El Informe de Julio del IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas) destaca señales de alerta en cuatro áreas clave de la coyuntura económica argentina.
La primera de dichas señales es la desaceleración e inclusive el retrocesoen la actividad productiva de muchos sectores definidos como productores de bienes: agro, industria, construcción e industria extractiva. Esta tendencia se profundizó en el segundo trimestre y fue, en parte, compensada con el crecimiento de sectores productores de servicios personales y otros.
La segunda señal es la caída de la inversión, originada en distintos factores, como la evolución de los precios relativos relevantes, o la caída de las importaciones de bienes de capital, entre otros.
La tercera señal de alerta es la persistencia de tensiones inflacionarias en un contexto de puja distributiva.
La cuarta radica en la compleja situación fiscal de las provincias.
Por lo tanto, concluye el Informe del IAEF, el problema de la coyuntura es que, si bien el efecto de la crisis financiera internacional es menor al registrado en los años 2008 / 2009, algunos de los pilares con que la Argentina enfrentó aquella emergencia, se han debilitado:
Ø Los superávits gemelos se han diluido (el de cuenta corriente) o revertido (el fiscal).
Ø Las tensiones en los costos y precios se mantienen.
Ø El tipo de cambio real se ha revaluado, para mencionar sólo algunos.
Como contraposición y como dato positivo, la deuda pública en moneda extranjera ha disminuido.
Con relación al panorama internacional, el Informe de Julio del IAEF señala que “la baja de la actividad económica en Europa, la desaceleración de los Estados Unidos y de las economías emergentes en general, pero en particular la de China, está afectando negativamente a América Latina a través del freno al comercio de bienes”.
El Informe continúa diciendo que “se prevé un crecimiento del intercambio mundial de bienes –en volumen físico- del 3% al 4% anual para los años 2012 y 2013”. Por cierto, agrega el Informe en el caso de la Argentina, “los efectos negativos serán mitigados por el aumento del precio de la soja, asociado con la sequía que afecta a los Estados Unidos”.
De todos modos, recuerda el mismo Informe, “la dinámica del comercio mundial no guarda comparación con la caída del 10% observada en el año 2009. Si bien la etapa que atraviesa la crisis es severa, es todavía de menor intensidad que la de fines de 2008, más allá de que haya cierto agotamiento en la economía global por la acumulación de varios años seguidos de pobres desempeños”.