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A 100 DÍAS DE LA DEVALUACIÓN ¿Qué harán los chinos con el ajuste post K?

Faltan 100 días para que se anuncie el nuevo plan económico, cuyas características se ignoran pero sí se conocen algunas prioridades: el dólar oficial tendrá que acercarse más al dólar libre (devaluación), el déficit fiscal es insostenible (contención del gasto y blanqueo impositivo) y habrá que resolver las cuestiones pendientes de la deuda externa en default. Pero también los chinos aparecen en la agenda próxima, porque los K ampliaron notablemente la dependencia del nuevo acreedor estratégico. Aquí algunos datos acerca de tan delicados temas.

"(...) Queda claro que los yuanes son cualquier cosa menos baratos. Y si por alguna razón el Gobierno quiere convertirlos a dólares reales y utilizarlos para pagar deuda externa, corre una tasa de interés del 7%. (...)".
(Urgente24). Es cierto lo que sostiene Juan Carlos de Pablo: cualquiera sea el próximo Presidente terminará haciendo lo mismo, y la diferencia entre cada uno es cómo y cuándo llegará a esa instancia inevitable.
 
También es verdad lo que afirma Enrique Szewach: el ajuste que ya comenzaron los países emergentes, y en especial Brasil, imponen un piso a lo que tendrá que acometer la Argentina. Es decir que no podrá hacer menos que su 'benchmark'.
 
¿Qué problemas tiene para resolver la economía argentina, además de la distorsión de precios relativos, que incluye el desastre de la paridad cambiaria y la estructura de tarifas, la destrucción del Banco Central y el festival de subsidios?
 
Aquí algunos apuntes:
 
 
"(...) El lote de contratados creció a ritmo acelerado durante el gobierno kirchnerista. A diciembre de 2003, sumaban 17.807 agentes, un 6,7% del total del plantel. A diciembre de 2014, con poco más de 70.000 contratados, trepó al 17% del total. (...) Los ministerios de Salud y de Desarrollo Social encabezan el ranking con más de 8.000 empleados contratados. Pero el dato más llamativo es que el Ministerio de Trabajo, aquel que precisamente pregona el trabajo en blanco y la estabilidad de los trabajadores, tenga más de un tercio de sus empleados en condición de contratados: 5.934 agentes sobre un total de 15.011.
 
Quien siguió los mismos pasos del gobierno nacional en cuanto a empleo público es el candidato oficialista Daniel Scioli. Desde que asumió la gobernación de Buenos Aires en 2007, la dotación de trabajadores del Estado provincial creció un 52%. Según el presupuesto 2015, la provincia cuenta con una planta de 461.862 empleados, cifra que incluye la administración central, los organismos descentralizados y los organismos descentralizados no consolidados.
 
Por su parte, su rival de Cambiemos, Mauricio Macri, todavía jefe de gobierno porteño, efectuó una profunda reforma en el plantel de personal de la Ciudad. Redujo la planta administrativa y sumó más agentes en el área de educación y seguridad. El plantel cuenta hoy con 133.937 empleados, un 5% más que en 2007 (127.465 empleados). (...)".
 
 
 
"(...) Los populismos emergen entonces por la profundización de una desigualdad tal en la distribución de las oportunidades, que rebalsa las capacidades de contención de los partidos políticos tradicionales produciendo conjuntos de demandas insatisfechas que podríamos resumir en la idea de una exclusión que aunque originada en la economía acaba siendo también política. El historiador Ernesto Laclau entendía que esa emergencia en cierto sentido recuperaba la democracia, puesto que les devolvía volumen político a enormes grupos de la sociedad que hasta ese entonces estaban marginados de la posibilidad de participar en la elaboración de las nuevas reglas.
 
Pero el problema surge cuando en pos de la construcción de la identificación y pertenencia que todo líder político carismático necesita, se emplean fórmulas inconsistentes, no ya por poner en evidencia la contradicción de algunas de las demandas que se aglutinan en torno a un discurso que apunta más a las entrañas que a la razón, sino por la incapacidad de sostener en el tiempo las bases económicas del populismo.
 
Un ejemplo de esa insostenibilidad es la fijación artificial de un tipo de cambio atrasado que le vende a la población la ilusión de un salario en dólares que en la última gestión de la Presidenta fue un 64% superior, en promedio, al que prevaleció en sus cuatro anteriores años de gobierno y que hace que resulte barato no sólo viajar al exterior, sino comprar cualquier bien transable que fija su precio en relación al valor de las divisas externas, como es el caso de los autos, celulares y electrodomésticos varios. (...)
 
Sin embargo, todos sabemos que ninguna de estas ilusiones se puede mantener en el tiempo y que más tarde o más temprano, lo que es gratis se acaba y el retorno de las variables a la realidad ocurre como consecuencia ineluctable del populismo que dio origen al desajuste".
 
 
¿Será que los K le garantizan a los chinos, contra la ampliación de sus 'swaps' en yuanes, un mayor presupuesto para las megarepresas hidroeléctricas en Santa Cruz? Aquí algunos datos de Lucía Salinas en el diario Clarín:
 
"(...) El presupuesto 2016, que se está discutiendo en el Congreso y que el kirchnerismo espera aprobar en las próximas semanas, contempla la obra hidroeléctrica con otro valor al adjudicado en 2013 al consorcio encabezado por Electroingeniería, China Gezhouba Group Corporation e Hidrocuyo. La suma que se desembolsará en los próximos tres años será de $ 43.413.423.833, contra los $ 21.600 millones del pliego, en el llamado a licitación.
 
El nuevo monto, consignado en la planilla de financiamiento para obra pública, se distribuirá en tres etapas: $ 9.720.050 durante el 2016, $ 17.100 millones para 2017 y, finalmente, $ 13.999,95 millones en 2018.
 
El presupuesto no detalla cómo se repartirá el resto de los fondos. Es que la obra esta proyectada para finalizarse en cinco años, con la promesa de cinco mil puestos de trabajo.
 
(...) Cuando la oferta del consorcio resultó ganadora, las represas se cotizaron en $ 22.925 millones con un dólar en aquel entonces de $ 5,50, un valor superior al del pliego, que era $ 21.600 millones. El consorcio licitó en 2012, a un dólar a $ 4,86, según detallaron para explicar los aumentos sucesivos.
 
Las represas tienen un historial de cambios en su valor. La obra se anunció tres veces y se licitó dos. En 2008, cuando se hizo el primer llamado para la construcción, su valor era de $ 16.000 millones. En 2012, se relanzó la licitación, un 35% más cara.
 
En enero de 2013, a través de una resolución de la Secretaría de Obras Públicas, se determinó que el presupuesto de la obra iba a ser de $ 24.358,32 millones, un 12,6% más que los $ 21.600 millones con los que se lanzó la obra, en agosto del año anterior.
 
Para dar inicio al complejo hidroeléctrico, el Gobierno cerró acuerdos con bancos chinos por US$ 4.714 millones que, al dólar oficial de la firma, durante 2014, ya representaban un valor en pesos de39.950 millones para la obra. (...)".
 
 
 
"Tal vez no sean los US$ 5.000 millones en yuanes que el Gobierno pretendía inicialmente sino alrededor de 2.000 millones, o quizás esos 2.000 millones ya hayan entrado. Lo cierto es que todo suma, cuando manda la urgencia de sostener las reservas.
 
El monto final se conocería esta semana, después de las conversaciones que el jefe del Banco Central, Alejandro Vanoli, mantendrá con autoridades el Banco Popular de China en Lima, donde coincidirán por el encuentro anual del Fondo Monetario. Y al parecer medió una gestión previa de Cristina Kirchner ante el presidente Xi Jinping, durante la reciente Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York. (...)
 
> Asociadas a Electroingeniería, una compañía amiga del poder, empresas chinas se alzaron con la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz. Según el Presupuesto Nacional de 2016, saldrán no menos de $ 43.700 millones, el doble del valor al que habían sido licitadas en agosto de 2013; al actual tipo de cambio oficial, son 4.634 millones de dólares. Serán financiadas por bancos chinos y buena parte de la infraestructura será adquirida en China. Un ranking de obras prioritarias elaborado por la propia Secretaría de Energía las había colocado en los últimos lugares de la tabla.
 
> En una operación directa y sacada de apuro, desde China vienen también los vagones incorporados estos años a los ferrocarriles. La Argentina paga un anticipo al comienzo de la construcción y el resto a la entrega: contado rabioso. Nada se fabrica en talleres locales.
 
> Por contrato, a China se le compra el equipamiento para el Belgrano Cargas con un costo financiero del 8% anual.
 
> Finalmente, una relación comercial privilegiada. Desde 2008, el balance de divisas es claramente deficitario para la Argentina. Y las importaciones desde China zafan de las restricciones que se imponen a otros: hoy crecen 2%, mientras las compras a la Unión Europea caen 12%; un 11% al NAFTA que integra Estados Unidos; el 13 % a Chile y 11% las de Brasil.
 
Queda claro que los yuanes son cualquier cosa menos baratos. Y si por alguna razón el Gobierno quiere convertirlos a dólares reales y utilizarlos para pagar deuda externa, corre una tasa de interés del 7%. (...)"
 
 
 
"(...) La política de desendeudamiento que con tanto orgullo enarboló el gobierno kirchnerista hace rato que entró en crisis. El rojo de las cuentas públicas que ya se dejó entrever con la crisis de 2008 fue aumentando con el paso de los años. Ese déficit, por definición, es contrario a la idea de bajar la deuda.
 
Sostener la fantasía del desendeudamiento tuvo muchas consecuencias. La más visible fue la caída en el nivel de reservas, a tal punto que el Gobierno entregará al Central virtualmente “pelado”, tal como denunció Mauricio Macri. Luego del pago del Boden 2015 y con el nuevo tramo del swap que se terminaría de negociar con China, prácticamente la mitad de las reservas estarán conformadas por yuanes. El problema es que hasta el momento no se ha utilizado esta moneda, que no sirve para hacer frente a las deudas, pero que eventualmente se podría utilizar para pagar importaciones de Oriente.
 
En el segundo mandato de Cristina se perdieron más de 20.000 millones de reservas de acuerdo a lo informado por el BCRA, pero en la práctica fueron más de 35.000 millones. Esta merma provocó una fuerte vulnerabilidad, lo que llevó a la otra gran consecuencia de la política mal aplicada de desendeudamiento, es decir el cepo. Las restricciones fueron las principales responsables de la falta de crecimiento que arrastra la economía. (...)".
 
N. de la R.: Y este dato remonta a los chinos, su swap que no es barato y la dependencia con el nuevo acreedor.