Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), ha vuelto a tratar el problema del Royal Bank of Scotland (RBS), participado en un 82% por el Estado. El responsable del organismo ha calificado de "disparate" la actual situación y ha subrayado la necesidad de una reestructuración de la entidad que acelere su vuelta a manos privadas. Entre las opciones se baraja dividir, la entidad en un "banco bueno" y otro "malo".