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La relación entre el PRO y el Frente para la Victoria (FpV) en Diputados empeora día a día. En el episodio de esta tarde, el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, decidió mover al diputado del FpV y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, del despacho que ocupaba en el tercer piso del Palacio, y el kirchnerismo se opuso e ingresó a las oficinas por la fuerza.
Según aseguró Monzó en diálogo con El Cronista, "ese despacho nunca fue de Máximo, nunca lo ocupó y estaba vacío". Llamativamente, sin embargo, en la intranet del cuerpo, las oficinas figuraban asignadas a Kirchner incluso después de haber sido fajadas.
Según Monzó, "la decisión no es solamente por este despacho sino por todos, porque deben ser redistribuidos en función del resultado electoral". El titular de Diputados se refirió así a la tradición de los últimos años, que asignaba los despachos del tercer piso al peronismo y los del segundo piso a la UCR. "El resultado electoral los ha ido avalando y esto quedó tergiversado y un piso completo lo tiene La Cámpora. Ahora hay un resultado distinto y merece una redistribución de las oficinas", explicó.
Pero el FpV no ve las cosas de la misma manera. "No puede el presidente de la Cámara invadir el despacho de un diputado. Estamos analizando si se llevaron cosas. A Monzó lo elegimos presidente entre todos los bloques y él tiene que administrar para todos los bloques", denunció la secretaria parlamentaria del FpV, María Teresa García, en diálogo con El Cronista.
"Además de no dejar ingresar a los empleados de Máximo, Monzó impide que se retiren herramientas de trabajo de empelados del Congreso que realizaban tareas de mantenimiento en el despacho", agregó el bloque en un comunicado.
Según relataron a diputados del FpV que presenciaron el episodio, sin mediar aviso, personal de la Cámara de Diputados ingresó al despacho de Kirchner, cambió la cerradura, cruzó una faja sobre la puerta y dejó a un guardia de seguridad apostado en el ingreso del despacho 340 que había ocupado José María Díaz Bancalari y que desde el 10 de diciembre se entendía como asignado a Máximo Kirchner.
Ahora, Monzó tiene intenciones de otorgar ese despacho a algunos de los vicepresidentes de la Cámara. Las oficinas podrían terminar quedando para José Luis Gioja o Felipe Solá.
Ahora, Monzó tiene intenciones de otorgar ese despacho a algunos de los vicepresidentes de la Cámara. Las oficinas podrían terminar quedando para José Luis Gioja o Felipe Solá.
