Endesa e Iberdrola han mantenido negociaciones con el Ministerio de Industria, Energía y Turismo acerca de la posibilidad de fijar un periodo de vida útil de 60 años para el conjunto de las centrales nucleares que permita ampliar el periodo de amortización de las instalaciones y, con ello, garantizar su operación en condiciones de rentabilidad, indicaron a Europa Press en fuentes del sector. Esta ampliación de vida útil sería suficiente para prolongar el funcionamiento de la central de Garoña.