Nuevamente
asistimos a hechos y circunstancias que no alcanzamos a interpretar,
comprender o advertir y que solo el transcurso del tiempo nos
demostrara que cometimos un error al aceptar determinadas medidas o
resoluciones que supuestamente se toman en beneficio de todos.
A
que nos estamos refiriendo, en estos días el Poder Ejecutivo eleva
al Congreso Nacional para su tratamiento el Nuevo Proyecto de
Telecomunicaciones, que está en abierta contradicción con algunos
artículos de la Ley de Medios sancionada en 2013, este Nuevo
Proyecto contempla aspectos en la que algunas empresas de telefonía
podrán acceder a servicios que en la anterior legislación no podían
prestar, es decir existe una abierta contradicción.
Este
es un tema muy delicado y de difícil compresión para el común de
las personas que no tengan un conocimiento muy acabado de todo lo que
a ello se refiere e infiere, por las serias implicancias en todo lo
que hace a la libertad de expresión, el conocimiento y la
educación, cuyas implicancias futuras son muy difíciles de
cuantificar. Por otra parte se favorece, facilita y promueve la
conformación de un monopolio liderado por un grupo empresario
extranjero.
Solo
a modo de ejemplo a tener en cuenta, nos basta recordar cuando
durante la Presidencia del Dr. Menem se dispuso el rebalanceo de las
tarifas telefónicas, que supuestamente apuntaban a beneficiar a las
localidades más alejadas de los grandes centros urbanos,
consecuentemente beneficiaba de manera muy especial a las Economías
Regionales.
El
rebalanceo fue motivo de acaloradas discusiones, fuertes debates y
encontradas posiciones en las que se exponían argumentos a favor y
en contra. Ello genero cuando finalmente se aprobó el rebalanceo,
que surgieran dudas en cuanto a la transparencia de como la misma se
había negociado y tramitado, inclusive fue motivo de
investigaciones en España sobre supuestos sobornos en los que
habría estado comprometida una empresa de esa nacionalidad y a sus
más altos directivos, investigación que estuvo a cargo del juez
Baltasar Garzón.
Independientemente
de todos los aspectos que pudieren ser considerados, sí es una
realidad indubitable e insoslayable que el mismo genero ganancias
para las empresas que excedieron las que debían ser las equitativas
y justas.
Ahora
en esta oportunidad como en la anterior del rebalanceo, se aduce que
esta modificación tiene por objeto “favorecer a los pequeños y
medianos operadores por cable”, que son quienes conforman e
integran a nuestras Economías Regionales, sofisma que vuelve a
encubrir un beneficio para empresas multinacionales, ocultando su
verdadero propósito que es el de desmantelar un supuesto monopolio
nacional, para favorecer a otro extranacional.
Evidentemente
hoy nuevamente asistimos a como de manera sorpresiva las empresas de
telefonía vuelven a ser favorecidas, aparentemente sin fundamentos
suficientemente bien explicitados que sustenten tales beneficios.
Porque
este apremio en sancionar este nuevo proyecto de Ley de
Telecomunicaciones que contradice en algunos aspectos la Ley de
Medios también sancionada por este mismo Gobierno. ¿Que propósitos
encubre?, y si estos no existieran, entonces: ¿Porque el apuro?. No
seria más conveniente, sensato y beneficioso para la transparencia
de los actos de gobierno que en esta oportunidad, para no cometer
errores que el pasado nos muestra, fuéramos más cautos y nos
detuviéramos a estudiar con profesionalidad, analizar con tiempo y
en profundidad los pros y los contras antes de que fuéramos quizás
defraudados nuevamente en nuestra buena fe. Por todo lo expuesto no
renunciemos a la experiencia olvidando, ya que como bien dice el
antiguo refrán español: “No hay muerte como el olvido”
Diego Lo Tártaro Presidente IADER