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La pista de los Kirchner y la huella de Macri en el escándalo

El libro reúne la labor de investigación realizada por el equipo de 400 periodistas que desató el escándalo de los Panamá Papers. Aquí un fragmento que revela desde los fallidos indicios que llevaron a poner bajo la lupa al matrimonio K hasta el hallazgo de la offshore de Macri.

El otoño está a punto de acabar y nuestro nerviosismo va en aumento. Por lo visto, también el de nuestra fuente.
[John Doe]: ¿Sigue en pie el plan de publicarlo en primavera? Todavía falta mucho.
[SZ ]: Cierto, pero hay muchos datos. Y si nos precipitamos, corremos más riesgo de cometer errores.
[John Doe]: Sí, claro. Pero no me gusta la idea de esperar tanto tiempo. ¿Y por qué no un poco antes? En febrero.
[SZ ]: Solo tenemos una oportunidad. Y no podemos fallar el tiro. Todas las historias son complicadísimas: Rusia, Islandia, Siemens, los bancos. Y aunque nosotros pudiéramos publicarlas antes... Si lo hiciéramos, dejaríamos a otros en el camino y el impacto no sería el mismo. (...)
El pequeño equipo del Süddeutsche Zeitung se reúne varias veces a la semana para hablar de los nuevos hallazgos en la "sala de guerra", delante de una pared en la que -en otoño de 2015- hay una lista con más de sesenta pistas que conducen a jefes de Estado y presidentes de Gobierno.
El primer puesto de la lista lo ocupan las pistas que señalan a los dos últimos presidentes de Argentina, el matrimonio formado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
En realidad, los documentos sobre el caso en que se vieron envueltos fueron los primeros que estudiamos detalladamente.
Ahora ya tenemos los papeles de casi todas las empresas. Pero no hemos encontrado ninguna prueba decisiva de su vinculación con los Kirchner que nos permita, por así decirlo, sorprenderlos con las manos en la masa.
Nuestros compañeros argentinos del diario La Nación estaban entusiasmados ante la perspectiva de airear los negocios secretos de su entonces presidenta. Pero tampoco encontraron pruebas de nada ilegal ni que incriminara a la pareja. Ahora estamos seguros: una gran parte de las ciento veintitrés empresas están relacionadas con el caso argentino solo en la medida en que las empresas internas de Mossack Fonseca que actúan como testaferros son las mismas que gestionan las pocas empresas que probablemente puedan atribuirse a personas de confianza de los Kirchner. Da la impresión de que, al menos en gran parte de estas empresas, se cumple lo que Mossack Fonseca nos respondió en febrero de 2015, es decir, que "no tenían nada que ver con el caso de NML contra Argentina".
Los que montaron el entramado que se oculta detrás de las típicas sociedades pantalla lo hicieron muy bien. Las pistas acaban en empresas anónimas de Suiza y otros lugares.
Estos son los límites de los datos que tenemos: lo que los clientes ocultan a Mossack Fonseca también nos lo ocultan a nosotros. El rastro no nos lleva a los Kirchner, sino a chocar contra una pared negra.
Otra pista muy prometedora, que seguimos desde el principio, señala al expresidente libio Muamar el Gadafi. Nos hemos topado con casi una docena de empresas que, evidentemente, también interesan a los investigadores libios. En una comisión rogatoria se puede leer que del país salieron millones de fondos públicos, incluso en cajas secretas de un hombre de confianza de Gadafi llamado Alí Dabaiba.
Poco después de que Muamar el Gadafi derrocara al rey libio en 1969, el profesor de Geografía Alí Dabaiba fue nombrado alcalde de la ciudad portuaria de Misrata. Pronto entró a formar parte del círculo más íntimo del dictador. En Libia, a esa cuadrilla la llamaban los "camaradas del líder". Dabaiba pasó a presidir una gigantesca oficina gubernamental, la ODAC (Oficina para el Desarrollo de Centros Administrativos), que repartió durante años contratos por valor de miles de millones, muchos de los cuales, en opinión de los investigadores libios, fueron a parar a empresas vinculadas a su propia familia.
De acuerdo con lo publicado en los medios de comunicación, cuando los auditores examinaron detalladamente los contratos, se toparon con una doble contabilidad. Posteriormente, un consejero de Muamar el Gadafi explicó a los investigadores libios que no tardaron en encontrar anomalías en dicho organismo, pero que no las investigaron a fondo porque el propio Gadafi y sus hijos "estaban implicados en la dirección de la ODAC".
Hasta aquí, todo está claro. Sin embargo, cuando se acercaba el final de Gadafi, Dabaiba cambió de bando. Financió a los rebeldes libios y les suministró millones para que defendieran su ciudad natal, Misrata. De la noche a la mañana, el seguidor de Gadafi se había convertido en amigo de los rebeldes. Y eso complica el asunto.
Actualmente no está claro quién gobierna realmente en Libia. ¿El "Estado Islámico"? ¿El Gobierno elegido, que se ha establecido en Tobruk? ¿O el Gobierno islamista rival que se ha instalado en Trípoli? ¿Y dónde está Dabaiba en medio de ese batiburrillo? ¿Quién quiere juzgarlo y quién quiere evitar que lo juzguen?
Después de la caída de Gadafi, el nuevo Gobierno bloqueó los bienes de doscientos cuarenta antiguos asistentes del dictador, incluidos los de Alí Dabaiba.
Durante un tiempo, Libia incluso buscó a Dabaiba a través de la Interpol, pero la orden de busca y captura desapareció de la página web de esta última tan repentinamente como había aparecido. El Gobierno de transición también encargó a sus investigadores la búsqueda de sus posibles bienes: si los encontraban, recibirían un porcentaje como gratificación.
Tenemos más de una docena de carpetas con cientos de archivos digitales sobre empresas pantalla que podrían estar relacionadas con él, y nos preguntamos si la pista decisiva estará en esos datos.
(...) Los casos de Gadafi y de los Kirchner no son los únicos que acaban así. Hemos tenido que dejar a un lado otras empresas sospechosas de las que hemos encontrado muchos indicios, pero no los suficientes.
En las carpetas de archivos que tenemos delante de nuestras narices, seguramente se ocultan un montón de pistas que al final conducirían a nombres espectaculares. Pero no encontraremos esas pistas porque los asesores fueron muy cautelosos y no revelaron ningún nombre a Mossack Fonseca. Es frustrante.
Por suerte, la frustración no es el sentimiento que predomina durante la investigación.
Es cierto que no tenemos ninguna prueba que relacione a Cristina Fernández de Kirchner ni a Néstor Kirchner con una de las ciento veintitrés empresas de Nevada, pero tenemos información sobre su sucesor en el cargo.
A principios de diciembre de 2015, Marina Walker nos escribe desde el ICIJ para contarnos que nuestros compañeros del periódico argentino La Nación han encontrado en los papeles el nombre de Mauricio Macri, el nuevo presidente de Argentina, elegido en segunda vuelta. En esos momentos, el político conservador todavía no ha jurado el cargo, y lo apuntamos en la lista de la "sala de guerra".
En los datos vemos que Macri creó una empresa en las Bahamas en 1998, con dos personas muy cercanas a él. La sociedad se llamaba Fleg Trading. En aquella época, Macri era el presidente del club de fútbol Boca Juniors y un hombre adinerado. En 2007 ganó las elecciones a la alcaldía de Buenos Aires y, según los datos de Mossack Fonseca, la sociedad Fleg Trading no se desactivó hasta el año 2008. Sin embargo, en los expedientes relativos a la empresa solo hay documentos que demuestran que Macri era uno de los directores.
La casilla que debería reunir el nombre de los accionistas está vacía en todos los documentos que tenemos. Antes de que las autoridades de las Bahamas cerraran la empresa, Mossack Fonseca pidió varias veces información sobre el reparto de las participaciones, pero no recibió respuesta.
En 2007, cuando Macri llegó a la alcaldía de Buenos Aires, tuvo que hacer públicas sus cuentas bancarias y sus posibles participaciones en distintas empresas. Sin embargo, según un compañero que ha leído la declaración, no mencionó ninguna sociedad en las Bahamas. (...)
Ante los resultados de nuestra investigación, un portavoz del presidente argentino declaró que Macri había sido director de Fleg Trading "ocasionalmente" y que esa sociedad formaba parte de la empresa familiar. Y añadió que no la había declarado porque nunca había sido uno de los propietarios. - 3D

LIBRO DE AUTOR

- Título: Panamá Papers.
El club mundial de los evasores de impuestos
- Autor: Frederik Obermaier y Bastian Obermayer
- Sello: Planeta
- Páginas: 444

Periodistas

- Bastian Obermayer es subdirector del departamento de investigación del Süddeutsche Zeitung y miembro del ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación). Ha sido galardonado por sus reportajes y artículos de investigación con el premio Theodor Wolff, el premio Henri Nannen y el Wächterpreis. Entre otros, es autor de Bruder, was hast Du getan? sobre los los abusos sistemáticos en el monasterio católico de Ettal.

- Frederik Obermaier también es miembro del departamento de investigación del Süddeutsche Zeitung e integrante del ICIJ. Ha sido galardonado con el premio de la CNN, el Helmut Schmidt y el Wächterpreis.