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La cuestionable moda de contestar "no lo sé" Carlos Montero

Hace unos días publicábamos un artículo donde señalábamos lo difícil que es ver a un analista contestar “no lo sé” ante cualquier pregunta de mercado. Criticábamos este hecho dado que todos somos conscientes del alto nivel de incertidumbre que presentan las bolsas en términos generales.

“No lo sé sería la respuesta más honesta a muchas de las preguntas actuales de mercado. Y sin embargo, los analistas se ven obligados a explicar la realidad y prever la dirección a corto de los valores”, afirmaba recientemente en MarketWatch el analista John Caoumarianos, y añadía:

Estoy de acuerdo con la crítica que se les hace a los analistas sobre este hecho, porque creo que es cierto que en la mayoría de las ocasiones nadie sabe la dirección a corto plazo del mercado de valores. Sin embargo, también hay un elemento de falsedad en la moda de defender la actual tesis del ‘no lo sé’. De repente, nuestros mejores comentaristas han adquirido un escepticismo fácil que me hace sospechar.

La popularidad del ‘no lo sé’ se debe al hecho de que las acciones y otros valores aparecen innegablemente caras en una variedad de métricas, incluyendo el PER, el PER Shiller y la Q de Tobin.

Y si piensan que los tipos bajos tipos de interés requieren altos precios de las acciones, vean que no es el caso en la década de los 40, cuando las tasas de interés eran bajas y los precios de las acciones estaban también por debajo del promedio de largo plazo.

Así que las bienintencionadas respuestas de “no sé” van en interés de prevenir a los inversores de participar en un mercado sobrevalorado, evitando en lo posible un pánico de ventas.

Entiendo (John Caoumarianos) que esta motivación y la prevención de las ventas de pánico, son un objetivo noble. Sin embargo, y en última instancia, simplemente no es cierto que no haya conocimiento acerca de las valoraciones del mercado o de sus rendimientos futuros, lo que hace un flaco favor a los inversores.

Es cierto que no sabemos lo que el mercado va a hacer en el corto plazo, pero sí sabemos con una probabilidad razonable lo que podría hacer en el largo plazo. El PER Shiller y la Q de Tobin proporcionan con una probabilidad significativa la rentabilidad futura esperada en los próximos 10 años, y en estos momentos ésta es muy baja como veremos a continuación.

El PER Shiller del S&P 500 (índice de renta variable referencia mundial) cotiza ahora en 27,38 veces, muy por encima de su media histórica (primer gráfico adjunto). El retorno esperado para los próximos 10 años con este nivel en el ratio es cercano a 0 (segundo gráfico adjunto).

Estos datos son conocidos por toda la comunidad financiera. También lo es que tienen una alta probabilidad de acierto. Por tanto, es probable que como señalaba  Caoumarianos anteriormente, los analistas hayan preferido escudarse en estos momentos en la respuesta “no lo sé”, antes de afirmar que la rentabilidad esperada del mercado de valores en la próxima década es casi inexistente.

La honestidad que reclamaba al principio de este artículo, queda parcialmente en entredicho cuando la respuesta “no lo sé” esconde la negación consciente o inconsciente de un escenario adverso.  No puedo afirmar que esto sea así, pero si fuera el caso, se estaría causando un grave perjuicio a los inversores al no prevenirles de esta realidad financiera negativa.