El Gobierno busca alternativas de acción en caso de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechace interferir en el juicio contra los fondos buitre y ratifique, de esa forma, el fallo que obliga al país a saldar 1.500 millones de dólares en efectivo y a los agentes financieros que participan del pago de deuda regularizada a retener desembolsos si Argentina no cumple.
En despachos oficiales se estudia pagar la deuda reestructurada en Buenos Aires, vía Caja de Valores, en vez de hacerlo en Nueva York, para sortear eventuales embargos, informó hoy el diario El Cronista, explicando que ésta es una situación límite y sujeta a múltiples inconvenientes, pero tanto el Gobierno como otros participantes del llamado "juicio del siglo" que respaldan a Argentina ante los tribunales son muy optimistas y creen que la Corte Suprema pedirá opinión al Procurador General de Estados Unidos.
Así, se demoraría la resolución hasta comienzos de 2015 y daría más aire para encontrar una solución negociada con NML Capital y otros litigantes.
"No hay chance de que la Corte rechace el caso", sostuvo un "amicus curiae" de Argentina, y en Estados Unidos prevén una solución favorable, máxime tras los arreglos con Repsol y el Club de París, que, para la administración Obama, demuestra que el país quiere pagar sus deudas.
La alternativa de pagar en Buenos Aires si la Corte Suprema deja firme la sanción tiene como trasfondo la decisión del gobierno de Cristina Fernández de mostrar voluntad de pago con los acreedores que participaron de los dos canjes de deuda. Eso, independientemente de que los abogados de Argentina insistieron ante ese tribunal y, el viernes, ante el juez de Nueva York Thomas Griesa en que el país cumplirá una sentencia en contra.
La Corte definirá el jueves 12 la suerte de Argentina y la comunicará ese día o el lunes 16. El 30, el país debe afrontar un pago de deuda.
El 26 de agosto pasado, luego de que la Corte de Apelaciones de Nueva York ratificara el fallo de Griesa que obliga a pagar a los fondos buitre todo el reclamo, la presidenta Cristina Fernández prometió en cadena nacional un canje voluntario de bonos para cambiar los títulos con legislación de Nueva York por otros de ley argentina, iniciativa que no prosperó.
No se contempla el canje voluntario, sino un cambio unilateral de las condiciones de pago, lo que sería un default técnico. El Tesoro depositaría los dólares en un banco local (el Banco Nación, por ejemplo), que abriría cuentas para los tenedores de bonos en Caja de Valores para, desde allí, girar los pagos al exterior, explicó un operador financiero.
La operatoria es muy compleja y no está exenta de riesgos. Por un lado, el Gobierno evadiría a los agentes de pago: el Bank of New York (BONY) y la cámara compensadora Depositary Trust & Clearing Corporation (DTC), integrantes del fideicomiso ideado en el canje de 2005 para evitar embargos.
DTC recibe y cursa los pagos y, por ende, conoce quiénes son los tenedores de bonos, mientras BONY es el agente fiduciario.
Esto traería problemas legales a esas entidades estadounidenses, ya que deberían prestar colaboración en el eventual cambio de sede y eso podría interpretarse como una incumplimiento del fallo, que también los obliga a retener el dinero.
La otra alternativa en caso de un fallo en contra es declararse en default y renegociar nuevamente el 100% de la deuda, según propuso el estudio Cleary Gottlieb en un escrito difundido ayer.
Así, se demoraría la resolución hasta comienzos de 2015 y daría más aire para encontrar una solución negociada con NML Capital y otros litigantes.
"No hay chance de que la Corte rechace el caso", sostuvo un "amicus curiae" de Argentina, y en Estados Unidos prevén una solución favorable, máxime tras los arreglos con Repsol y el Club de París, que, para la administración Obama, demuestra que el país quiere pagar sus deudas.
La alternativa de pagar en Buenos Aires si la Corte Suprema deja firme la sanción tiene como trasfondo la decisión del gobierno de Cristina Fernández de mostrar voluntad de pago con los acreedores que participaron de los dos canjes de deuda. Eso, independientemente de que los abogados de Argentina insistieron ante ese tribunal y, el viernes, ante el juez de Nueva York Thomas Griesa en que el país cumplirá una sentencia en contra.
La Corte definirá el jueves 12 la suerte de Argentina y la comunicará ese día o el lunes 16. El 30, el país debe afrontar un pago de deuda.
El 26 de agosto pasado, luego de que la Corte de Apelaciones de Nueva York ratificara el fallo de Griesa que obliga a pagar a los fondos buitre todo el reclamo, la presidenta Cristina Fernández prometió en cadena nacional un canje voluntario de bonos para cambiar los títulos con legislación de Nueva York por otros de ley argentina, iniciativa que no prosperó.
No se contempla el canje voluntario, sino un cambio unilateral de las condiciones de pago, lo que sería un default técnico. El Tesoro depositaría los dólares en un banco local (el Banco Nación, por ejemplo), que abriría cuentas para los tenedores de bonos en Caja de Valores para, desde allí, girar los pagos al exterior, explicó un operador financiero.
La operatoria es muy compleja y no está exenta de riesgos. Por un lado, el Gobierno evadiría a los agentes de pago: el Bank of New York (BONY) y la cámara compensadora Depositary Trust & Clearing Corporation (DTC), integrantes del fideicomiso ideado en el canje de 2005 para evitar embargos.
DTC recibe y cursa los pagos y, por ende, conoce quiénes son los tenedores de bonos, mientras BONY es el agente fiduciario.
Esto traería problemas legales a esas entidades estadounidenses, ya que deberían prestar colaboración en el eventual cambio de sede y eso podría interpretarse como una incumplimiento del fallo, que también los obliga a retener el dinero.
La otra alternativa en caso de un fallo en contra es declararse en default y renegociar nuevamente el 100% de la deuda, según propuso el estudio Cleary Gottlieb en un escrito difundido ayer.
nosis