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Optimismo a prueba de balas: en contra de la opinión del mercado, Prat Gay ya piensa en el "rebote que viene"

Alfonso Prat Gay se muestra entusiasmado. Demasiado para el gusto de algunos. Dice que se la juega y que va a demostrar que sus cálculos son acertados
El ministro de Hacienda y su co-equiper, Pedro Lacoste, no sólo siguen confiando en que la economía de este segundo semestre será sensiblemente mejor que la del primero
También, hasta aseguran que el 2017 será recordado como el año de la gran recuperación, tras varios de estancamiento.
En principio, las previsiones de los números uno y dos de Hacienda van a contramano de las que trazan la mayoría de los economistas.
Los hombres del denominado "mercado" catalogan a la estrategia fiscal como demasiado blanda. Y es por eso que suelen lanzar gruesas críticas a la hoja de ruta oficial.
Optimismo a prueba de balas"Si las cosas van según lo planificado, el país está en la forma correcta para lograr fácilmenteun aumento del 5% al 6% del PBI para 2017", se entusiasma Lacoste.
Prat Gay no se queda atrás. "¿Por qué creen que me animé a lanzar la operación de compra de cupones PBI?", le confesó a un grupo de inversores. 
El ministro hizo alusión a los títulos surgidos del canje de 2005 y los de la deuda pública, que pagan un premio siempre y cuando la economía crezca por encima del 3,2 por ciento.
"Yo soy súper optimista", les dijo Prat Gay inversores extranjeros que se reunieron con él para saber, de primera mano, si compartía las previsiones de una fuerte recuperación, tal como argumenta Miguel Bein, ex asesor de Daniel Scioli.
En su muy influyente y comentado reporte mensual, este economista sorprendió al pronosticar que el PBI crecerá nada menos que un 5% el próximo año. Muchos catalogaron esa evaluación como algo exagerado.
Ahora bien, ¿cuáles son los motivos que lo llevan a ser tan optimista? En principio, dos fundamentales:
-El financiamiento disponible en los mercados internacionales a los que están accediendo en forma fluida la Nación, provincias y empresas.
-La necesidad de manejar la gobernabilidad amortiguando los costos políticos asociados a la corrección de precios relativos.
Lejos de poner paños fríos para no generar demasiadas expectativas, en las últimas horas la dupla Prat Gay-Lacoste se animó a superar ese vaticinio.
Lo hizo, incluso, luego de que el INDEC diera la mala noticia de que la inflación de junio trepó al 3,1%. Es decir, por encima delas estimaciones de consultoras privadas y de las propias expectativas del equipo económico.
Pero ningún dato parece amedrentar Prat Gay. A tal punto que enfatizaque la mejora se hará visible muy pronto.
Las razones que lo llevan a tener este optimismo a prueba de balas son básicamente tres:obra públicacampo menor suba de precios.
"Confiamos en que habrá tres fuentes de crecimiento para esta segunda parte del año: las obras públicas, la baja de la inflación y el empuje de los productores agropecuarios”, señala. 
En su visión, la menor inflación va a mejorar el poder adquisitivo y tanto la agriculturacomo las industrias vinculadas con ella se beneficiarán de las reformas que viene ejecutando el Gobierno.
Lacoste acompaña a Prat Gay en el tren del optimismo. Más aun, se anima a anticipar cómo evolucionará la economía en los próximos tres años. 
Afirma que experimentará un ritmo alcista del 3,5% al 4% anual hasta 2019.
En un país como la Argentina, vaticinar lo que sucederá en un período tan prolongado es cuanto menos arriesgado, pero se lo ve muy convencido de que así sucederá.
Claro que parte de su pronóstico positivo se sustenta en el llamado efecto "rebote del gato muerto", tal como los economistas denominan a la típica suba que experimenta toda economía luego de una fuerte caída.
Si hay capacidad instalada ociosa, la recuperación se hace un poco más fácil ya que no se requiere de una inversión fuerte. De manera que puede haber chances de que el escenario resulte favorable, si es que se dan ciertas circunstancias.
Los pesimistas dicen lo suyo
Pero claro, antes de mirar los años que están por venir, conviene repasar cuáles son lasexpectativas de los analistas para este segundo semestre.
En este sentido, hay convencimiento de que el 2016 terminará con los números en rojosinuna bonanza julio-diciembre que pueda revertir este resultado.
La previsión de la mayoría de las consultoras privadas es que el PBI retrocederá cerca del1,5%. Algunas, incluso, estiman una caída del orden del 2%.
Para varias de ellas, el hecho de que el Gobierno no logre doblegar la dinámica inflacionaria hasta le quita chances de mejora al ahora “tan ansiado” 2017.
El índice de precios de junio (3,1%) fue acaso el dato más inquietante sobre el mal momentoeconómico (los datos oficiales hasta mostraron una inflación subyacente más elevada que la de mayo). 
Estas cifras, por otro lado, dejaron al descubierto cómo los pronósticos oficiales anteriores tendieron a minimizar los problemas.
Sin ir más lejos, en estos días se supo que:
-La producción industrial derrapó un 5% en mayo, según la UIA. 
-El consumo de naftas se desplomó un 12%.
Estos, junto con otros indicadores, dejan a las claras el escenario recesivo por el que transita el país.
La cantidad de suspensiones en los distintos sectores industriales es otra cuestión que sumapreocupación social al mal momento.
El contraste
En fuerte contraste con la "buena ondaoficialista, economistas de distintas extracciones prevén para el próximo año que no habrá crecimiento. Más bien lo ven “chato”.
Aquellos del ala "ortodoxa" están preocupados por cierta laxitud del macrismo respecto deldéficit fiscal y, en consecuencia, no creen que haya posibilidades de salir rápidamente de laestanflación.
"La economía no estará ajena a lo que ocurra en el extranjero. El consumo interno seguirálimitadísimo, con salarios reales que mejorarán muy poco", advierte Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando Ferreres.
Ante la consulta sobre qué sectores andarán mejor, señala: “Creo que el campo seguirá siendo la estrella, sobre todo la carne y el trigo, que recibirán fuertes inversiones”. 
“También empezará a acompañar la construcción, tanto por las inversiones públicas como por el empuje del sector privado", asegura en diálogo con iProfesional.
Quien, en una primera instancia, tiene una visión optimista es Federico Muñoz: "A mí me queda claro que estamos ante una oportunidad histórica”. 
“Me atrevería a asegurar que esta búsqueda del Gobierno de bajar la inflación disminuir eldéficit fiscal con un tipo de cambio flotante es histórica para la Argentina", completa.
En una segunda instancia, sobreviene el baldazo: "De ahí a suponer que eso va a alcanzar para que la economía crezca al 5% más el año que viene, hay una distancia enorme. Ni siquiera están claros cuáles serían los ‘drivers' de ese crecimiento".
La descripción del consultor es categórica en un punto: "No se ve ninguna explosión deinversiones que, por otro lado, se demoran ante la postura de muchos empresarios de querer ver antes de apostar".
“¿Qué significa ver antes de apostar?”, pregunta iProfesional.
Ver los resultados de las elecciones 2017. Para muchos empresarios, lo más relevante es saber si este modelo, que muchos aplaudimos, logra afianzarse en las elecciones de medio término”, responde.
Para Muñoz, lo que aparece claro en el horizonte de corto plazo es que la inversión tendrámayor peso que el consumo, cuya evolución será más lenta que la del PBI.
Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central en épocas de Martín Redrado, es quizás el más pesimista de todos los consultados.
Este economista -que suele recorrer los distritos del interior y tiene contactos con pequeñas y medianas industrias-, argumenta que en las provincias se siente fuerte la crisis, salvo en aquellas en las que el campo es protagonista.
"Noto un mercado interno muy resentido y que va a costar reconstruir. Al Gobierno lo veo con una grave crisis de management público: le cuesta poner en marcha las políticas públicas y las licitaciones de las obras públicas", enfatiza. 
Además, Bocco considera que al Ejecutivo le demandará mucho trabajo disminuir el ritmoinflacionario
"La dinámica se retroalimenta. Le va a costar bajarla del 3% mensual. Hubo fuertesaumentos en logística (combustibles, tarifas, seguros), que los empresarios trasladan a losprecios, más allá de que la recesión es fuerte e impone límites a ese traslado", afirma. 
El economista también supone que, con tal de evitar una inflación más elevada, el Banco Central mantendrá las tasas de interés de referencia (Lebac) cerca del 30% anual actual. Y que,  en ese marco, a la actividad económica le costará despegar.
"Con suerte, y siempre que ingresen capitales desde el exterior, el PBI crecerá no más del 1,5% el próximo año", apunta Bocco.
Esta es la tónica pesimista que predomina entre los privados, con excepción de Bein.
Este economista sorprende por la vehemencia con la que vaticina una fuerte recuperaciónpara el año próximo. Y, además, por el hecho de haber sido el principal consultor económico de Scioli en su campaña presidencial. 
Más aun, pronostica que asalariados jubilados le ganarán a la inflación, bajo un contexto internacional amigable para la Argentina. 
"La recuperación del consumo en 2017 puede darse en simultáneo a la de la inversión, 3% y 10% respectivamente”, subraya.
Afirma además que estás cifras son “consistentes con una obra pública expandiéndose al 15 o 20%, dando lugar a un crecimiento de la economía en torno al 5%".
Por lo pronto, Prat GayLacoste Bein están subidos al "tren de la alegría", un tren al que muchos argentinos quieren sumarse, más allá de las advertencias que llegan desde un nutrido grupo de economistas. 

iprofesional