https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

MACRI EN NUEVA YORK, LA ARGENTINA EN EL MUNDO Por Jorge R. Enríquez

El presidente Mauricio Macri llegó el domingo pasado a Nueva York para participar de la 71º sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Macri, quien viajó con una pequeña comitiva (que contrasta con las que solían acompañar a Cristina Kirchner), aprovechó ese viaje para desplegar una agenda muy intensa, a tono con el reciente Foro de Inversión y Negocios que se desarrolló en Buenos Aires la semana pasada.
Además de su discurso en la Asamblea, el presidente argentino se reunió con el ex presidente y esposo de la candidata presidencial demócrata, Bill Clinton, en un encuentro previo a la reunión anual de la Clinton Global Initiative. De ese encuentro participaron también el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el alcalde de Londres, Sadiq Khan. Macri expresó allí que la sociedad argentina ha decidido terminar con una década de populismo y votó por un cambio.
El Jefe de Estado estuvo también en un encuentro con las autoridades de la bolsa de Nueva York y pronunció unas palabras en el marco del evento del Financial Times, "The new Argentina". Posterioramente cenó con el presidente del Congreso Judío Americano.
Por cierto, el acto principal del viaje a Nueva York fue la exposición que realizó ante la Asamblea General. El tono mesurado, respetuoso, y el contenido concreto y preciso de sus palabras marcaron un evidente contrapunto con los exabruptos en que solía incurrir la señora de Kirchner. Además, a diferencia de ella, se ciñó escrupulosamente a los 15 minutos pautados. El presidente argentino no leyó su discurso, pero se advirtió que este fue muy bien preparado, con una adecuada distribución de temas.
Esas son solo algunas de las actividades de una agenda muy intensa, que prosigue con la infatigable tarea de Mauricio Macri de restañar las heridas y persuadir al mundo de que la Argentina ha regresado a la senda de la normalidad. El presidente sabe que además de tomar las medidas que correspondan para el reinicio de las inversiones, es necesario "vender" a la Argentina. Lo está haciendo con un entusiasmo contagioso y la recepción de sus palabras y sus gestos es fantástica, mal que les pese a los agoreros de siempre.
Los líderes políticos y el periodismo del mundo no escatimaron elogios a la hora de hablar de los discursos y demás intervenciones de Macri en esos foros. En la Argentina, no obstante, se pretendió empañar esa fecunda labor dándole una desmesurada importancia a un hecho trivial. El presidente declaró ante la prensa que en su reunión con la primer ministro británica habían convenido en hablar de todos los temas, incluida la soberanía sobre Malvinas. Más tarde, mediante un comunicado, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, aclaró que la cuestión de la soberanía no había sido mencionada. No parece haber contradicción entre ambos dichos. Macri bien pudo haber interpretado que “todos los temas” incluía el de la soberanía.
En cualquier caso, sería un equívoco verbal menor. Se haya hablado o no de soberanía en esa reunión, lo cierto es que nadie en su sano juicio puede entender que el hecho de abordar otros temas de interés común implique una renuncia, jurídicamente imposible, además, en  virtud de la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, incluida en la reforma de 1994- a la pretensión argentina de soberanía sobre las Malvinas.
Conversar de todo, con respeto hacia los interlocutores, es otra de las formas de volver al mundo. Ni las inversiones llegarán ni las Malvinas se recuperarán con el mero ejercicio del declaracionismo o del patoterismo verbal.  Macri sigue dándonos excelentes ejemplos de lo que hay que hacer y también de lo que no hay que hacer más.