Si Internet móvil provocó una revolución en la
manera en que nos comunicamos, relacionamos y trabajamos, Internet de las
Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) marcará un nuevo paradigma no sólo en la
sociedad sino también impactará de
manera relevante en las organizaciones y en la economía global.
A pesar de que
hoy en día toma mayor fuerza, IoT no
es un término nuevo - fue acuñado por el pionero tecnológico británico Kevin
Ashton en 1999. En la actualidad los gurús han señalado que se
encuentra en una “fase temprana de
desarrollo”, por lo que en los próximos años
seremos testigos del potencial tecnológico que plantea. Una tendencia que se estima tendrá un
impacto económico de 19 billones de dólares a nivel mundial.
Pero, ¿qué es Internet de las Cosas? Este concepto comprende miles de millones de objetos
cotidianos interconectados y equipados con
identificadores exclusivos con la capacidad de grabar, enviar y recibir datos
automáticamente. Además de computadoras, teléfonos o
herramientas de comunicación, estas “cosas” incluyen sistemas de iluminación,
de seguridad, equipos de oficina, electrodomésticos, sensores médicos o de
estado físico, equipamiento de fábricas, etcétera.
Su crecimiento
será tal que para el 2020 se pronostica 32 mil millones de dispositivos
conectados – lo que representaría el 10% de los datos mundiales –, según la consultora IDC. Hoy en
día la cantidad de dispositivos o cosas que se pueden conectar vía Internet
está alcanzando los 200 mil millones, sin embargo un 7% (ó 14 mil millones) ya están
conectados y comunicándose por esta gran red.
Este panorama
abre un nuevo universo en las relaciones y las interacciones entre las empresas
y los consumidores. Además, la próxima evolución de Internet plantea un sin fin
de ventajas, tales como: administración de grandes recursos, optimización
de la cadena de suministro, efectividad de costos, mejor atención e interacción
con clientes, mayor calidad de vida de las personas, eficiencia e incremento en
la productividad laboral, mejora el acceso a la información, por mencionar
algunas.
Internet
de las Cosas representa una gran oportunidad para las organizaciones ya que
deberán relacionar las tecnologías del mundo
interconectado con los beneficios para el negocio. Aun cuando existe un mínimo
de adopción en el ámbito empresarial, este sector deberá darse cuenta del
potencial y valor que esto implica para empezar a explotar sus capacidades y
marcar claras diferencias con respecto a la competencia.
De acuerdo con un informe sobre
redes y telecomunicaciones de 2013 de Forrester, más de 50% de las compañías no tienen interés
ni planes de implantar capacidades de máquina-a-máquina o de Internet de las Cosas,
mientras que sólo 8% dice que ha instalado alguno de estos sistemas. La falta
de interés comienza con las preocupaciones por la seguridad (37%), seguido por
el costo (32%), tecnología inmadura (25%), problemas de integración, migración,
instalación, o regulatorios, según esta firma de consultoría.
¿De qué manera Internet de las
Cosas impactará en el día, día de los negocios? He aquí algunos ejemplos:
Logística. Movimiento
inteligente de las cargas, a través de la sincronización continua de la
información en las cadenas de suministro, permitiendo una comunicación
inteligente entre las personas y las cargas. Posibilidad de localizar y auto
identificar cada mercancía en cualquier lugar del mundo, mejorando el sistema
de flujos de materiales.
Transporte.
Los conductores de un vehículo con sensores podrían conocer sus patrones de
conducción o ser avisados del fallo de una pieza, o de su deterioro, antes de
que se produzca. Esta información multimedia se podría consultar desde
cualquier dispositivo conectado, incluso con descarga de imágenes en streaming.
Retail. Empezaremos a ver cómo la frontera entre las experiencias de compra
física y online se irá difuminando a medida que la tecnología permita a los
consumidores tener una experiencia prácticamente similar. Las compañías también
podrán beneficiarse obteniendo mayor información para mejorar su negocio y
aumentar la satisfacción de sus clientes.
Salud. Los sensores de IoT podrían diagnosticar
anticipadamente enfermedades que pueden resultar mortales. En el momento en que
detectan un problema, lanzan un aviso o desencadenan el suministro de una dosis
medicinal.
Agricultura. Sensores
con chips y conexión sin cables están permitiendo la medición de humedad del
terreno en tiempo real, tomando decisiones sobre las distintas producciones
agrícolas en todo el proceso.
Casas y
ciudades inteligentes. Será posible medir el consumo de agua y electricidad, aumentar la
seguridad y el confort. Las ciudades inteligentes podrían generar modelos
sustentables de desarrollo y mejorar ampliamente la calidad de vida.
En síntesis, existen grandes
ganancias por obtener en múltiples industrias, salud, farmacéuticas, fabricación, energía,
seguridad, telecomunicaciones, finanzas, seguros, y muchas más. Prácticamente
todos los sectores serán parte del mundo interconectado.
Sin embargo, esta conectividad universal plantea retos
en materia de seguridad y privacidad de los datos. Por
ejemplo, IDC estima que el 40% de los datos en el universo digital requieren
algún tipo de protección, desde medidas de privacidad intensificadas hasta
datos totalmente encriptados.
No hay que olvidar que cualquier daño o
ataque hacia estos dispositivos conectados por Internet puede causar graves
pérdidas a la empresa. Es importante tener una previsión de las futuras
amenazas en esta evolución de Internet, de forma que podamos estar listos y
administrar estos equipos de manera segura. Hoy muchos proveedores de soluciones
de seguridad ya están preparados para enfrentar estos nuevos desafíos.
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