La negociación de los bancos privados
argentinos nucleados en ADEBA para comprar la deuda defaulteada que aún
tienen en su poder los fondos buitre se frustró a último momento.
Los negociadores dieron por terminadas las tratativas cuando el ministro de Economía, Axel Kicilloff, dijo en conferencia de prensa que no se les puede pagar más a los holdouts que a los bonistas que entraron a los canjes de deuda.
La comitiva de ADEBA dejó la reunión con integrantes de los fondos buitres en Nueva York y está emprendiendo el retorno a Buenos Aires.
Con esta circunstancia, la Argentina permanece en situación de default selectivo (tal como la denominó la calificadora Standard & Poors) y disminuyen las chances de que se pueda salir de esta situación en el corto plazo, como se esperaba en los mercados financieros.
La propuesta que los bancos llegaron a negociar con los holdouts era comprarles toda la deuda para que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, repusiera el stay, la cautelar que le permitiría a la Argentina pagarles a los bonistas del canje y evitar el default o levantarlo en un plazo muy breve.
Los bancos, a su vez, negociarían como cobrar por esos bonos recién en enero, cuando ya no esté vigente la cláusula RUFO por la que el Gobierno se niega a negociar con los fondos buitre y que, de gatillarse, podría tener un costo para la Argentina que el Ejecutivo estimó en más de u$s 140.000 millones, además de consecuencias judiciales para la presidenta Cristina Kirchner y los funcionarios involucrados.
Los negociadores dieron por terminadas las tratativas cuando el ministro de Economía, Axel Kicilloff, dijo en conferencia de prensa que no se les puede pagar más a los holdouts que a los bonistas que entraron a los canjes de deuda.
La comitiva de ADEBA dejó la reunión con integrantes de los fondos buitres en Nueva York y está emprendiendo el retorno a Buenos Aires.
Con esta circunstancia, la Argentina permanece en situación de default selectivo (tal como la denominó la calificadora Standard & Poors) y disminuyen las chances de que se pueda salir de esta situación en el corto plazo, como se esperaba en los mercados financieros.
La propuesta que los bancos llegaron a negociar con los holdouts era comprarles toda la deuda para que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, repusiera el stay, la cautelar que le permitiría a la Argentina pagarles a los bonistas del canje y evitar el default o levantarlo en un plazo muy breve.
Los bancos, a su vez, negociarían como cobrar por esos bonos recién en enero, cuando ya no esté vigente la cláusula RUFO por la que el Gobierno se niega a negociar con los fondos buitre y que, de gatillarse, podría tener un costo para la Argentina que el Ejecutivo estimó en más de u$s 140.000 millones, además de consecuencias judiciales para la presidenta Cristina Kirchner y los funcionarios involucrados.