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La industria argentina busca la aprobación del certificado ambiental necesario para ingresar al mercado estadounidense de biodiesel y compensar las menores exportaciones a la Unión Europea (UE), principal destino del producto desde 2006 y hasta el año pasado.
"Venimos trabajando en la autorización por parte de las autoridades ambientales de los Estados Unidos para vender nuestro producto eficientemente", dijo al diario Buenos Aires Económico (BAE) el presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, quien se mostró confiado en lograr los permisos.
Investigaciones por supuesto "dumping" y cuestiones mediambientales provocaron que los embarques de biodiesel a la Unión Europea (UE) cayeran 51,2 por ciento en el primer trimestre del año, mientras la producción se redujo 39,8 por ciento, según datos de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
La semana pasada, el Gobierno solicitó el arbitraje de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La UE tiene diez días para dar una respuesta y treinta para iniciar las consultas, que no durarán más de dos meses.
En la actualidad, los embarques de biocombustibles a Estados Unidos involucran un ínfimo volumen, por lo que el sector comenzó el año pasado las gestiones necesarias para obtener los créditos ambientales (RIN) necesarios en el país del Norte para mezclar el biodiesel con las naftas. Dichos certificados son autorizados por la Agencia de Protección Ambiental EPA.
Argentina es el primer productor mundial de biodiésel a base de soja y de acuerdo a un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la producción de la oleaginosa se realiza con un ahorro superior al 75 por ciento en la emisión de gases efecto invernadero, factor que eleva las chances de obtener el certificado ambiental en Estados Unidos.
Investigaciones por supuesto "dumping" y cuestiones mediambientales provocaron que los embarques de biodiesel a la Unión Europea (UE) cayeran 51,2 por ciento en el primer trimestre del año, mientras la producción se redujo 39,8 por ciento, según datos de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
La semana pasada, el Gobierno solicitó el arbitraje de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La UE tiene diez días para dar una respuesta y treinta para iniciar las consultas, que no durarán más de dos meses.
En la actualidad, los embarques de biocombustibles a Estados Unidos involucran un ínfimo volumen, por lo que el sector comenzó el año pasado las gestiones necesarias para obtener los créditos ambientales (RIN) necesarios en el país del Norte para mezclar el biodiesel con las naftas. Dichos certificados son autorizados por la Agencia de Protección Ambiental EPA.
Argentina es el primer productor mundial de biodiésel a base de soja y de acuerdo a un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la producción de la oleaginosa se realiza con un ahorro superior al 75 por ciento en la emisión de gases efecto invernadero, factor que eleva las chances de obtener el certificado ambiental en Estados Unidos.
nosis
