El Gobierno de Estados Unidos obtuvo la autorización de la Cámara de Apelaciones de Nueva York para "argumentar" en favor del pedido argentino de que sean los 13 jueces de ese cuerpo los que traten el reclamo del pago del 100 por ciento de la deuda en default que llevan adelante los fondos buitres, y no los tres que lo tienen asignado.
La decisión se conoció cuando faltan 20 días para la audiencia en la que se decidirá el destino del fallo -en suspenso- del juez Thomas Griesa, que ordenó a Argentina pagar 1.330 millones de dólares a los "fondos buitre".
Con eso, el Gobierno de Estados Unidos volvió a manifestar su apoyo al país, luego de que semanas atrás expuso como "amigo de la corte" (amicus curiae) ante los magistrados, con argumentos favorables a Argentina.
Para los observadores, ello demuestra además la inquietud que genera en Washington el impacto que podría tener una resolución judicial desfavorable para Argentina en el sistema financiero, o en futuros procesos de reestructuración de deuda.
Mientras tanto, el gobierno de Barack Obama pidió cautela frente a la posibilidad de que los países del G-20 incorporen los procesos de reestructuración de deuda en su agenda: "Estados Unidos no se opone, pero hay que estar atentos a lo sensitiva que puede ser la cuestión, sobre todo a la vista del caso judicial por la deuda argentina", aseguraron funcionarios en un documento interno del G-20.
El 27 de febrero se hará al audiencia por la demanda que iniciaron los fondos NML Management y Aurelius contra Argentina, en la que se deberá definir el futuro del fallo del juez Griesa. El Gobierno ya advirtió que la alternativa sería una reapertura del canje de 2005-2010, ya que ello sería cumplir con la condición de "tratamiento igualitario" con los acreedores que participaron de la reestructuración.
Pero además del país y de los fondos buitres, el Banco de Nueva York (BoNY) -que tiene a su cargo el proceso de pago de bonos argentinos- volvió ayer a reclamar que lo dejen exponer, a pesar de que la Corte ya le negó esa posibilidad.
"Sabemos que no tienen intención de aceptar más expositores. Pero necesitamos argumentar porque nadie podrá explicar mejor" las consecuencias que podría acarrearle al sistema norteamericano la ratificación del fallo, explicó la entidad financiera en una carta entregada a la Cámara de Apelaciones. "Pedimos 10 minutos o lo que quieran darnos de tiempo", aseguraron los abogados del banco.
A fines del año pasado, el gobierno de Estados Unidos presentó a través del fiscal del distrito un escrito en apoyo a Argentina en su reclamo de revisión "en banc" del fallo, que contó con el aval de los departamentos del Tesoro, de Estado y de Justicia.
En esa presentación, el Gobierno de Barack Obama planteó como "una cuestión de importancia excepcional" que la Corte de Apelaciones neoyorquina revise la totalidad del fallo y en especial la interpretación de que Argentina violó la cláusula de tratamiento igualitario a los acreedores, la que consideró "incorrecta y adversa a los Estados Unidos".
El escrito destacó además que la sentencia de Griesa -que obliga a pagar los fondos NML Capital y Aurelius con recursos destinados al pago de instrumentos del canje- "contraviene las leyes de Estados Unidos de inmunidad soberana, FSIA, y podría dañar las relaciones exteriores de los Estados Unidos".
Con eso, el Gobierno de Estados Unidos volvió a manifestar su apoyo al país, luego de que semanas atrás expuso como "amigo de la corte" (amicus curiae) ante los magistrados, con argumentos favorables a Argentina.
Para los observadores, ello demuestra además la inquietud que genera en Washington el impacto que podría tener una resolución judicial desfavorable para Argentina en el sistema financiero, o en futuros procesos de reestructuración de deuda.
Mientras tanto, el gobierno de Barack Obama pidió cautela frente a la posibilidad de que los países del G-20 incorporen los procesos de reestructuración de deuda en su agenda: "Estados Unidos no se opone, pero hay que estar atentos a lo sensitiva que puede ser la cuestión, sobre todo a la vista del caso judicial por la deuda argentina", aseguraron funcionarios en un documento interno del G-20.
El 27 de febrero se hará al audiencia por la demanda que iniciaron los fondos NML Management y Aurelius contra Argentina, en la que se deberá definir el futuro del fallo del juez Griesa. El Gobierno ya advirtió que la alternativa sería una reapertura del canje de 2005-2010, ya que ello sería cumplir con la condición de "tratamiento igualitario" con los acreedores que participaron de la reestructuración.
Pero además del país y de los fondos buitres, el Banco de Nueva York (BoNY) -que tiene a su cargo el proceso de pago de bonos argentinos- volvió ayer a reclamar que lo dejen exponer, a pesar de que la Corte ya le negó esa posibilidad.
"Sabemos que no tienen intención de aceptar más expositores. Pero necesitamos argumentar porque nadie podrá explicar mejor" las consecuencias que podría acarrearle al sistema norteamericano la ratificación del fallo, explicó la entidad financiera en una carta entregada a la Cámara de Apelaciones. "Pedimos 10 minutos o lo que quieran darnos de tiempo", aseguraron los abogados del banco.
A fines del año pasado, el gobierno de Estados Unidos presentó a través del fiscal del distrito un escrito en apoyo a Argentina en su reclamo de revisión "en banc" del fallo, que contó con el aval de los departamentos del Tesoro, de Estado y de Justicia.
En esa presentación, el Gobierno de Barack Obama planteó como "una cuestión de importancia excepcional" que la Corte de Apelaciones neoyorquina revise la totalidad del fallo y en especial la interpretación de que Argentina violó la cláusula de tratamiento igualitario a los acreedores, la que consideró "incorrecta y adversa a los Estados Unidos".
El escrito destacó además que la sentencia de Griesa -que obliga a pagar los fondos NML Capital y Aurelius con recursos destinados al pago de instrumentos del canje- "contraviene las leyes de Estados Unidos de inmunidad soberana, FSIA, y podría dañar las relaciones exteriores de los Estados Unidos".
nosis