Decile sí a…
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Jamás, nunca jamás…
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Incorporar tendencias para lograr un look vigente, pero siempre que respeten tu estilo personal y con las que te sientas cómoda.
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Transformarse en una mera copia de una vidriera o publicidad, sin importar si respeta tu estilo.
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Dejar que la personalidad se refleje en nuestra elección de vestimenta y accesorios, sobre todo en la combinación, para lograr una imagen única e irrepetible que destaque la individualidad.
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Uniformarse, combinando todo tal como está en un anuncio o en una vidriera: hace que nos veamos insulsas y que parezca que no tenemos personalidad.
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Dar protagonismo a un accesorio, con los demás acompañando sin restarle importancia.
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Abusar de los accesorios, usándolos en exceso y compitiendo por ser el centro de las miradas.
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Respetar el contexto y el ámbito en que estemos: es fundamental para lograr una imagen positiva.
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No tener en cuenta estas variables: más allá de que las prendas nos pueden quedar bien, podemos vernos poco apropiadas para el momento del día o el ámbito y esto impide lograr una imagen positiva.
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Usar prendas con calce ideal para el tipo de cuerpo.
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Prendas que nos queden chicas o excesivamente grandes.
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Que el outfit tenga como puntos focales partes del cuerpo que nos gusten y que deseemos destacar.
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Que las prendas y accesorios lleven las miradas a partes del cuerpo que no nos gustan tanto y que preferimos disimular (la incomodidad se transmite y se percibe aunque no lo manifestemos con palabras).
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Respetar las proporciones: si las piernas son largas, será mejor evitar los pantalones y las faldas de tiro alto, para lograr más armonía.
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Vestirse sin importar las proporciones: si el torso es corto y usamos puperas o cinturones en la cintura y la prenda inferior es de tiro alto, no hay forma de proyectar una imagen equilibrada.
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Elegir el escote según el tipo de busto, el ancho de los hombros y la contextura.
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Elegir el escote que esté de moda, aunque no sea el más sentador.
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Invertir en prendas atemporales que sean la estructura del guardarropas y nos permitan múltiples combinaciones y versatilidad.
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Comprar con énfasis en tendencias pasajeras que en pocos meses no usaremos más.
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Hacer compras inteligentes según lo que necesitamos, la cantidad de tiempo que dedicamos a cada actividad, el presupuesto y el estilo propio.
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Hacer compras compulsivas por ser época de descuentos, por tener promos con el banco pero sin ser prendas o accesorios necesarios para la persona.
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Mantener el cabello arreglado y adecuado al estilo y a nuestras actividades.
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Optar por estilos de cabello que no podemos mantener a diario sólo porque nos gusta cómo queda al salir de la peluquería.
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Usar los colores que más nos benefician cerca del rostro, para que nos veamos frescas y radiantes durante todo el día.
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Elegir colores que nos quitan protagonismo, nos opacan o incluso nos hacen ver cansadas destacando las imperfecciones naturales del rostro.
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Un último tip sería no pensar que vestirse de negro es la solución a todos los problemas porque no siempre es el color ideal para usar cerca de la cara (a muchísimas mujeres las hace ver cansadas, sus ojeras y arrugas se hacen más visibles porque endurece las facciones) y no siempre logra el efecto deseado de estilizar o de dar más altura (una prenda gruesa o brillosa de color negro no genera esta sensación visual sino todo lo contrario).