LOS
BANCOS DE ABA ESTÁN EN POSICIÓN DE PROMOVER LAS
INVERSIONES
QUE EL PAÍS REQUIERE PARA SU DESARROLLO
Hola
bienvenidos al cóctel con el que reconocemos a la prensa todos los
años.
Encuentro
que realizamos en una circunstancia muy especial del país, tenemos
nuevo presidente y como nota de color podemos decir que los vecinos
de capital solo votamos 6 veces en el año y que el país eligió
gobernadores en 22 de sus 24 jurisdicciones, de los cuales únicamente
3 renovaron su cargo. Por eso señores, felicitémonos por la
alternancia.
Alternancia
que, a mi juicio, tuvo un importante valor agregado. La sociedad en
su conjunto logró que en las PASO presidenciales casi todos los
candidatos debatieran o mejor dicho expresaran sus posturas, lo mismo
que en el balotaje presidencial.
En
ABA, desde su inicio, apoyamos la iniciativa “Argentina Debate”
porque consideramos que era necesario para seguir mejorando nuestra
calidad institucional.
Entendemos
y pretendemos que la experiencia quede institucionalizada como
derecho adquirido y obligación de los dirigentes. Práctica que,
como nuestra democracia, con el tiempo debe ir mejorando.
Respecto
del sector, se mantiene sólido, sin descalces y con ganas de
afrontar los desafíos futuros que naturalmente se darán por la
expectativa positiva que genera todo nuevo gobierno, la
implementación de nuevas tecnologías, la banca digital y el
desarrollo de nuevos modelos de relacionamiento con los usuarios.
En
los últimos años, como consecuencia del intervencionismo y las
excesivas regulaciones del Banco Central ha visto deteriorado el
negocio de clientes. Esto no es nuevo, recordarán que el año pasado
señalé que el ROE del sistema real es decir deflactado por
inflación era del 3%, el más bajo de los países de la región. Hoy
el número es menor, el crecimiento a septiembre era igual a la
inflación anual.
El
sistema tiene hoy tasas mínimas de depósitos, tasas máximas de
préstamos y topes para las comisiones de sus productos bancarios,
impidiendo simplemente su desarrollo.
Este
año, el Banco Central autorizó en promedio aumento de las
comisiones del orden del 15%, cuando el incremento salarial
paritario promedio cerrado en abril/mayo fue superior a 31%.
Como
saben, la presión tributaria, ha llegado a tal punto que no admite
margen para seguir aumentando sin afectar los ingresos y rentabilidad
de todos los sectores económicos.
Este
factor hace inviable cualquier intento de encarar el crecimiento
sostenido de la economía.
El
sistema financiero, eslabón clave en ese crecimiento, tiene a su vez
una tasa tributaria efectiva real que se ubica entre 65 y 70%. Somos
unos de los mayores contribuyentes impositivos.
Aún
así somos muy optimistas. Esta visión no es antojadiza ni una
expresión de deseos.
Los
recursos del país están intactos y esperando que los pongamos en
valor, para beneficio de todos. Como siempre digo, el sistema
financiero no es una isla, para que le vaya bien requiere que le vaya
bien a la economía y a la sociedad.
Sin
dudas, los desafíos del nuevo gobierno son grandes y complejos, es
preciso reacomodar los desajustes macro que heredan, para liberar las
fuerzas que permitan la recuperación de la inversión, la generación
de empleos nuevos y el desarrollo general y sostenido del país.
El
ataque a la inflación, el sinceramiento del tipo de cambio, la
eliminación de la brecha cambiaria, la corrección del desajuste
fiscal son cuestiones que demandan una atención prioritaria.
Esta
posición compartida en las formas por la comunidad empresaria en
general, requiere de estos actores templanza para pensar y trabajar
para el mediano y largo plazo y no como históricamente ha sucedido
privilegiar lo sectorial y el corto plazo.
Es
más, vengo de Estados Unidos, donde participé de la Asamblea Anual
de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) y a diferencia
de años pasados donde nulo o poco interés despertaba Argentina y
nos hacía sentir envidia de cómo en estos foros se perseguía a los
brasileños, peruanos y colombianos hoy somos buscados y bien
recibidos por los organismos multilaterales de crédito y bancos para
reactivar y desarrollar contactos y negocios con la Argentina.
El
próximo año para esta fecha ya se habrá realizado en Buenos Aires
la Asamblea Anual que estamos organizando y que esperamos sea un
éxito.
Los
bancos de ABA tienen una posición de privilegio como embajadores del
país en el exterior para promover e intentar conseguir las
inversiones de capital que el país requiere para su desarrollo.
Permítanme
ahora algunas reflexiones finales. Hace un año en esta misma
situación les decía que “debíamos trabajar en recuperar la
confianza interna y externa necesarias que permitan recrear las
condiciones para seguir creciendo.”
Por
eso tanto ABA, como otras organizaciones empresarias, trabajamos todo
el año para intentar mejorar la institucionalidad, la seguridad
jurídica y la estabilidad económica para asegurar un futuro mejor.
Estamos
más cerca de recuperar la confianza. Pero todos debemos seguir
trabajando ya que será difícil lograrlo cuando a diciembre de 2014,
Argentina ocupa el puesto 107 sobre 175 países, en el índice de
percepción de corrupción elaborado por Transparencia Internacional.
Habiendo empeorado cinco posiciones respecto a 2012. Entre otros, nos
superan Bolivia, México, Moldavia y Nigeria. En la región, solo
calificamos mejor que Ecuador, Paraguay y Venezuela.
El
índice de percepción de corrupción es el indicador de corrupción
más usado en el mundo, comprende actividades ilícitas que se
ocultan deliberadamente y solo se conocen a través de escándalos,
investigaciones o juicios.
Muestra
además la efectividad con que los fiscales, la justicia y los
periodistas o los medios de comunicación, investigan y exponen
hechos de corrupción y finalmente se los sanciona.
Además
del dialogo y consensos necesarios para direccionar positivamente las
energías y los recursos del país debemos trabajar para que
prevalezca el respeto a la Constitución, a la ley y a los contratos,
por sobre las arbitrariedades.
Pensemos
por un momento qué bien estaría nuestra sociedad si metódicamente
todos los años nos propusiéramos ascender posiciones en el índice
antes mencionado.
Seguramente
estaríamos en un país en el que valga la pena vivir, próspero y
sin exclusiones. Un país en el que todos los sectores tengan
vocación de ser cada vez más grandes.
Parece
que el esfuerzo vale la pena.