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El fenómeno se verificó en 2012 por efecto de la multiplicación del número de jefes e hijos, en detrimento de los cónyuges y otros integrantes sin parentesco. Puede asociarse a movimientos en las corrientes emigratorias luego de la imposición del cepo cambiario para girar remesas a familiares no residentes en el país y la pérdida de vitalidad de la economía doméstica. IDELAS-UCES llegó a esa conclusión luego de analizar los datos de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos que el organismo oficial de estadística lleva a cabo desde el tercer trimestre desde 2010 y que sólo presenta en proporciones relativas, las cuales a menudo disimulan las magnitudes de las variaciones en términos de habitantes.
“El modesto aumento de la actividad económica, según la medición del INDEC pudo haber influido en la marcada desaceleración del ritmo de crecimiento de los jefes en el hogar. Pasó de aumentar poco más de 280.000 en 2011 a casi 201.000 un año después. Habrían totalizado 12,88 millones de personas. En el caso de los cónyuges, por el contrario, acusó un punto de giro muy marcado, habida cuenta de que de expandirse en más de 152.000 en el año previo ahora se contrajo en 11.291 casos. Sumaron 7,64 millones de personas”, así surge de un análisis del Instituto de Estudios Laborales y Sociales de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, en base a datos de la última Encuesta Anual de Hogares Urbanos del INDEC.
El trabajo detectó también que “la cantidad de hijos en el núcleo familiar se aceleró de modo singular: pasaron de crecer 31.443 en 2011 a 235.398 el año siguiente, sumaron 16,6 millones”.
Un cambio también notable observó el instituto en el caso de otros familiares que comparten el hogar, ya que “de haberse contraído en 125.829 personas en 2011 en 2012 se expandieron en 77.489, alcanzando 3,96 millones de personas, mientras que otros miembros, sin filiación, declinó en casi 39.000 personas, luego de haber crecido más de 42.800 en 2011. Significaron 206 mil personas en esas condiciones”.
Fuente: IDELAS - UCES, en base a datos de la EAHU del INDEC
“Si bien luego de la implosión de la economía entre fines de 2001 y principios de 2002 se asistió a una notable mejora de las condiciones socioeconómicas del país en su conjunto, no aparecen muchos factores explicativos sobre una drástica modificación de la estructura de los hogares una década después, en particular en muy corto tiempo, apenas un año, como la que midió el organismo oficial de estadística entre el tercer trimestre de 2011 y 2012 a través de la EAHU”, indica el último análisis de IDELAS-UCES.
“Sólo parece justificable por repentinos movimientos emigratorios, en respuestas a las severas restricciones impuestas en el período para el giro de divisas a familiares de países vecinos, junto a un escenario donde la alta tasa de inflación ha ido erosionando la capacidad de ahorro que tenían los inmigrantes recientes. Más aún, frente a las mejores condiciones económicas en sus países”, concluye el trabajo.
