El Banco de Japón ofreció su tercera dosis de estímulo monetario en cuatro meses el jueves en un preludio a una acción más agresiva el próximo año, en momentos en que se enfrenta a la presión creciente del próximo líder del país para que intensifique los esfuerzos contra la deflación.Shinzo Abe, cuyo opositor Partido Liberal Democrático (PLD) ganó las elecciones del domingo, ha puesto a la independencia del banco central en la línea llamando repetidamente a un objetivo vinculante de inflación de un 2 por ciento, el doble de la meta actual de precios.





