Pese a que los pronósticos que emanan de los grupos de poder son pesimistas no debemos perder de vista que a diferencias de otros cierres de ciclo el actual luce ordenado. Todo parece indicar que ciertos pronósticos quedaran en el olvido.
Cuando a mediados de enero se produjo el corrimiento de la paridad cambiaria la mayoría de los analistas ortodoxos avizoraban los siguientes inconvenientes:
1. El tipo de cambio se dispararía hacia valores superiores a los 12 pesos.
2. La inflación del año sería superior al 40%
3. La brecha entre el dólar paralelo y el oficial se ampliaría
4. Las paritarias buscarían incrementos superiores al 35%.
5. Las reservas seguirían cayendo.
Transcurridos más de tres meses tenemos que nada de eso ocurrió. Al respecto debemos destacar que:
1. El tipo de cambio se mantiene en un valor de 8 pesos y se calcula que se irá modificando en forma suave.
2. La inflación se ubicaría por debajo del 40%.
3. La brecha entre el dólar paralelo y el oficial se achicó enormemente.
4. Las paritarias están cerrando en su mayoría con pautas salariales menores al 30%:
5. Las reservas se han recompuesto.
Superado todos estos escollos surge ahora la inquietud con acerca de la marcha de la economía. En tal sentido ahora la crítica se condensa acerca de la caída de la actividad económica y desde luego el ingrediente inflacionario hace que los analistas ortodoxos comiencen a ver lo que técnicamente se conoce como inflación con recesión. Ya se ocuparon de encender las alarmas correspondientes. Sin embargo debemos tener en cuenta que:
1. La baja de la actividad económica luce pasajera. Se calcula que a mediados de año la situación se habrá recompuesto. Ello debido al apalancamiento que harán los nuevos acuerdos salariales.
2. La inflación ha comenzado a bajar.
En resumen el escenario más probable es un tenue crecimiento de la economía con una inflación acotada. De ser esto así una vez más estaremos ante pronósticos equivocados. Y van…………….
Juan Latrichano
Analista económico de la CGE