Los presidentes de los bancos centrales que
se reunirán aquí esta semana afrontan una economía global que no cumplió
con sus expectativas, dejándolos entre la reticencia y la incapacidad
para poner fin a las medidas de flexibilización monetaria que emplearon
desde 2008 para estimular el crecimiento en medio de la crisis.
Funcionarios
de la Reserva Federal —desconcertados por una combinación de lento
crecimiento económico en Estados Unidos y una tasa sólida de generación
de empleos— aguardan más señales de que la recuperación en el mercado
laboral seguirá en marcha antes de comenzar a elevar nuevamente las
tasas de interés de referencia de corto plazo.
En
otros lugares, las autoridades debaten si deben hacer más o menos.
China, la segunda mayor economía del mundo, después de EE.UU., sufre
para cumplir con la meta de crecimiento establecida por el gobierno y
algunos analistas de mercado anticipan reducciones en su tasa de interés
de referencia. Japón, la tercera economía, pasó apuros luego de que el
gobierno elevó los impuestos al consumo y el Banco de Japón está
llevando a cabo programas de compra de valores para impulsar el
crecimiento. Alemania, la cuarta economía, se contrajo en el segundo
trimestre y el Banco Central Europeo está experimentando con tasas de
interés negativas. La economía británica tal vez sea la de mejor
desempeño en el mundo desarrollado, pero el líder de su banco central se
rehúsa a elevar las tasas de corto plazo.
"La
recuperación global ha sido decepcionante", dijo el vicepresidente de
la Fed, Stanley Fischer, en un discurso en Estocolmo este mes. "Con
algunas pocas excepciones, el crecimiento en las economías avanzadas ha
sido inferior a las expectativas de expansión a medida que las economías
salían de la recesión. Año tras año hemos tenido que explicar desde
mediados de año en adelante por qué la tasa de crecimiento global ha
sido menor de lo pronosticado hace apenas dos trimestres".
Eso
deja a los bancos centrales en una posición incómoda. Muchos temen que
las bajas tasas de interés que están empleando para alentar el crédito y
fomentar el crecimiento podrían desatar una nueva burbuja financiera.
En lugares como Londres y Vancouver, los precios de los bienes raíces se
han disparado, y las autoridades de la Fed ven con nerviosismo un auge
en la emisión de préstamos apalancados y bonos chatarra. Por ahora,
dependen de políticas regulatorias no probadas para prevenir otra crisis
así como del mantenimiento de las bajas tasas de interés.
La
Fed se dispone a poner fin en octubre a un programa de estímulo de
compra de valores. Sus funcionarios han dicho desde hace meses que
prevén comenzar a subir las tasas de interés de corto plazo, que se
ubican en casi cero, a mediados de 2015, o más tarde. La rápida caída de
la tasa de desempleo de EE.UU., a 6,2% en julio desde más de 7% un año
atrás, junto con mejorías en otras métricas del mercado laboral y
moderados aumentos de la inflación, han generado un intenso debate
dentro de la Fed sobre si las alzas de las tasas deberían llegar antes,
posiblemente en marzo del próximo año.
Por ahora, las autoridades de la Fed quieren más pruebas de que los avances del mercado laboral serán sostenidos.
John
Williams, presidente del Banco de la Fed de San Francisco, dijo en una
entrevista con The Wall Street Journal que no prevé un alza de las tasas
de interés hasta mediados del próximo año. La fecha podría adelantarse
si la tasa de desempleo sigue en descenso a un ritmo acelerado de un
punto porcentual al año, pero señaló que el punto de referencia casi no
ha variado en los últimos cuatro meses. Entre sus inquietudes está el
ritmo dispar del crecimiento global. "Las corrientes en contra son en
realidad muy fuertes", dijo. "Usualmente, los países avanzan juntos".
La
presidenta de la Fed, Janet Yellen, marcará el viernes la pauta para
las reuniones de esta semana en Jackson Hole con sus impresiones sobre
los acontecimientos en el mercado laboral. Durante gran parte de este
año, se ha referido a la capacidad ociosa en el mercado laboral —por
ejemplo, una abundancia de trabajadores de tiempo parcial que quieren
empleos de tiempo completo—, que está manteniendo baja la inflación y
frenando el aumento de los salarios. Aun así, la mayoría de las
autoridades de la Fed han recibido con sorpresa la rapidez con que ha
mejorado el mercado laboral estadounidense este año, pese a que la
economía se contrajo en el primer trimestre.
En
el Reino Unido, el Banco de Inglaterra también se mueve con cuidado. El
Fondo Monetario Internacional proyecta que el Reino Unido será la
economía desarrollada de más rápido crecimiento en 2014 después de
varios años de estar casi estancada. El banco central británico prevé
que el Producto Interno Bruto se expanda 3,5% este año, según sus
pronósticos más recientes. El rápido crecimiento ha reducido el
desempleo.
En cuanto a China, el reto de
mantener el crecimiento se puso de manifiesto tras la publicación ayer
de datos manufactureros más bajos de lo esperado. "El repunte económico
continúa, pero el ritmo se ha vuelto a enfriar", aseveró Qu Hongbin,
economista del banco británico
HSBC.
HSBA.LN +0.73%
El Índice de Gerentes de Compras Manufactureras de HSBC cayó en
agosto a un mínimo de tres meses. Hace una semana, el banco central
chino activó la alarma al anunciar que su medición más amplia de nuevos
préstamos cayó en julio en dos tercios frente a junio.
