negocio, es altísima. Y eso no sólo lo prueban los números, los casos reales también. Mira alrededor tuyo y pensá todas las personas que pasaron o están pasando por una crisis económica. Te apuesto que vas a encontrar que la mayoría de estas personas perdió todo su dinero lanzando un nuevo negocio. Ayer me contaba un caso una amiga de mi mujer que estaba de visita en casa. Sus padres tenían un muy buen pasar económico, tenían una empresa de producción de aceites muy grande. La empresa estaba en manos de tres hermanos, pero los hermanos se pelearon y terminaron vendiendo la empresa a las apuradas para que no terminara quebrando. Fruto de esa venta el padre de ella invirtió en dos negocios en forma sucesiva. Primero invirtió en un campo de producción de kiwis a principios de la década del 90. Pero lo que parecía el negocio del siglo terminó cerrando como consecuencia de la apertura económica del gobierno de Menem que permitió que entraran kiwis a precio de remate. No satisfecho con este mal negocio, el padre luego invirtió en un centro de enseñanza de informática para niños. Le fue bien por un par de años, pero quebró en cuanto los colegios empezaros a enseñar informática en sus clases, destruyendo la demanda de ese tipo de servicios. Con ese segundo negocio cerrado el padre de la amiga de mi mujer quedó casi sin ahorros. Desde hace 20 años que “sobrevive” con muy pocos gastos, muy lejos de la vida acomodada que tenía hace un par de décadas. ¿Qué provocó su crisis? Tres negocios en forma sucesiva que anduvieron mal y que le consumieron todo sus ahorros. ¿Qué hubiese pasado si esta persona hubiese invertido sus ahorros en alternativas de inversión más conservadoras? ¿O que hubiese pasado si esta persona hacia esos negocios pero con socios que lo acompañaran, invirtiendo menos de su propio dinero? La historia sería totalmente diferente y habría tenido un final feliz. Casos como éste conozco decenas. Mismo en mi familia pasó lo mismo. Y en todos estos casos, sin excepción, vienen de crisis posteriores al lanzamiento de negocios que fallaron. Y todas estas personas no solo quedan quebradas económicamente sino que además quedan destruidas emocionalmente, con autoestima por el piso. Están convencidos de que “hicieron algo mal” o que no fueron lo suficientemente inteligentes para hacer funcionar sus negocios cuando, en realidad, ¡era casi imposible que el negocio funcionara! Las estadísticas estaban en contra… Conclusión: tomá los nuevos negocios y los negocios en general como una inversión del segmento de “Especulación Inteligente”, siguiendo nuestra nomenclatura para la diversificación de inversiones. Y apunta a no tener más del 10% de tus ahorros en este tipo de inversiones. Sin excepción. Si cumplís esta premisa, tu futuro financiero siempre estará mucho mas seguro que el de la mayoría de las personas. Te deseo un excelente miércoles de inversiones, Federico Tessore Director Tessore Research |





