El 24 de agosto pasado
salió publicada una nota del Profesor Andrés Hatum titulada
Southwest Airlines: la contracara de Aerolíneas. En la nota el autor
hace una serie de afirmaciones que muestran un enfoque profundamente
equivocado en cuanto al negocio aerocomercial.
La propuesta de Hatum es
que Aerolíneas tenga una estrategia de negocios como la de
Southwest. Entre las aerolíneas aerocomerciales de pasajeros existen
fundamentalmente tres modelos de negocios: las Aerolíneas
Tradicionales o de Red, las Aerolíneas de bajo costo y las
operadoras de Charters. Las aerolíneas de Red son las aerolíneas
comerciales más comunes y de mayor trayectoria como Aerolíneas
Argentinas, Lan Chile, Tam, Avianca, American Airlines, Iberia, Air
France, etc. Son aerolíneas que operan mediante hubs, es decir, que
conectan una gran cantidad de vuelos internacionales regionales y
domésticos que permiten a sus pasajeros comprar pasajes a múltiples
destinos en el mundo. Estas aerolíneas ofrecen un producto complejo,
fuertemente sustentado en alianzas con otras aerolíneas que permitan
ofrecer un producto a escala global. Tienen una flota que les da
cierta versatilidad operativa con aeronaves de corto, mediano y largo
alcance que le permiten acomodar su oferta a una demanda compleja.
Las aerolíneas de bajo costo como Southwest operan fundamentalmente
vuelos de corto y mediano radio en aeropuertos secundarios y con un
servicio punto a punto tal como lo señala Hatum en su nota. Los dos
tipos de aerolíneas son en alguna medida complementarios, tienen
como objetivo mercados distintos y ofrecen productos que son
distintos. Las aerolíneas de red apuntan al tráfico corporativo y
de turismo de largo radio mientras que las de bajo costo apuntan a un
tráfico de turistas y étnico para vuelos fundamentalmente
domésticos.
Aerolíneas tiene
claramente un papel dominante en el mercado aerocomercial nacional
como la aerolínea de red con la mayor participación del mercado del
país, un 85% en vuelos domésticos y un 20% en vuelos
internacionales. Abandonar ese protagonismo para pasar a operar en
aeropuertos subutilizados (de los que no hay en nuestro país) no
tiene ningún sentido. De hecho Lan Argentina opera en Aeroparque y
ni siquiera accede a mudar su operación a Ezeiza, mucho menos lo
haría a un aeropuerto secundario. En la Argentina así como en
Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia o Colombia no existe un tamaño de
mercado lo suficientemente grande como para que surja una aerolínea
de bajo costo. Sí existen en Brasil o México y en Panamá que se da
el caso excepcional de COPA que tiene un modelo de negocios
verdaderamente singular.
La realidad es que entre
el mercado aerocomercial argentino y el mercado aerocomercial de EEUU
existe una diferencia abismal. Pretender aplicar un modelo de
negocios de EEUU en la Argentina con las diferencias que hay en
escala y poder adquisitivo de una y otra población es un absurdo
absoluto que no admite el menor análisis.
Agrega el profesor Hatum
a su confusión inicial que la clave de la eficiencia está en la
forma de seleccionar a sus recursos humanos y que mientras que
Aerolíneas Argentinas tiene difusas reglas
de selección, en
Southwest por el contrario tienen un sistema de reclutamiento
altamente sofisticado. Al respecto cabe señalar que el sistema de
reclutamiento de Southwest no parece tener diferencias sustanciales
con los sistemas de reclutamiento que tienen la mayoría de las
aerolíneas incluida Aerolíneas Argentinas. En cuanto a su alta
gerencia, en gran parte fue seleccionada por Aerolíneas Argentinas
con la asistencia de una consultora para la que el propio Hatum
trabajaba.
Más allá de lo poco
feliz de la nota citada, repetidamente se postula que Aerolíneas
estaría mejor gestionada si se pusiera al frente de su conducción
una experimentada gestión privada. Esta afirmación pasa por alto
dos cuestiones: por un lado, las gestiones privadas de Iberia
primero, American Airlines después y Marsans finalmente fueron
desastrosas y significaron un retroceso tanto para la compañía como
para el transporte aerocomercial en la Argentina. Pero además, y ya
lo hemos dicho hasta el cansancio, la forma que tiene una
administración privada (que sólo mira la ganancia) para recortar
las pérdidas es el ajuste. El Estado recibió una compañía que
tenía un déficit igual al 100% de su facturación, para tener la
eficiencia de costos que tiene Southwest y suponiendo que se podían
recuperar 40 aviones de los que se disponía en 2008 la receta
neoliberal habría sido despedir a 5.000 de los 9.000 empleados que
había entonces. Aerolíneas a contramano de las recetas ortodoxas a
las que nos quieren condenar y siguiendo lo encomendado por el
Congreso de la Nación y la Presidenta de la República eligió
crecer y gracias a ello hemos reducido el déficit a sólo un 10% de
nuestra facturación con una flota de última generación de 75
aviones. En la actualidad empleamos a cerca de 12000 trabajadores,
pero la cantidad de empleados por avión es menor que la de Latam y
la mitad que la que era cuando el Estado se hizo cargo de la compañía
en 2008.
Disfrazados de primer
mundo nos vienen a invitar una y otra vez a que volvamos al ajuste y
la austeridad que devastaron a nuestro pueblo y que nos sumieron en
el 2001 en la peor crisis de nuestra historia. Hemos demostrado con
hechos que otro camino es posible, los trabajadores de aerolíneas lo
saben y los pasajeros lo viven día a día.