Moody's Investors Service rebajó de estable a negativa la perspectiva de
calificación de 30 entidades financieras de Argentina, diez días
después de haber tomado idéntica decisión con la calificación "B3" de
los bonos soberanos tanto en moneda local como extranjera.
La
calificadora de riesgo indicó que su decisión refleja la "alta
correlación" entre los perfiles crediticios de las entidades financieras
y los del Gobierno argentino, considerando factores como el grado de
dependencia del negocio de las entidades del entorno macroeconómico y
financiero local; la exposición directa e indirecta de estas entidades
al Gobierno y el bajo nivel de diversificación internacional de sus
operaciones."La perspectiva negativa incorpora los riesgos relacionados a una creciente intervención del Gobierno a través de mecanismos poco favorables para la generación de ganancias, dinámicas de fondeo, y para la flexibilidad financiera de las instituciones financieras", afirmó Moody's en un comunicado.
Según la calificadora, esos mecanismos incluyen la aplicación de mayores controles de cambio, topes a las tasas de interés de las tarjetas de crédito y regulaciones referidas al direccionamiento del crédito, así como "otras medidas administrativas y legales que podrían afectar la valoración del riesgo de los bancos y su apetito de riesgo".
"Estas políticas, junto con el cambio de la Carta Orgánica del Banco Central, también suscitan dudas con respecto a la previsibilidad de las políticas del Gobierno", advirtió la calificadora, y apuntó que ello "ha debilitado la confianza en el sistema financiero tal como queda demostrado por el acelerado flujo saliente de depósitos en moneda extranjera experimentado este último año".
El cambio en la perspectiva de calificación afecta a los bancos Galicia, Macro, Santander Río, Itaú, HSBC, Standard, Columbia, Comafi, Supervielle, Patagonia, Credicoop, Ciudad de Buenos Aires, Finansur, Industrial, Cetelem y Piano, entre otros, así como a las compañías financieras Metrópolis, Cordial, Cuenca y GPAT.