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Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta acataron una última orden de Jaime Durán Barba antes de los comicios del domingo para captar a los indecisos y liquidar la elección porteña en primera vuelta.
Como explicó LPO, el objetivo de mínima que se trazó el PRO para los últimos días de la campaña fue retener los votos que sacó Gabriela Michetti en las primarias de abril, para acercar a Larreta al 47 por ciento que obtuvo el PRO con la sumatoria de ambos candidatos.
Para eso agendaron una serie de fotos de Larreta con Michetti, como la de este mediodía en Parque Rivadavia, donde los dos rivales de la interna de abril presentaron el programa “Conectando Sonrisas”.
Los números que manejan en el PRO indican que Larreta está midiendo entre 46 y 47 puntos, algunos puntos más que lo que indican las encuestas como la de la consultora Circuitos que LPO publicó ayer en exclusiva.
En el macrismo aseguran que el voto de los que aún están indecisos a sólo 4 días de las elecciones se inclinará a último momento a favor del carro ganador. Los estudios de opinión pública suelen indicar que una porción de los votantes se inclina sobre el final por el candidato que va primero en las encuestas, en este caso Larreta.
Pero para volcar esos indecisos hacia el PRO, en el macrismo indican que es necesario instalar la sensación de incertidumbre, que en este caso no está dada en relación por quién ganará el domingo sino por si Larreta evitará o no el ballotage.
Por este motivo, tanto Macri como Larreta salieron en las últimas horas a decir públicamente que en la Ciudad siempre hubo segunda vuelta y que es “prácticamente imposible” llegar al 50 por ciento de los votos en la primera vuelta.
El fantasma de la 125
Lo que entusiasma al PRO no sólo es que Larreta esté a pocos puntos de ganar en primera vuelta, sino que según sus sondeos Lousteau dejó de crecer en las semanas previas a las elecciones. Como explicó este medio, en el PRO confían que si Larreta no alcanza los 50 puntos, una diferencia de 20 puntos con el candidato de ECO motivará ulteriores presiones desde varios sectores para que Lousteau se baje de la segunda vuelta.
En el macrismo bromean con que “la mejor jefa de campaña de Larreta fue Cristina Kirchner”, luego de que la presidenta recordara el pasado kirchnerista de Lousteau por cadena nacional.
"Los compatriotas saben qué fue lo que pasó en 2008 con la 125, y cómo casi nos hacen volcar por haber calculado mal los números", dijo la presidenta la semana pasada y apuntó a Lousteau sin nombrarlo: "Ahora vienen a darnos lecciones. No vamos a ofender ni agraviar a nadie. Nos hemos hecho cargo de todo, de lo que hemos hecho mal también".
En el macrismo tienen medido que Lousteau resta cuando queda enredado con su pasado como ministro, pese a las estrategias discursivas del candidato de ECO para despegarse del Gobierno nacional.
Y en el PRO creen que su pasado por el Gobierno nacional podría ser clave en un ballotage, puesto que sostienen que le impediría a Losuteau acaparar al electorado que no vota a Larreta: “Los K lo consideran un traidor y los anti K lo consideran un K”, festejan en el macrismo.
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