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La esposa de Julián Álvarez, Hilda Virginia Lynn, no aprobó el concurso para ocupar el juzgado en lo Contencioso administrativo de Avellaneda-Lanús, donde de todos modos sigue en carrera para integrar la terna final, tal como adelantó LPO.
LPO accedió en exclusiva al acta 750 del Consejo de la Magistratura de la provincia de Buenos Aires, donde se transcribe y avala el informe de la sala examinadora con las notas del examen tomado el 24 de septiembre de 2014, para los interesados en ocupar el mencionado juzgado de Lanús.
Se trata de una rigurosa prueba académica y los aprobados se someten luego a una audiencia con el pleno del Consejo, de la que surge la terna final. El ministro de Justicia de la provincia elige a uno de ellos, pero recién es juez cuando el Senado bonaerense le presta acuerdo.
En la foja 878 del acta 750 se informa que la mujer del secretario de Justicia de la Nación y referente de La Cámpora fue aplazada al obtener 21 puntos sobre 100 posibles, cuando el piso requerido es de al menos 40.
Como ya explicó este medio, fue por eso que no figuró en la lista publicada por el Consejo de la Magistratura el 5 de noviembre a las 10:59.
Sin embargo, en los últimos meses Lynn apareció entre los aprobados, como si el acta 750 con su aplazo no hubiera existido. Para tal burda maniobra, Álvarez se habría apoyado en los miembros de La Cámpora que integran el Consejo.
El obstáculo se lo puso el ministro de Justicia Ricardo Casal, quien enterado del engañocongeló el pliego y no lo sumó entre los 129 que envió al Senado bonaerense para tener acuerdo antes del recambio de autoridades.
Pero como no resolvió el concurso ni sacó de carrera a Lynn, Álvarez espera que Aníbal Fernández sea gobernador y como parte de un acuerdo con La Cámpora le de el gusto a su esposa.
Claro que puede ser doblemente incómodo: si el secretario de Justicia resulta electo intendente de Lanús, Lynn debería explicar cómo llegó a juez sin haber aprobado el concurso y cómo hará para controlar a su marido.
Es que una de sus funciones del Juzgado Contencioso administrativo es recibir denuncias contra la gestión municipal. De ahí la insistencia de Álvarez, interesado en que las cuentas de Lanús queden en familia.
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