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"Hay muchos estudios boutique que están a tope de trabajo y ya han cerrado las cortinas. No aceptan más clientes para el blanqueo", reconoce Diego Fraga, de RCTZZ. Lo cierto es que empiezan a aparecer diferentes valores de honorarios a medida que pasan los días: "Si blanqueás la primera quincena de octubre, un precio. Segunda quincena, más caro. Es porque muchos contadores o tributaristas ya empiezan a estar colapsados (suelen tener muy poco personal) y se ven venir que todos van a querer blanquear los últimos días de noviembre o primeros días de diciembre, por lo que ahí pueden cobrar 50% más", alerta Mariano Sardáns, CEO de FDI.
"Cobran según la cara del cliente. Hay personas que están pagando cualquier cosa y cuanto más se acerquen a diciembre, que será un cuello de botella, van a pagar más. Tienen que convocar a sus contadores. El proceso de blanqueo no es ciencia misilística, es muy sencillo. Los contadores saben mucho más de lo que ellos mismos piensan, mientras que muchos tributaristas saben mucho menos de lo que ellos dicen", ataca Sardáns.
Fraga sigue en esa línea: "Como es época de vacas flacas y suelen ser asuntos que rinden económicamente, hay abogados de otras ramas (civilistas, comercialistas y penalistas) que se están animando a ofrecer el servicio (también los hay de otras profesiones). Es un trabajo interdisciplinario, para hacer con un abogado y un contador que se dediquen (ambos) al tema fiscal. Ni el abogado puede prescindir del trabajo del contador, ni el contador puede prescindir del análisis legal (las consecuencias de errar en algún aspecto pueden ser catastróficas). Una tercera pata sería la del asesor financiero".
El socio de uno de los estudios más famosos en la materia, que pidió que su nombre no aparezca, tiene un honorario mínimo de u$s 2000 sólo por asesorar y confeccionar el blanqueo. Para blanquear hasta u$s 1 millón cobran el 1%, luego la alícuota baja según el monto. Entre u$s 50 y u$s 100 millones cobran 0,25%. ¿Por qué tanto? Se justifica: "Es como un chequeo médico, te podés hacer algo light o más profundo. Una cosa es presentar un formulario y hacer un aplicativo, y otra un análisis de todos los datos y planificación fiscal futura de lo que se va a sincerar. Incluye un servicio de posventa: se contesta cualquier requerimiento que pueda llegar a posteriori por parte de la AFIP o de la UIF. Por eso, no se puede comparar llenar un formulario sin hacer una evaluación de la planificación fiscal futura".
"Los estudios serios cobran en función a las horas reales invertidas a las tarifas vigentes de socio, gerente, senior y asistente. En estos trabajos la hora es más cara que la promedio normal, porque hay mucha estrategia con participación de socios y gerentes y menos del staff", detalla Guillermo Pérez, CEO de GNP Group.
A su entender, "un trabajo hecho con seriedad profesional implica no sólo hacer el blanqueo sino definir su estrategia, visualizar la declaración jurada del 2015 y luego revisar que en la de 2016 esté todo correctamente incluido. Caso contrario se puede caer el blanqueo por lo del tope del 1%: "Hacer sólo el formulario de blanqueo es una irresponsabilidad. Aparte, no es lo mismo un palo solito (u$s 1 millón) en una cuenta que repartido en inmuebles colgando de sociedades o fideicomisos, y además cuentas bancarias directas o a través de sociedades off shore".
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