El Gobierno conservador portugués analiza hoy la última gran privatización del país, la gestora de los aeropuertos nacionales, ANA, que podría suponer hasta 3.000 millones de euros para las arcas del endeudado Estado luso. Empresas de Argentina, Brasil, Francia, Suiza y Alemania concurren en el concurso cuya adjudicación puede concluir en el Consejo de Ministros de hoy tras varios meses de pujas de las que se retiró en el último momento el grupo colombiano Odinsa.