El exministro de Economía Roberto Lavagna habló sobre la salida del default y la situación económica que atraviesa la Argentina, la cual definió que es de “caída de producción y empleo con una tasa de inflación que se aceleró, como fruto de medidas que eran inevitables”.
Es este sentido, Lavagna se mostró crítico al considerar que el plan antiinflacionario del Gobierno no es claro. “El error fue anunciar una tasa de inflación, que se dijo estaría más cerca del 20% que del 25%, lo que no es viable porque estamos en 35%”, analizó el exministro en diálogo con radio La Red.
“Esto afectó la credibilidad de las autoridades entrantes en ese momento. Por querer ser optimistas, se perdió en este tema credibilidad”, agregó contundente.
Luego, al ser consultado sobre los costos de las medidas económicas que está llevando adelante el Gobierno sobre la clase trabajadora, afirmó que “hay una cierta simetría entre algunas cosas que se hacen muy rápidamente y hay otras que tienen más que ver con la cuestión social, que caminan a paso lento”.
“Hay que poner más velocidad en los temas que tienen un impacto social y productivo en las PYMES y las economías del interior”, sugirió el economista.
Asimismo, en diálogo con Luis Novaresio, Lavagna también habló sobre la salida del default y “la ruta del dinero K”.
Respecto a lo primero, remarcó que se termjnó el ciclo de la caída de la deuda y entramos en otro donde la deuda empieza a aumentar. “Eso es muy bueno pero tenemos que ser muy cautos y no volver a usar la deuda como un mecanismo para hacer política económica”, señaló.
Sobre el caso Lázaro Báez y la investigación conocida como “la ruta del dinero k”, dijo que “reaccionó como todos los argentinos, con indignación, esperando que la justicia avance”.
“Se pueden mirar declaraciones de algunas de las altas autoridadaes del Estados y ver un quiebre muy claro a partir de 2006. El poder a veces se ejerce con racionalidad y a veces la gente pierde el sentido de cuál es la razón por la cual está ahí”, indicó Lavagna al señalar que no pone las manos en el fuego por Cristina ni por nadie.