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LPOLa Presidenta quiere a cambio vía libre para cubrir las cuatro vacantes de Casación, claves para frenar causas por corrupción.
Cristina Kirchner le ofreció a la UCR nombrar como jueza de la Corte
Suprema a la prestigiosa decana de la Facultad de Derecho (UBA), Mónica
Pinto, a cambio de los votos en el Consejo de la Magistratura para
cubrir las cuatro vacantes de la Cámara de Casación Penal.
Llevan adelante la negociación el presidente de la UCR y senador nacional Ernesto Sanz y el ex diputado Ricardo Gil Laveedra. Las vacante se produjo por la renuncia anunciada hoy -casi como en un paso previamente estudiado- de Eugenio Zaffaroni.
El
acuerdo que se está negociando, también incluiría el voto de los
bloques radicales al nuevo Código Procesal Penal, en especial el oscuro
anexo dos.
Pero el interés neurálgico del gobierno es el control
de Casación. Se trata nada menos que de la máxima instancia penal antes
de la Corte Suprema, que hace tiempo decidió que sólo tomará juicios
penales para definir cuestiones de derecho pero no de prueba, donde se
define la culpabilidad de los imputados. Si el kirchnerismo se asegura
el control de Casación tendría la mayor garantía posible de impunidad.
Todas
las acusaciones de corrupción que enfrenten los funcionarios al dejar
el poder, eventualmente terminarán luego de sucesivas apelaciones en ese
tribunal, que podría desestimarlas.
El nuevo Código Procesal Penal le dará al kirchnerismo la posibilidad de
controlar fiscales que lleven adelante la investigación, pero un
próximo presidente podría reemplazarlos con una ley o un decreto, porque
a diferencia de los jueces no tienen garantía constitucional. Por eso
los camaristas son el freno necesario que necesita Cristina para dejar
tranquila la Casa Rosada.
El proceso de selección de estos camaristas quedó envuelto en una polémica, luego que LPO revelara en exclusiva,
la sospechosa selección de jurados encargados de elegirlos, en la que
resultaron favorecidos entre otros el camarista Alejandro Slokar,
reconocido militante kirchnerista y Julio Virgolini, abogado de Julio
de Vido.
Los selección de los jurados que evalúan los concursos
para camaristas fue tan groseramente manipulada que LPO pudo confirmar
que ya se presentó al menos una denuncia en Comodoro Py impugnando el
procedimiento.
Por otro lado, ahora se entiende el sugestivo
silencio de los radicales ante el escándalo de la manipulación de los
jurados que definan a los nuevos camaristas de Casación.
De
hecho, tan grande es el interés del Gobierno de garantizarse el control
de la Cámara de Casación que fuentes judiciales confirmaron a este medio
que los concursos que suelen demorar años, se están desarrollando con
una velocidad récord, nunca vista en Tribunales.
Como el Gobierno no tiene los dos tercios necesarios en el Consejo de la
Magistratura para nombrar jueces y camaristas, necesita el acuerdo con
la UCR, que además de los representantes por las minorías parlamentaria
tiene llegada al representante de los abogados, Miguel Piedecasas.
Si
este pacto se concretara, los votos radicales también sumarían en el
Senado, donde se define el nombramiento de los jueces de la Corte
Suprema a propuesta del Presidente. Para
designar un juez de la Corte se requieren dos tercios del Senado, un
total de 48 votos, 8 o 9 menos que lo que junta el kirchnerismo en cada
sesión. La UCR es la primera minoría con 11 propios y 2 aliados.
Por
eso la negociación por la UCR la lleva adelante Ernesto Sanz, el más
experimentado de los senadores del partido centenario. Los radicales
habían anticipado públicamente que preferían esperar a un nuevo Gobierno
para cubrir las vacantes.
Sin embargo, la información a la que
accedió LPO confirma que los tiempos podrían acelerarse si se termina de
cerrar este pacto global de los radicales con el kirchnerismo.
La estrategia de nombrar a un juez afín al partido centenario ya la dejó
entrever Diana Conti, cuando sugirió que el elegido podría ser León
Arslanián, de buena llegada al Gobierno y la UCR por su recordada
participación en el juicio a las juntas militares. Pero la elegida sería
Pinto. Se trata de una muy respetada académica, con prestigio
internacional por su actuación en el ámbito de los Derechos Humanos, que
acaso desconozca que su eventual designación está atada a la
colonización por parte del kirchnerismo de la Cámara de Casación.